La antigua mansión de Britney Spears en Beverly Hills sale a la venta

Britney Spears siempre es noticia. Pero estos días, todavía más, gracias a la campaña #FreeBritney iniciada por sus fans en redes sociales. El movimiento, que cuenta con el apoyo de algunas caras tan conocidas como Miley Cyrus, pide que la cantante recupere la 'libertad' perdida después de que, hace más de una década, un juez estimara que no debía si quiera gestionar sus bienes, y que fuera su padre, Jamie Spears, quien lo hiciera.

Más allá de la esfera personal, la que fuera coronada como 'princesa del pop' ha acaparado, de nuevo, titulares debido a que su antigua mansión de Beverly Hills acaba de ponerse a la venta, por un precio superior a los 5 millones de euros.

Una imponente villa, de estilo mediterráneo, a la que se mudó en 2007, tras su divorcio de Kevin Federline. Britney Spears vivió allí hasta 2012, y ahora podemos recorrer cada uno de sus rincones. ¡No pierdas detalle!

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Un hall de lo más elegante

No hay mejor forma de recibir a las visitas que con este hall, que, sin lugar a dudas, invita a adentrarse a su interior.

En el centro del espacio, se ha situado una mesa auxiliar, circular y con encimera acristalada, sobre la se han colocado unas plantas blancas. Un color que, por cierto, inunda sus paredes. Del techo, cuelga una sofisticada lámpara de araña. Y también merecen especial atención los suelos, de madera, lo que, junto a otros elementos, como el aparador, proporciona calidez.

De hecho, contrastan a la perfección con los tonos fríos y le restan sobriedad.

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Espacios abiertos

El recibidor conecta, directamente, con el salón. La separación no la marca ninguna puerta, sino el mismo suelo, que pasa de ser de madera a ser de mármol, delimitando, así, ambas estancias.

A la izquierda, una cuidada escalera con una barandilla, que parece de hierro, conduce al piso superior.

Además, en esta imagen, se puede apreciar con mayor nitidez los elementos que adornan la mesa, como un joyero y varios libros.

Un salón con glamour

El blanco es el color protagonista en este salón, que sigue una distribución clásica. En el centro, un sofá alargado y dos butacas que se miran, frente a frente. Y uniendo todo este rincón, una mesa baja, de cristal, para ganar amplitud, y una doble alfombra. La inferior, aterciopelada, y la superior, recuerda al estilo persa.

No faltan tampoco las mesas auxiliares, en tono dorado, jugando, de este modo, con los blancos y grises que predominan en el espacio. Además de dos lámparas de diseño, destacan dos cuadros, que dan el toque arty. 

Una chimenea de mármol gris, divide dos estanterías, de madera clara. Mientras que el suelo, de baldosas, delata que la decoración de exteriores se 'ha colado' en el interior.

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Minimalismo en el comedor

El comedor supone una reafirmación del estilo marcado previamente en el salón. Una mesa alargada, de madera, con varias sillas tapizadas en blanco, lo preside. 

Los suelos vuleven a ser de madera, al gual que en el hall, y adornado con una alfombra aterciopelada gris.

El aire de distinción lo aporta la lámpara de araña, que cae sobre la mesa.

A la derecha, se ha colocado un aparador de madera, de estilo más rústico, y, por último, dos lámparas de pie que se transforman en dos elementos decorativos.

Otro salón más informal

Aunque este otro salón está destinado a un fin más informal, dada su localización, cercana a la cocina, lo cierto es que sigue manteniendo la elegancia de la vivienda.

De nuevo, resaltan los sofás blancos, acompañados, en esta ocasión, por dos sillas, y una mesa de centro gris, adornada con arreglos florales.

Tampoco falta la chimenea (protegida con una rejilla oscura), y una televisión de plasma, con la que el entretenimiento está garantizado. 

Se han aprovechado los altos techos, colgando una lámpara, al tiempo que se han instalado pequeñas bombillas. De esta forma, se puede variar la iluminación del salón, según se desee. 

