¿Te gusta el papel pintado en las paredes pero no te atreves a ponerlo porque piensas que se ensuciará enseguida? ¿Crees que es difícil de limpiar e imposible de mantener en buen estado? Si la respuesta a estas preguntas es sí, puede que necesites revisar lo que sabes de este material tan decorativo.
Si bien es cierto que requiere de ciertos cuidados y de un tratamiento especial, puede durar mucho tiempo impecable. Solo tienes que aprender a tratarlo. ¡No renuncies a su belleza y estilo!
Paredes libres de polvo
Es una pena aparcar las ganas de empapelar tu casa solo porque piensas que se va a estropear enseguida, ¿no crees? Es verdad que el papel pintado es un material delicado, pero también lo es la pintura plástica y todos pintamos las paredes sin preguntarnos cuánto tiempo van a durar limpias. El papel no se mancha necesariamente más que la pintura, y la capacidad para limpiarlo es similar.
Es necesario repasar de vez en cuando tus superficies empapeladas con un plumero de microfibra, capaz de atrapar el polvo sin extenderlo por la habitación.
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A cada tipo, su tratamiento
Una de las claves para saber cómo limpiar el papel pintado está determinada por el tipo de material.
- El papel pintado tradicional con base de celulosa es el más delicado de todos. En función del grosor y la calidad será más o menos lavable, pero no admite un exceso de humedad. El grado de lavabilidad ha de venir indicado por el fabricante.
- El papel pintado tejido no tejido (TNT) es más grueso y resistente que el anterior, pero tampoco podrás mojarlo. Su base de fibras sintéticas tolera que lo frotes suavemente con un paño mojado.
- El papel vinílico es el más fácil de limpiar, ya que soporta bien la humedad. Por algo es el que se recomienda para cocinas y baños.
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Eliminar las dichosas manchas
Una vez tienes claro los diferentes tipos de papel pintado, y lo que puedes esperar de cada uno, lánzate a la piscina, decídete por el que más te guste y disfrútalo. Tarde o temprano llegará ese momento en el que una mancha estropee tu preciosa pared. Sin embargo, no dejes que eso te preocupe demasiado porque siempre hay soluciones.
Si tu papel es tradicional o TNT, puedes tratar de eliminar la mancha con una goma de borrar. En caso de que no se quite, entonces prueba con un trapo mojado en agua con gas muy bien escurrido. Es clave que frotes muy suavemente porque de lo contrario podrías estropear la superficie.
¿La mancha es de grasa? Entonces aplica polvos de talco, cubre con un film plástico y deja actuar durante 24 horas. También puedes probar con harina de maíz.
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Cómo limpiar el vinílico
Además de sus muchas cualidades decorativas, el vinilo es un material muy resistente a las manchas y a la suciedad. Y, sobre todo, es fácil de limpiar. Eso ocurre también con el papel pintado vinílico, ya que para dejarlo perfecto solo tienes que frotarlo con una bayeta humedecida en agua jabonosa. Esta es la forma de mantener perfecta la pared entera y también de eliminar las manchas.
Garabatos infantiles
¿Tienes en casa un artista en potencia? Entonces seguramente haya experimentado con los materiales que tiene más a mano, tratando de plasmar su arte en las superficies más insospechadas. En caso de que tu pared de papel pintado haya sido el soporte elegido, hay ciertas cosas que puedes hacer… aunque el éxito no está garantizado.
Los trazos de lápices de colores, bolígrafo o rotuladores lavables se pueden eliminar con el borrador mágico, una esponja impregnada en una sustancia limpiadora que puede usarse en seco (mejor si el papel no es vinílico) o ligeramente humedecido. Lo importante es frotar muy suavemente.
Evita los ingredientes naturales como el vinagre, el limón o cualquier otro ácido. Tampoco uses alcohol ni amoniaco porque podrías dañar el papel.
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Errores a evitar
Enfrentarse a un papel pintado con manchas es todo un reto para el que debemos estar preparados. Puede que no siempre consigamos dejarlo perfecto, pero sí hemos de tener claros algunos errores a evitar que solamente empeorarán la situación.
- No uses productos especiales para papel pintado. No suelen funcionar. En caso de hacerlo, haz una prueba en una zona poco visible. Esto es válido para casi cualquier tratamiento que apliques.
- No utilices productos agresivos, ya sean multiusos, lejía o amoniaco.
- Tampoco lo frotes con estropajos o cepillos muy duros.
- No rasques el papel con cuchillos, espátulas o cualquier otro utensilio punzante. Podrías hacer un agujero casi sin darte cuenta.
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Un tratamiento antimanchas
En algunas ocasiones, por ejemplo en zonas de mucho uso, o cuando tenemos niños pequeños o mascotas en casa, es necesario dar a la pared un tratamiento especial que la convierta en una superficie capaz de repeler las manchas. ¿Te animas? Consiste en aplicar un líquido protector transparente con ayuda de un rodillo o una brocha. Se deja secar y se repite el proceso dos o tres veces. Como el producto es de base al agua, es fácil y limpio de usar.
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Juntas que se despegan
Con el paso del tiempo las paredes de papel pintado pueden sufrir algunos desperfectos. Uno de los más habituales es que se despeguen las juntas entre las tiras, quizá porque al instalarlas no quedaron suficientemente fijadas. Cuando esto ocurre, arruinan el efecto decorativo ya que saltan a la vista de un modo muy molesto.
Sin embargo, el problema tiene fácil solución. Basta con levantar el papel con cuidado, aplicar cola especial con ayuda de una brocha estrecha o un pincel y pegar frotando con un paño limpio.
Un consejo: aplica el adhesivo a la pared y al reverso del papel si es posible. Elimina cuando antes el exceso.
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Atención: en reparación
¿Qué es lo peor que le puede pasar a tu flamante pared de papel pintado? La lista de accidentes es larga y variada, pero imagina que se rompe en algún punto. Que se produce un rasguño o un agujero. ¿Cómo podríamos solucionarlo?
Si en lugar de desesperar nos ponemos manos a la obra, es posible arreglar el estropicio… siempre que hayas sido previsor y hayas guardado el papel que sobró al instalarlo (nunca está de más quedarse con un rollo por si acaso).
- Para empezar traza un marco con un lápiz y una regla alrededor del desperfecto y recorta con un cúter ese espacio, quitando la zona dañada.
- Busca un trozo de papel cuyo diseño se adapte perfectamente a esta parte. Corta el trozo adecuado del tamaño que necesitas, dejando unos 5 cm por cada lado.
- Sitúalo sobre la pared buscando el lugar exacto donde has de pegarlo y sujétalo con cinta de carrocero.
- Practica el corte doble en junta: tienes que superponer ambos papeles (el de la pared y el nuevo) y cortar ambos con el cúter haciendo un solo corte y retirando el sobrante de las dos partes. De esta forma, el trozo nuevo casa a la perfección en el hueco. Ya solo tienes que pegarlo.
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