Si eres amante de las flores y las plantas seguro que te gusta vivir rodeada de ellas. No importa la época del año y el lugar en el que estés: poder contemplarlas en casa es esencial para ti, incluso si vives en un espacio oscuro y con poca luz natural.
Si ese es tu caso, no sufras. Existen especies de interior que no toleran la luz intensa y prefieren lugares oscuros y en sombra para desarrollarse. A continuación, una selección de plantas que necesitan poca luz que son realmente espectaculares.
Las 10 mejores plantas para sitios con poca luz:
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1. Calatea (Calathea crocata)
Con sus hojas originales y bellísimas, la calatea llega directamente para elevar la categoría estética de cualquier interior. Además, hace gala de una gran diversidad por lo que seguro encontrarás alguna variedad perfecta para tu casa. Todas ellas poseen unas hojas muy decorativas, con nervios marcados y diferentes tonalidades de verde.
Búscale un lugar especial, nunca cerca de una ventana, porque no le gusta la luz intensa y se quemaría. De hecho, ama los rincones oscuros y húmedos dado que es una planta originaria de la selva tropical, donde crece oculta entre la vegetación.
Cuando la riegues, procura hacerlo con asiduidad, de forma que no se seque el sustrato, pero sin encharcar ni mojar las hojas.
2. Helecho
Existe una gran diversidad de helechos para elegir, pero todos poseen ese matiz rústico y campero que les hace tan especiales. Sus inconfundibles hojas te regalarán un precioso e intenso color verde.
Aman los rincones húmedos y oscuros, excepto el culantrillo (Adiantum raddianum) que necesita más luz. Es el helecho más delicado, por lo que si tu casa es oscura, conviene que elijas otras variedades como el Nephrolepis o el Asplenium.
3. Aglaonema (Aglaonema commutatum)
Se trata de una planta muy hermosa, cuyas hojas exhiben un dibujo peculiar.
Esta planta tropical que procede de las selvas asiáticas es perfecta para interiores con poca luz. De hecho, sufre si le da la luz directa del sol.
Para cuidarla como se merece tendrás que proporcionarle, además, un entorno húmedo, un sustrato bien drenado y abonarla durante los periodos de crecimiento.
Además, la aglaonema es una planta que contribuirá a purificar el aire de tu casa.
Un consejo
Si tienes mascotas en casa, quizá no te convenga ya que puede ser tóxica si se ingiere.
4. Diefembaquia (Dieffenbachia maculata)
Procedente de América Central y del Sur, la diefembaquia es una planta tropical de lo más habitual en interiores, gracias a su bellas hojas grandes y con tal variedad de color.
Además, resulta muy sencilla de cultivar ya que no es exigente en ningún aspecto. Solo necesitará un sustrato húmedo y bien drenado.
Crece perfecta en espacios oscuros, de hecho puede perder las hojas si la expones directamente a la luz del sol.
Un consejo
Sus hojas y tallos pueden ser tóxicas para niños y animales de compañía, aunque produce reacciones leves.
5. Sanseviera (Sanseviera trifasciata)
Resistente y bella, la sanseviera hace gala de unas originales hojas alargadas terminadas en punta y con unos matices amarillos de lo más especiales.
Puede vivir de maravilla en interiores con poca luz, sin demasiados cuidados, por lo que no tienes que ser una experta en jardinería para cultivarla.
No es exigente en cuanto al riego (solo tendrás que proporcionarle agua cuando se seque el sustrato), aunque sí necesita contar con un buen drenaje que evite el encharcamiento.
6. Aecmea (Aechmea fasciata)
También conocida como “lengua de suegra”, la aecmea es una planta muy peculiar que pertenece al género de las bromelias. Además de su poder decorativo, es muy sencilla de cuidar, lo que supone un aliciente más para elegirla.
Si te gustan sus hojas dispuestas en forma de roseta y de color verde grisáceo, hazte con un ejemplar y búscale un lugar especial en tu salón. Eso sí, no la pongas nunca a pleno sol, porque no lo tolera (sus hojas se cubrirán de manchas marrones).
En el centro aparece una inflorescencia con brácteas de color rosa que durará varios meses, haciendo de tu aecmea una planta muy especial.
7. Soleirolia (Soleirolia soleirolii)
Con hojas diminutas y de diferentes tonalidades de verde, la soleirolia es una planta de porte rastrero que también se cultiva sin problemas en interiores, por oscuros que estos sean. De hecho, le encantan los lugares húmedos y sombríos.
A la hora de regarla, hazlo por la parte de las raíces, colocando la maceta sobre un plato con agua y dejando que la planta absorba el líquido elemento en la proporción que necesite.
8. Drácena (Dracaena compacta)
¿Necesitas una planta que te ayude a poner un toque exótico en casa? Opta por la drácena, que procede del continente africano y hace gala de un porte muy exuberante.
Además no te dará ningún quebradero de cabeza, ya que tolera bien la oscuridad y la sequía. En invierno bastará con que la riegues cada 15 o 20 días, siempre que la tengas en un ambiente con suficiente humedad ambiental.
9. Croton (Codiaeum variegatum)
A todos nos gustan las plantas de interior con flor, pero en el caso del croton la mayoría haríamos una excepción sin dudarlo porque, aunque no las tiene, tampoco las necesita: el especial colorido de sus hojas la convierte en una de las plantas de interior más bellas que existen.
Por ello, es una opción genial para casas oscuras, ya que no tolera los rayos directos del sol y ama los ambientes sombríos.
Por lo demás, no tendrás más que regarla con regularidad y pulverizar sus hojas en verano y también en invierno para combatir el efecto de sequedad que pueda producir la calefacción.
10. Poto (Epipremmum aureum)
Este gran conocido ha estado presente en nuestras casas desde tiempos remotos. Además de ser una planta colgante todoterreno, hace gala de una gran variedad de colores y tonos, crece perfectamente en espacios de semioscuridad y solo tendrás que regarla una vez a la semana.
Entre los beneficios que tiene su cultivo, destaca el hecho de que purifica el aire de los espacios interiores, absorbiendo determinadas sustancias tóxicas.
Sin embargo, puede ser peligrosa si convives con un perro o un gato, ya que en caso de que la mordisqueen les puede producir inflamación de la boca y las mucosas e, incluso, dañar sus riñones.