Desde que se terminara su construcción en 1993, esta casa, con tan espectacular arquitectura se ha convertido en un auténtico fenómeno turístico, según su propietario, el arquitecto australiano Graham Birchall, que la inició en los años 80 como parte de su tesis de arquitectura. Tardó en construirla 10 años y se decidió por tan particular diseño debido a su interés por las formas circulares y por experimentar las posibilidades de crear espacios con ellos. Y el resultado no pudo ser más asombroso. La estructura, de hormigón, consta de 11 cúpulas que se entrecruzan entre sí y que dotan a la construcción en su exterior de un aspecto parecido a las burbujas de jabón. En el interior, esta curiosa arquitectura confiere a los espacios mayor amplitud, los techos son más altos y las esquinas brillan por su ausencia, por lo que, según manifiesta su constructor, "no notas las paredes a tu alrededor". Ahora esta propiedad sale a la venta. ¿Quieres verla?, ¡dale al play!