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Una cocina americana, abierta a toda la casa 

Esta cocina es característicamente americana. La isla central, con encimera de mármol, separa dos secciones. A un lado, el mobiliario, de color crema, en el que se han camuflado los electrodomésticos (como, por ejemplo, los fogones). Y, al otro, una barra que ha sido aprovechada como rincón de comidas.

La lámpara, con forma de araña, es de color blanco, y sobrevuela la isla central, y el suelo, de madera, aporta calidez.

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Baños de inspiración rococó

A diferencia del resto de cuartos, en el baño, se ha optado por una decoración más recargada. Aunque no se han excedido con los elementos decorativos, es cierto que, tanto las cortinas como el espejo tienen un diseño muy vistoso, que crea ese marcado efecto barroco.

Las tonalidades beige toman la estancia. Fe de ello dan tanto la bañera, con forma circular, como el tocador o las mismas paredes.

De hecho, el tocador es una pieza muy importante, compuesto por ese espejo con marco floral, y una cómoda mesa, bajo la que se esconde un taburete tapizado.

Un viaje en el tiempo

Tal y como se comentaba con anterioridad, los baños parecen animarnos a viajar en el tiempo, y a través de diferentes estilos. Tanto es así que el papel pintado de la pared recuerda a los utilizados en el lejano Oriente, al tiempo que las lámparas siguen una estética señorial. A la principal, en cascada, se suman otras dos de pared.

El lavabo se incrusta en una encimera de mármol rosado, puesta, a su vez, en un mueble de madera, de carácter antiguo. 

Asimismo, la puerta contribuye a reforzar ese aire vintage.

Otro acogedor comedor

Tal y como desvela esta fotografía, se ha transformado este otro rincón de la mansión como otro comedor. Éste con unas inigualables vistas al exterior de la vivienda.

En cuanto a los elementos decorativos, se ha optado por la simplicidad, de la mano de una mesa alargada, de madera, muy vintage, rodeada por amplios ventanales y un banco en un tono crema y unos cojines de colores similares.

Una vez más, para iluminarlo, se ha recurrido a una lámpara de techo.

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Dos pisos

La villa dispone de dos pisos, encontrándose, en el superior, la mayoría de las seis habitaciones que la componen. 

A este piso, el superior, se accede por medio de una escalera, y los diseñadores no han querido dejar pasar la oportunidad de sacarle el máximo partido a esta zona de paso. Por ello, se han colocado varias vitrinas de madera, en cuyo interior albergan múltiples libros.

La madera es, en efecto, el material más importante, puesto que también se encuentra en el brillante suelo.

Un dormitorio sofisticado

Entre todas las habitaciones de la mansión, nos topamos con esta habitación. Una decoración en la que se suceden los diferentes tonos grises. La elección de este color no es casual, ya que se identifica con la elegancia y la distinción. De ahí que inunde todo el hogar.

La cama presume de un cabecero aterciopelado, y, sobre el mismo, sobresale un dibujo en blanco y negro. A los lados, dos mesitas de noche, cubiertas por espejos. Un detalle que ayuda a ganar más metros y sensación de amplitud. 

En las noches de invierno, su huésped tendrá la oportunidad de ponerse al calor de la chimenea, escondida tras una rendija, de color oscuro. Pero tampoco faltan otros elementos modernos, como la pantalla de plasma.

Al fondo, se divisa un rincón que destaca por sus cortinas, idénticas a las del baño anterior.

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Menos es más

Son múltiples las diferencias que existen entre los dormitorios. Cada uno con su propio estilo y ambiente. En este cuarto, la cama apenas llama la atención, ya que su cabecero se caracteriza por su simplicidad. 

El cuidado se ha puesto, sobre todo, en las cortinas, con un diseño refinado, y en las dos mesitas auxiliares, de madera y con una lámpara de diseño.

