El cobre es el nuevo dorado. O, al menos, pretende serlo porque se está convirtiendo en un material de tendencia en los ambientes más elegantes y originales. Y es que es un metal muy especial, gracias a sus bellos matices rosados.
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No se limita a un solo espacio de la casa, sino que está presente en la cocina, en el salón o en los dormitorios: menaje y utensilios culinarios, lámparas, objetos decorativos y hasta piezas de mobiliario. Todo es posible si hablamos del cobre.
Claves para elegirlo
Tienes muchas razones para elegir el cobre para decorar tu casa. No solo es bello y original, sino que aporta una gran calidez gracias a sus tonalidades rosadas y marrones. Además, multiplica la luz natural debido a su intenso brillo. Si optas por este metal para el menaje de cocina acertarás de pleno, ya que es ideal en este campo: es resistente y muy buen transmisor del calor.
El rey de la cocina
Puede que el acero inoxidable esté mucho más presente en las cocinas de la mayoría de los mortales, pero el cobre no tiene nada que envidiarle, y así lo saben los grandes chefs que lo eligen para sus fogones. Las cacerolas y ollas del metal rosa son perfectas para desarrollar cualquier técnica culinaria, por su magníficas propiedades.
El cobre es muy buen conductor del calor. Lo absorbe y lo distribuye de manera homogénea por todo el recipiente, logrando una temperatura uniforme. Es un material perfecto para cocinar a fuego lento.
Un consejo: si te decides a comprar cazuelas de cobre, asegúrate de que tienen un grosor superior a 15 mm, ya que de lo contrario se deformará con el calor.
Combatir la oxidación del cobre
Además de ser muy resistente, el cobre tiene la particularidad de ser un material con cualidades antibacterianas, por lo que es perfecto para la cocina. Sin embargo, has de ser muy constante con su limpieza si usas este tipo de objetos para cocinar. El contacto con determinados alimentos puede provocar su oxidación, lo que produce acetato de cobre o cardenillo, una característica película de suciedad verdosa que, además de difícil de limpiar, es tóxica. Por esta razón el menaje de cobre lleva siempre un recubrimiento interior de estaño o acero inoxidable que evita que se produzca esta reacción química.
La limpieza cotidiana
A la hora de mantener los utensilios de cobre y de devolverles el brillo, tienes varias alternativas entre las que elegir. Puedes usar un producto específico en crema para pulir metales, o alguno de los limpiadores caseros de los que vamos a hablar a continuación. Si no están demasiado sucias puedes fregar las cazuelas con agua y jabón neutro, y secarlas muy bien después. También es buena idea hacer el mantenimiento diario del cobre repasándolo con una bayeta humedecida en agua y amoniaco.
Productos caseros que no fallan
Los limpiadores fabricados a partir de ingredientes naturales, de esos que todos tenemos en casa, tienen la ventaja de resultar inocuos tanto para nuestra salud como para la del planeta. Además, resultan bastante efectivos.
- Con pasta de harina y sal. Haz una mezcla con estos dos ingredientes a partes iguales y añade un buen chorro de vinagre. Aplica la pasta sobre el cobre y deja que actúe durante una media hora. Después aclara con agua y saca brillo con un trapo limpio y seco.
- Con kétchup. Aunque te parezca increíble, la famosa salsa es capaz de dejar el cobre impoluto. Para conseguirlo solo tienes que embadurnar con él tus objetos favoritos y frotar con un paño suave hasta eliminarlo por completo. ¡Verás cómo brilla!
- Con vino tinto. Calienta un poco y empapa un trapo en él para lustrar tus elementos de cobre. Después enjuaga con agua y seca totalmente.
Limón, el limpiador milagroso
Todos conocemos las grandes cualidad que posee el limón como producto de limpieza. Tiene una infinidad de usos en el hogar y logra unos resultados increíbles. Con el cobre no iba a ser menos: hay varias formas de utilizar el limón en la limpieza de este bello metal.
- Con limón y piedra pómez. Corta el limón en rodajas e impregna una de ellas en polvo de piedra pómez para frotar con ella el cobre sucio. Se formará una película fina que debes dejar secar durante unos 30 minutos. Después ya solo tendrás que enjuagar y abrillantar.
- Otra alternativa es mezclar zumo de limón, agua y amoniaco y sumergir, si es posible, el objeto en la solución resultante durante unos minutos, secando después muy bien.
Eliminar manchas difíciles
Existe un ingrediente muy eficaz en el mantenimiento de los objetos de cobre, especialmente cuando se trata de eliminar manchas resistentes en el metal. Se trata del ácido muriático, una variante del ácido clorhídrico que puedes encontrar en droguerías y tiendas especializadas. Se utiliza diluido en agua, nunca de forma directa ya que puede resultar agresivo, por lo que debes proteger tus manos con guantes.