El espacio (y la falta de él) es una de las constantes de las casas modernas, ya que, aunque nos esforcemos por seguir las enseñanzas de Marie Kondo y otros gurús del orden, tendemos a acumular o a tener demasiadas cosas. Algunas, como la bicicleta o el carrito de la compra, las utilizamos a menudo, otras, como las alfombras o los adornos de Navidad, de temporada en temporada. El trastero es el sitio idóneo, siempre que sepas sacarle partido, pero si no lo tienes, debes buscar una ubicación estratégica para todo lo que necesitas en un momento dado o necesitarás en un futuro próximo. ¡Nosotros hemos encontrado el hueco ideal!
La escalera
Tan útil como difícil de guardar, especialmente si se trata del modelo metálico habitual. Si dispones de un armario en la cocina o en la terraza suficientemente amplio, ese es su sitio. Si no tienes más remedio que dejarla a la vista, dale protagonismo y úsala para poner plantas colgantes o como mesita auxiliar en el salón, como aquí. Para que esta idea funcione, necesitas, eso sí, customizarla, pintarla en negro o blanco, por ejemplo. Ya sabes: si no puedes vencer al enemigo, únete a él.
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La bicicleta
La bici se ha convertido en un básico para moverte por la ciudad, incluso cuando apenas hay rectas y la cuesta arriba es lo habitual, o para salir los fines de semana con los amigos. La mejor idea, tanto si la guardas en el garaje, en el trastero o en tu casa es colgarla con ganchos específicos para este fin. Un consejo: si la 'aparcas' en tu piso, ponla en la terraza, el salón, como en este proyecto del estudio treszerosete, o el hall, nunca en el dormitorio, ya que no será lo primero que quieras ver al despertarte.
Los juguetes
Se multiplican sin que te des cuenta y tenerlos guardados parece una tarea imposible, pero ¡no lo es! Como hay que recogerlos (casi) a diario no merece la pena clasificarlos, pero sí tener un sitio donde dejarlos cuando terminen de jugar, para que no molesten ni llenen el suelo del salón de objetos no identificados. Desde cestas de mimbre que puedes integrar en la librería del salón hasta cajas de madera o de plástico con o sin ruedas. A la hora de recoger, plantéalo como un juego y pónselo fácil, para que ayuden en la tarea, incluso los más pequeños. Por cierto, el comienzo del curso escolar, es un buen momento para hacer ‘limpieza general’ de juguetes.
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Los papeles del banco
Aunque te has apuntado a las facturas electrónicas y las comunicaciones por Internet, sigues recibiendo (y almacenando) una gran cantidad de papeles. Teniendo en cuenta que las organizaciones de consumidores recomiendan guardar los recibos durante un año, por si debes hacer alguna reclamación, no es de extrañar que sigas acumulando muchas facturas y documentos. Ante todo, recuerda que debes tenerlos en un mismo lugar y no repartidos por toda la casa. Los archivadores siempre son una buena opción.
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Los útiles de la chimenea
Dado su tamaño, encontrar a los útiles de la chimenea un lugar para 'pasar' el verano es algo complicado si no dispones de un trastero. Por eso, en lugar de esconderlos, haz que luzcan durante el buen tiempo a modo de adorno. ¿Requisito imprescindible? Que sean realmente estilosos.
Las alfombras
Tanto ahora que termina el verano como al final del invierno, es importante guardar adecuadamente las alfombras. Antes, debes eliminar marcas y manchas, aspirarla en profundidad, extenderla sobre una sabana vieja (mejor bajera, para que proteja las esquinas) y enrollarla en ella. Si no es muy grande, también puedes meterla en un almohadón. Finalmente, déjala en un armario, un altillo y a las malas, bajo la cama, aunque en este caso con una funda de plástico. Un consejo: para eliminar las marcas de los muebles pasa un cubito de hielo.
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Los adornos de Navidad
Una vez que desmontas la decoración navideña y, tras pasar revisión comprobando el estado en el que se encuentran, debes guardarlos en cajas con papel de burbuja o de seda, para que no se estropeen. Dedica una a los adornos más frágiles y otra al resto. Para no confundirte, etiquétalas. No olvides almacenar las luces y guirnaldas, enrolladas y sin nudos. Después, las puedes bajar al trastero o al altillo del armario.
El carrito de la compra
Se ha convertido en un básico del día a día, pero, a diferencia de las bolsas que puedes guardar en cualquier lugar y no ocupan, el carrito de la compra precisa de un sitio donde no estorbe y, a ser posible, libre de polvo. El fregadero puede ser una opción, especialmente si se trata de un modelo plegable, pero si no entra puedes colgarlo tras una puerta o en el módulo escobero.
Azulejos sobrantes y muestras de pintura
Resulta muy práctico quedarse con algunos azulejos del baño y la cocina por si se rompe alguno o con una muestra de pintura del salón. Para que no te molesten, pero no olvides dónde están, guárdalos en un armario de la cocina o del recibidor, por ejemplo. Recuerda que, para que la pintura no se estropee, debes limpiar bien los bordes de la tapa, para poder abrirla con facilidad, y cerrar bien el bote, para que no entre aire.