Para disfrutar de las vistas al exterior, se ofrece un banco, acolchado y aterciopelado. Y el suelo está cubierto por una moqueta de color crema.

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Un estudio lleno de formalidad

La villa incluso tiene su propio estudio, ese espacio reservado para el trabajo y la concentración. Éste cuenta con una mesa de madera, a la que se han añadido dos lámparas y dos sillas grises, que contrastan con la misma. Todo ello sobre una alfombra de aire oriental. 

Las cortinas, marrones, combinan con la pieza central, la mesa, y potencian las paredes en tono melocotón.

No sorprende la elección, de nuevo, de una lámpara de techo para el cuarto, pero sí el cuadro que lo adorna, y que representa un vaquero del Oeste.

El aire y la brisa de la naturaleza 'invade' el espacio gracias a los amplios ventanales.

Habitación de invitados: funcional pero acogedora

Si alguna vez te han asaltado las dudas sobre cómo decorar una habitación de invitados, puedes echar un ojo a ésta. Líneas sencillas, sin artificios, pero sin perder la personalidad y la elegancia.

Al lado de la cama, de estructura crema, se halla una mesita de noche muy llamativa con su propia lámpara.

En cuanto al suelo, se repite la moqueta, que crea ese ambiente acogedor.

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Baño en clave rústica

Según informa la propia inmobiliaria encargada de la venta, Douglas Elliman, la antigua mansión de Britney Spears puede presumir de nada menos que 7 baños, y éste no tiene nada que ver con el otro. 

Este cuarto tiene algunos detalles rústicos y muy chic, como el mueble del lavabo: con encimera de mármol claro y estructura de madera. Apenas un espejo rectangular, 'escoltado' por dos lámparas anaranjadas, lo adorna. 

Y, justo al lado, una bañera, enmarcada en una estructura de piedra, y con un cuadro de lo más moderno.

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Al calor del fuego

Otro de los mayores atractivos de la mansión son sus exteriores, repletos de vegetación. Cualquier esquina puede tornarse en el refugio perfecto, y así lo demuestra esta imagen.

A tan sólo un paso de una de las habitaciones, bajo una parra, se han colocado unas sillas alrededor del fuego, en una estructura de piedra. 

El porche

Otra buena opción para disfrutar al aire libre es este porche. Desde los suelos hasta el techo, parece que la piedra se adueña de este otro espacio exterior.

Un pequeño banco y dos sillas de hierro, adornadas con unos cojines blancos y verde oliva claro, conforman este rincón. En el centro, no podía faltar una mesa baja de cristal, también enmarcada en líneas oscuras.

Y, para iluminarlo, una lámpara que recuerda a un candil. 

Al más puro estilo mediterráneo

La parte trasera de la mansión no deja lugar a dudas: se trata de una impresionante villa de estilo mediterráneo. Así lo atestiguan sus paredes blancas, tejas rojizas, y, por supuesto, las características parras.

Aunque no se sitúe a orillas del Mediterráneo, si lo evoca gracias a las piscinas, de piedra, con aires romanos. 

Además de la terraza instalada bajo la parra, alrededor de estas piscinas, se encuentran varias hamacas, de hierro, para tomarse un descanso tras el baño.

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Sala de cine incorporada

Otro signo de lujo y exclusividad es este cuarto, equipado con todo lo necesario para envolver al espectador, como si de una sala de cine real se tratase.

Una gran pantalla, butacas... y hasta un sofá, por si se quiere estar todavía más cómodo. La luz tenue invita, asimismo, a recrear el ambiente más cinematográfico.

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El vestidor, en madera

La aspiración de cualquier amante es disponer de su propio vestidor, donde poder guardar todas sus prendas y accesorios. Éste, en concreto, dista del estilo marcado en el resto del interior, ya que, lejos de ser moderno, se presenta en clave vintage. Sólo hay que observar la lámpara de su techo.

Todos los muebles y vitrinas son de madera, y el suelo, por su parte, cuenta con una moqueta.