Dormir es una necesidad vital y hacerlo bien algo completamente necesario para nuestra salud física y mental. El colchón de la cama es uno de los elementos clave a la hora de descansar correctamente por la noche. Por eso, si estás pensando en comprar uno nuevo, debes conocer cuáles son los aspectos en los que debes fijarte.
¿Ha llegado el momento de cambiar de colchón?
Los especialistas en medicina del sueño como el doctor Eduard Estivill aseguran que pasamos más de un tercio de nuestra vida en la cama. Es decir, una persona que viva 90 años invertirá en el descanso nocturno unos 37,4 años aproximadamente. Después de reflexionar sobre este dato curioso, a nadie le quedará la menor duda de que elegir y comprar un buen colchón es algo prioritario.
Por eso, si te levantas con dolor de espalda, de cuello o de cabeza, con el cuerpo entumecido y con sensación de no haber descansado, entonces es que ha llegado la hora de renovar el tuyo. Los expertos recomiendan sustituirlo cada 10 años como máximo.
¿Lo esencial? Que se adapte a ti
Averiguar qué tipo de colchón, modelo o material es el mejor para ti no parece una tarea fácil. Para empezar, debemos saber que no existe un único modelo ideal para todo el mundo; si así fuera la cosa se simplificaría notablemente.
Existen tres factores fundamentales a tener en cuenta: el confort, la firmeza y la adaptabilidad, aunque no incidirán de la misma manera en todos los casos.
Jesús Avilés, experto de la tienda especializada L’Encant, nos explica: “El colchón adecuado tiene que respetar la curvatura natural de la columna cuando estamos tumbados boca arriba y mantenerla recta cuando estamos de lado”.
Probar antes de comprar
Para saber si un colchón cumple con los requisitos necesarios para nosotros tenemos que probarlo antes de decidirnos.
Lo esencial es comprobar, primero, que no se hunde demasiado en las partes más pesadas del cuerpo; y segundo, que no parece que estamos tendidos sobre una tabla de madera.
Sin embargo, es difícil decidirse tumbándonos tan solo unos minutos en la tienda. Cada vez más fabricantes lo tienen claro, como en el caso de Emma, un colchón que combina tres tipos de espumas de alta densidad para lograr una perfecta adaptabilidad al cuerpo. Los especialistas que lo han desarrollado aseguran que cada persona necesita un periodo de adaptación para acostumbrarse a un colchón nuevo. Desde la marca ofrecen hasta 100 noches de prueba para que puedas estar segura de que has acertado con la compra.
¿Sola o en pareja?
La decisión a la hora de comprar un colchón se ve determinada por varios factores, y uno de los más relevantes es si duermes sola o con otra persona. En el primer caso, la elección te pertenece solo a ti, pero en el segundo debe ser compartida.
Si duermes en pareja es fundamental decidirse por un modelo en el que ambas zonas sean independientes y tengan poca (o mejor, nula) transmisión de movimiento de un lado de la cama al otro. Así, por muchas vueltas que dé la persona con la que duermes, tú ni lo notarás.
El peso, la complexión, la postura al dormir…
El peso corporal de cada persona también influye en el proceso de elección. En general, las personas más delgadas y livianas necesitarán menos firmeza, mientras que las grandes y pesadas requieren de un colchón más firme.
En cuanto a la postura al dormir no debe ser un factor que nos haga decidir en exclusiva. En general, necesitarás un colchón más blando si duermes de lado y más firme si sueles descansar de espaldas. Si prefieres dormir boca abajo elige uno que te ofrezca un buen apoyo en todo el cuerpo. Sin embargo, los expertos recomiendan elegir un colchón de firmeza media, adecuado para dormir en cualquier postura.
Apuesta por los muelles ensacados
Atendiendo al material del que están fabricados los colchones, existen dos grandes grupos: los de muelles y los de espumas especiales.
Los colchones de muelles son los tradicionales. Están compuestos por muelles metálicos recubiertos de fibras y espuma.
Sin embargo, con el paso del tiempo han evolucionado bastante y poco tienen que ver con aquellos modelos antiguos que llevaban los muelles enganchados unos a otros (hoy esta opción es la más barata y la menos recomendable).
