Las plantas de interior que prosperan con poca luz son la solución perfecta para aquellos hogares con limitación de iluminación natural. Estas especies, adaptadas a condiciones de iluminación reducida, ofrecen una belleza discreta y una atmósfera acogedora. Entre sus ventajas destaca su bajo mantenimiento, lo que las hace ideales para principiantes o personas con poco tiempo. Ficus, poto y la siempre elegante sansevieria son ejemplos de estas resistentes compañeras verdes. Además de embellecer los espacios, contribuyen a purificar el aire y a crear un ambiente más saludable.
Por regla general, las plantas que requieren poca luz son muy fáciles de cuidar. Aquí tienes unos consejos generales para que estén siempre saludables:
Riego moderado: Estas plantas prefieren que el sustrato se seque ligeramente entre riegos. Es importante evitar el exceso de agua para prevenir la pudrición de raíces
Luz adecuada: Aunque toleran la poca luz, es mejor situarlas en un lugar con luz indirecta, ya que algunas pueden sufrir si están en completa oscuridad.
Temperatura constante: Prefieren temperaturas estables, entre 18°C y 24°C, y lejos de corrientes de aire o cambios bruscos.
Humedad ambiental: Algunas, como el helecho, agradecen un ambiente más húmedo, por lo que un poco de pulverización ocasional puede ser beneficiosa.
Limpieza de hojas: Mantén sus hojas libres de polvo para que puedan respirar adecuadamente y absorber luz.
Si tu casa tiene poca luz, necesitas decorar un rincón que tiene poquita iluminación natural o tu vivienda no tiene la mejor orientación para recibir los rayos de sol, te ofrecemos una selección con las 10 mejores plantas para sitios con poca luz.
Con sus hojas originales y bellísimas, la calatea llega directamente para elevar la categoría estética de cualquier interior. Además, hace gala de una gran diversidad por lo que seguro encontrarás alguna variedad perfecta para tu casa. Todas ellas poseen unas hojas muy decorativas, con nervios marcados y diferentes tonalidades de verde.
Búscale un lugar especial, nunca cerca de una ventana, porque no le gusta la luz intensa y se quemaría. De hecho, ama los rincones oscuros y húmedos dado que es una planta originaria de la selva tropical, donde crece oculta entre la vegetación.
Cuando la riegues, procura hacerlo con asiduidad, de forma que no se seque el sustrato, pero sin encharcar ni mojar las hojas.
Existe una gran diversidad de helechos para elegir, pero todos poseen ese matiz rústico y campero que les hace tan especiales. Sus inconfundibles hojas te regalarán un precioso e intenso color verde.
Aman los rincones húmedos y oscuros, excepto el culantrillo (Adiantum raddianum) que necesita más luz. Es el helecho más delicado, por lo que si tu casa es oscura, conviene que elijas otras variedades como el Nephrolepis o el Asplenium.
Se trata de una planta muy hermosa, cuyas hojas exhiben un dibujo peculiar.
Esta planta tropical que procede de las selvas asiáticas es perfecta para interiores con poca luz. De hecho, sufre si le da la luz directa del sol.
Para cuidarla como se merece tendrás que proporcionarle, además, un entorno húmedo, un sustrato bien drenado y abonarla durante los periodos de crecimiento.
Procedente de América Central y del Sur, la diefembaquia es una planta tropical de lo más habitual en interiores, gracias a su bellas hojas grandes y con tal variedad de color.
Además, resulta muy sencilla de cultivarya que no es exigente en ningún aspecto. Solo necesitará un sustrato húmedo y bien drenado.
Crece perfecta en espacios oscuros, de hecho puede perder las hojas si la expones directamente a la luz del sol.
Un consejo
Sus hojas y tallos pueden ser tóxicas para niños y animales de compañía, aunque produce reacciones leves.
Resistente y bella, la sanseviera hace gala de unas originales hojas alargadas terminadas en punta y con unos matices amarillos de lo más especiales.
Puede vivir de maravilla en interiores con poca luz, sin demasiados cuidados, por lo que no tienes que ser una experta en jardinería para cultivarla.
No es exigente en cuanto al riego (solo tendrás que proporcionarle agua cuando se seque el sustrato), aunque sí necesita contar con un buen drenaje que evite el encharcamiento.
También conocida como “lengua de suegra”, la aecmea es una planta muy peculiar que pertenece al género de las bromelias. Además de su poder decorativo, es muy sencilla de cuidar, lo que supone un aliciente más para elegirla.
Si te gustan sus hojas dispuestas en forma de roseta y de color verde grisáceo, hazte con un ejemplar y búscale un lugar especial en tu salón. Eso sí, no la pongas nunca a pleno sol, porque no lo tolera (sus hojas se cubrirán de manchas marrones).
En el centro aparece una inflorescencia con brácteas de color rosa que durará varios meses, haciendo de tu aecmea una planta muy especial.
Con hojas diminutas y de diferentes tonalidades de verde, la soleirolia es una planta de porte rastrero que también se cultiva sin problemas en interiores, por oscuros que estos sean. De hecho, le encantan los lugares húmedos y sombríos.
A la hora de regarla, hazlo por la parte de las raíces, colocando la maceta sobre un plato con agua y dejando que la planta absorba el líquido elemento en la proporción que necesite.
Además no te dará ningún quebradero de cabeza, ya que tolera bien la oscuridad y la sequía. En invierno bastará con que la riegues cada 15 o 20 días, siempre que la tengas en un ambiente con suficiente humedad ambiental.
A todos nos gustan las plantas de interior con flor, pero en el caso del croton la mayoría haríamos una excepción sin dudarlo porque, aunque no las tiene, tampoco las necesita: el especial colorido de sus hojas la convierte en una de las plantas de interior más bellas que existen.
Por ello, es una opción genial para casas oscuras, ya que no tolera los rayos directos del sol y ama los ambientes sombríos.
Por lo demás, no tendrás más que regarla con regularidad y pulverizar sus hojas en verano y también en invierno para combatir el efecto de sequedad que pueda producir la calefacción.
Este gran conocido ha estado presente en nuestras casas desde tiempos remotos. Además de ser una planta colgante todoterreno, hace gala de una gran variedad de colores y tonos, crece perfectamente en espacios de semioscuridad y solo tendrás que regarla una vez a la semana.
Entre los beneficios que tiene su cultivo, destaca el hecho de que purifica el aire de los espacios interiores, absorbiendo determinadas sustancias tóxicas.
Sin embargo, puede ser peligrosa si convives con un perro o un gato, ya que en caso de que la mordisqueen les puede producir inflamación de la boca y las mucosas e, incluso, dañar sus riñones.