Si no entiendes el consumo sin el reciclaje, si te preocupa el futuro del planeta, si una de tus misiones es ahorrar agua y minimizar la huella que el ser humano deja en el medio ambiente… entonces lo tuyo es el movimiento zero waste o, lo que es lo mismo, residuo cero.
Se trata de vivir y consumir con responsabilidad, tratando de generar los menos residuos posibles.
Tal y como explica la escritora Bea Johnson en su libro Residuo cero en casa (Ed. Pol.len), hacer de esta filosofía un objetivo a cumplir conseguirá que cambie tu estilo de vida y, también, de decorar tu casa.
Los pilares del movimiento 'zero waste'
Son muchas las implicaciones que rodean al movimiento zero waste, pero la esencia es muy sencilla: conseguir vivir sin generar residuos que supongan un peligro añadido para el ecosistema. Este objetivo se puede alcanzar a través de diferentes acciones:
- Rechazar
Si no quieres generar residuos en casa has de empezar por decir NO a todo aquello que no necesitas: papeles, bolsas de plástico o todas aquellas cosas que compramos sin necesidad. Cambia el chip y bórralas de tu vida. Haz un esfuerzo para evitar que lleguen a ti.
- Reducir
Esta acción se divide en dos partes: una, comienza a comprar con cabeza y sin derrochar, y dos, deshazte de todo aquello que te sobra. Puedes seguir las enseñanzas de Marie Kondo, o guiarte por otros sistemas de orden y organización como el Dödstäning. Sea como sea, la clave está en reducir lo que tienes en casa.
- Reutilizar
Olvídate de todo lo desechable, que genera un sinfín de residuos contaminantes. Y, sobre todo, del plástico. Ese es uno de los objetivos de la cultura zero waste: vivir sin plástico.
Si generas residuos, aprende a gestionarlos
Aunque el objetivo es conseguir no producir ningún tipo de resto, hemos de darnos cuenta de que eso no es tan sencillo y que algún residuo vamos a generar. En ese punto, lo importante es saber gestionarlos adecuadamente. ¿Cómo?
- Reciclando al máximo, deshaciéndote de forma responsable de la basura.
- Compostando los restos orgánicos, para convertirlos en abono para las plantas y el jardín.
Tratamiento progresivo
Adoptar un estilo de vida zero waste en casa, que influya en el consumo, en el entretenimiento y también en la decoración, no puede hacerse de forma radical. Al menos, no sin un considerable esfuerzo.
Por eso es buena idea ir adoptando medidas de forma progresiva. Puedes comenzar por detalles pequeños, como olvidarte de las bolsas de plástico y sustituirlas siempre por bolsas de silicona o de algodón reutilizables, e ir incorporando poco a poco acciones más valientes.
La limpieza de la casa, que sea sostenible
Realizar las tareas domésticas de forma eficaz es importante, pero también lo es hacerlo desde un punto de vista sostenible. Para lograrlo, puedes reducir el número de productos de limpieza que utilizas, eligiendo aquellos que sean válidos para diferentes usos.
También es importante rechazar de pleno los productos químicos (nada sostenibles para el ecosistema) y apostar por opciones más naturales. Debes tener claro cuáles son los básicos de limpieza que necesitas, y no comprar más de la cuenta.
Actitud minimalista
El estilo decorativo de nuestra casa refleja nuestra forma de ser y de sentir y, tal y como nos ocurre a nosotros, también evoluciona. Podemos tener unos esquemas mentales establecidos, que se traducen en nuestros propios gustos y preferencias, pero todo eso no es inamovible.
En consecuencia, comenzar a vivir de manera acorde a una mentalidad zero waste puede producir un cambio en nuestra casa. Quizá esta abrace un estilo minimalista, en el que solo cuenta lo esencial y se prescinde de lo superfluo. Disfruta del cambio y aprovecha para favorecer el orden en todos los espacios.
Detalles que enamoran
¿Tu casa te parece aburrida? ¿Crees que necesita un cambio? En lugar de lanzarte a la calle (o a la pantalla del ordenador) a comprar nuevas cortinas y cojines para el sofá, piensa de qué manera puedes renovar la decoración sin necesidad de adquirir cosas nuevas.
Una idea es pintar los muebles para cambiar por completo su apariencia, o también puedes renovarlos con vinilo, con papel pintado, etc. Dale alas a tu creatividad.
Acaba con el plástico en la cocina
La cocina es uno de los lugares de nuestra casa en el que el plástico campa a sus anchas. Sin embargo, tratar de reducirlo no es tan complicado si seguimos ciertas pautas.
Podemos comprar los productos a granel (cada vez a más tiendas que lo hacen) o, al menos, optar por aquellas cosas que vienen sin envoltorio o en embalajes de cristal.
También es buena idea ir eliminando envases, vajilla y utensilios de plástico, y sustituirlos por otros de cristal o loza, más sostenibles y fáciles de reciclar.
Recupera los materiales naturales
Las fibras vegetales, los textiles, el bambú, la madera, la cerámica… Deja de lado el plástico y las cosas de usar y tirar, y apuesta por los materiales auténticos de siempre.
Desde su producción a su reciclaje, pasando por su ciclo de vida, son más sostenibles.
Decorar con plantas
Si eres de las que no pueden vivir sin plantas, has de saber que son una estupenda manera de decorar la casa sin generar residuos extra.
Las plantas convierten cualquier rincón en un espacio más natural, te ayudan a purificar el ambiente y a liberar tu estrés. Puedes elegir plantas exóticas o aquellas que te regalan flores para alegrar cualquier rincón. Las opciones son infinitas.