Lo ideal es elegir colchones de muelles ensacados, que van encapsulados de forma individual. Eso permite que cada uno de ellos se adapte de forma independiente al contorno del cuerpo. Entre sus ventajas:
- Proporcionan el apoyo perfecto para la columna.
- Son transpirables.
- No transmiten movimiento de uno de los lados de la cama hacia el otro, por lo que son recomendables para parejas.
Viscoelástica o cómo reducir la presión
El látex y la viscoelástica son los dos materiales que destacan en el grupo de colchones de espumas especiales.
La popular viscoelástica es un tipo de espuma de reacción lenta, es decir, que tarda un tiempo en volver a su posición inicial cuando se ejerce una presión sobre ella (es lo que se conoce como efecto memory foam).
- Tiene la ventaja de minimizar al máximo la presión de nuestro cuerpo, por lo que resulta muy confortable.
- Como desventaja, es un material poco transpirable. La viscoelástica de última generación se mezcla con un gel termorregulador que mejora la transpirabilidad y hace que no retenga tanto el calor.
De látex, el perfecto colchón antiácaros
Aunque en el apartado de las espumas especiales han perdido vigencia a favor de la viscoelástica, los colchones de látex son una buena opción en determinados casos, ya que resultan duraderos y ofrecen un buen apoyo para el cuerpo.
- Además, regulan mejor la temperatura que los de viscoelástica sin necesidad de usar en su fabricación gel termorregulador.
- Para que la firmeza sea la adecuada, el látex suele colocarse sobre una base de espuma de alta densidad.
- Es un material muy adecuado para personas asmáticas o con alergia a los ácaros del polvo, ya que este tipo de seres microscópicos no anidan en el látex.
- Entre sus mayores inconvenientes está el hecho de que no anulan la transmisión de movimiento de un lado al otro de la cama.
La mejor inversión
En materia de colchones el abanico de precios es tan amplio, que puede que te encuentres un poco perdida a la hora de decidir cuánto dinero es normal invertir.
Según Jesús Avilés, y para una medida de 150 x 190 cm, podrías gastarte entre 600 y 750 euros para un modelo viscoelástico o un colchón de muelles ensacados de calidad que te permita conciliar el sueño cada noche sin problemas.
Un buen colchón de látex podría costarte más de 800 euros.
Y si prefieres uno personalizado, ya sea de muelles o de espuma, tendrás que gastar en torno a 1.200 euros.
Toma medidas
Si bien es cierto que el tamaño de nuestra cama está en función, sobre todo, de las dimensiones del dormitorio, también hemos de pensar que las medidas del colchón deben adaptarse a nosotros y a nuestras circunstancias:
- Es fundamental que sea al menos 10 cm más largo que nuestra estatura.
- Para que sea confortable debe tener un grosor de 15 cm como mínimo.
- En cuanto a la anchura, lo ideal es que mida entre 90 y 110 cm si es individual, y entre 150 y 160 cm si es doble.
- Si tienes un dormitorio muy amplio puedes darte el lujo de poner una cama king size de 200 X 200 cm, al estilo de los hoteles de cinco estrellas.
La almohada, el complemento perfecto
Después de haber elegido el colchón ideal para ti, necesitarás contar con una buena almohada capaz de proporcionar a tu cabeza el soporte y el apoyo adecuado.
Los expertos de Emma recomiendan elegir una almohada que le permita a tu columna mantenerse alineada. Para ellos, lo ideal es dormir en un colchón versátil que se adapte a tu cuerpo duermas en la postura que duermas, y elegir una almohada específica en función de la posición: más alta si duermes de lado, de altura media si duermes de espaldas y más baja si prefieres descansar boca arriba.
Con buena base
Además de elegir un colchón de calidad, también hemos de optar por un buen elemento que sirva de soporte.
- El somier de láminas, por ejemplo, es una base adecuada para todo tipo de colchones, ya que permite la ventilación. Esto es especialmente recomendable para los de látex o viscoelástica.
- Las bases tapizadas son perfectas para los colchones de muelles, que no necesitan una ventilación adicional en el soporte, puesto que ya son transpirables por sí mismos.
Una solución muy práctica es optar por un canapé con espacio de almacenaje.