A los ojos de los adolescentes, el dormitorio es el único e, imprescindible, refugio de la casa, que le mantiene lejos (y a salvo) tanto de las molestias cotidianas como del resto de sus hermanos, especialmente si son pequeños. Los metros cuadrados más o menos limitados de estas estancias no facilitan la tarea, ya que una habitación juvenil debe asumir una serie de funciones. Dormir, zona de escritorio, almacenamiento, área de diversión, aunque sean online, lugar de reunión con amigos... La lista puede parecer interminable.
1. 'Muy suya'
A la hora de decorar este espacio, hay que tener en cuenta las dimensiones y las necesidades, pero también darle la oportunidad de elegir. 'Muy suya' esa es, quizás, la máxima a la hora de decorar su cuarto: que esté diseñado y decorado por o con él. Encuentra inspiración en estas propuestas hechas a su medida.
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2. La cama: base de operaciones
Es el centro de la habitación, con permiso del escritorio, la pieza clave para su vida y su rutina diaria. Debe ser grande, para permitirle no solo dormir a pierna suelta sino también ser el ‘sofá’ desde donde se conecta con el mundo exterior, ve la última serie de Netflix, juega a las cartas con su mejor amigo, lee el libro obligatorio de lengua para el trimestre o sencillamente se relaja escuchando su 'playlist'.
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3. Cambio de papeles
Ahora que comienza el curso es el momento perfecto para replantearse la decoración de la habitación de tu hijo adolescente, incluso intercambiar tu dormitorio por el suyo, especialmente si parte de su jornada escolar va a ser 'online' y tu cuarto tiene más luz natural o más metros. Hay renuncias que merecen la pena…
4. Con espacio para guardar
Aunque luego no lo use, pónselo fácil. No se trata de abarrotarla de piezas sino de buscar el equilibrio visual e intentar cierta contención en el mobiliario. Si quieres que reine cierto orden procura que haya cajones, baldas y armarios donde pueda meter sus cosas. Una buena idea es recurrir al espacio bajo la cama o a los bancos con tapa.
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5. Con murales decorativos
Las paredes son una de sus formas de expresión. Por eso, si no quieres que la inunden de mensajes o de dibujos 'artísticos', muéstrales el apasionante mundo que ofrecen los papeles pintados: hay modelos para todos los gustos, que se adaptan al hueco disponible. Míralo por el lado bueno. Así, además de decorar, protegerás la pared.
6. En los colores idóneos
Las habitaciones juveniles deben cumplir las reglas ‘deco’ que rigen el resto de dormitorios. Por eso, debes recurrir a colores que les permitan descansar, despierten su imaginación y les ayuden a concentrarse. ¿Difícil? No tanto. Normalmente, ellos huirán del blanco, a no ser que les dejes customizarlo, y buscarán tonos con los que se identifican. Si les gustan los verdes, azules o rosas, procura rebajar su intensidad, para que no perturbe sus sueños. Las pinceladas en negro están permitidas.
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7. Con todo lo que le gusta
Y no se trata de cuánto sino de qué. Cada uno necesita para sentirse a gusto ciertas cosas. Algunos precisan el ordenador cerca, otros un altavoz Bluetooth, una lámpara para leer antes de dormir… Crea su rincón ideal y busca el lado práctico de las cosas poniendo, por ejemplo, unos cojines o un banco con almacenaje.
8. A medida
Tanto del tamaño de la habitación, para optimizar mejor la superficie disponible y aumentar el espacio de almacenamiento, como de sus hábitos. Lo ideal es crear una distribución con zonas (descanso, estudio y ocio) que se adecuen a sus necesidades y les permita ‘pasar’ de una situación a otra fácilmente y cambiar el chip. Para ‘delimitarlas’ juega con la decoración.
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9. Con luz suficiente
Se suele prestar atención al resto de detalles, olvidando uno de los más importantes: la iluminación. Los dormitorios juveniles necesitan luz natural para, durante el día, no solo ver bien sino también recargar las pilas, y un buen proyecto lumínico que les permita estudiar sin problemas, leer antes de dormirse, crear ambiente cuando vienen sus amigos o encontrar su ropa en el armario a la primera...
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10. Ordenada (o casi)
Aunque tengas que perseguirles para que recojan su cuarto y mantengan organizadas sus cosas, lo cierto es que tampoco a ellos les gusta contemplar montañas de ropa en los rincones. Para que no tengan excusa, busca aliados capaces de hacer desaparecer el desorden, casi por arte de magia: cajas, cestos y baúles son buenos ayudantes.
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11. Con ropa de cama inspiradora
Te lo pedirán, pero, aunque no se atrevan a confesártelo, se acabaron las fundas nórdicas de personajes infantiles, superhéroes de comics o maravillosas princesas de cuentos. Empieza un tiempo de ‘adultos’, donde la ropa de cama busca la neutralidad, ya que no les da ningún quebradero de cabeza, la funcionalidad (calentita o fresca y agradable al tacto) o la personalización, con motivos (geométricos, florales, abstractos…) que conectan más con ellos y con su nueva decoración.
12. Con cama de invitados
Sus amigos forman parte de su vida y siempre tendrán un hueco para ellos en su móvil, sus salidas de fin de semana y, por supuesto, su habitación. Por eso, siempre es buena idea contar con una cama extra en su dormitorio. Desde literas a cama nido o sofás cama, la opción de colchón y saco de dormir puede valer si no hay otro remedio.
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13. Con zona de estudio
Los escritorios siempre han sido parte importante en la decoración de las habitaciones juveniles, pero en la actualidad, cuando muchos adolescentes tienen clases semipresenciales, montar una zona de estudio cómoda y funcional para el día a día, es imprescindible. Necesita una iluminación idónea, una silla ergonómica, una buena conexión a Internet y espacio suficiente tanto de encimera para sus cosas como de almacenaje.
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14. Atrevida y personalizada
Si su habitación es su refugio privado deja que sea él mismo, incluso cuando no conjunte ni siquiera la cama con el escritorio, se empeñe en ‘tatuar’ las paredes con mensajes que tienen fecha de caducidad, haya ‘salvado’ de casa de la abuela una vieja silla o coloque en lugar preferente un objeto que no lo merece. La libertad es uno de los rasgos de la adolescencia.
15. Con cama de quita y pon
Las camas abatibles son ideales cuando no sobran los metros cuadrados, ya que pueden guardarse cuando no la usas y dejar más ‘limpia’ la habitación el resto del tiempo. Para que sea más práctica, elige un modelo con estante superior, que haga las veces de mesita de noche y en el que pueda dejar sus cosas (libro, cascos, móvil...).