Aunque su nombre está indudablemente ligado a la historia del cine, en los últimos tiempos, Diane Keaton ha revelado que una de sus grandes pasiones es la decoración. Y a juzgar por todas las publicaciones que ha hecho sobre ello, se ha convertido en toda una experta en la materia.
Siguiendo, de alguna forma, la estela de su padre, que fue ingeniero de caminos y agente inmobiliario, la actriz ha ido adquiriendo viviendas para después reformarlas. Entre ellas, se encuentra ésta, ubicada en Tucson, en el desierto de Arizona.
Se trata de una casa histórica, construida en el 1900, que compró hace dos años a la escritora Kathe Lison y su marido, Chris Cokinos, por un precio superior a los 1.300 millones de euros. Tal y como ella misma confesó, su objetivo era mejorarla y renovarla para transformarla en una villa rústica y elegante.
Ahora, sale al mercado con un valor de más de 22 millones de euros (2.600 millones de dólares), y el resultado no nos ha defraudado. ¿Te animas a echarle un vistazo?
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Un recibidor con alma rústica
El hall (o recibidor) es la mejor carta de presentación que existe, e, inequívocamente, Diane Keaton ha querido hacer del suyo todo un espacio que aventura lo que le aguarda a su futuro inquilino: un refugio rústico.
La intérprete que dio vida a la inolvidable Annie Hall ha optado por mantener la esencia del desierto, que ha impregnado en cada uno de los rincones de su hogar. De este modo, la madera, en una tonalidad muy oscura, casi negra, es la gran protagonista, y podemos encontrarla en los armarios, el banco (adornado por lo que parecen unos cojines de cuero) y en las vigas, que quedan al descubierto. De ellas cuelgan unas lámparas industriales, de pantalla blanca.
Una alfombra con un diseño que se asemeja al tablero de ajedrez cubre parte del suelo, y un gran cuadro, con guiños tribales, adorna la pared.
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Tradición y modernidad sin perder un ápice de esencia
No cabe duda de que la intérprete ha respetado el alma de esta histórica vivienda, y, sin lugar a dudas, lo ha conseguido. A pesar de que algunos elementos nos transportan al siglo pasado, como el candil o las tinajas, los ha fusionado con otros más modernos, y que combinan a la perfección con los primeros. Véase el ejemplo de las lámparas de techo, que parecen de hierro.
De nuevo, contemplamos cómo la madera oscura se encuentra en todo el mobiliario: desde los propios bancos (que cuentan con un respaldo lleno de color) hasta la mesa. Una vez más, las vigas de madera del techo quedan a la vista, consiguiendo un efecto casual y desenfadado.
En las ventanas, también ha optado por la simplicidad, manteniendo, simplemente, las estructuras de madera que las coronan.
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Simplicidad en cada esquina
La decoración de esta vivienda huye de cualquier artificio. Se ha procurado decorar de una forma simple, sencilla. Por ello, en esta estancia, tan sólo nos topamos con un imponente mueble de madera, que cubre gran parte de la pared, así como un sofá y una mesa de este mismo material. Al lado del sofá, que está situado en una estructura de banco, se ha dispuesto una pequeña mesa auxiliar, con una lámpara con pantalla de color granate.
Al igual que en el hall y el salón, la iluminación viene de la mano de lámparas de carácter industrial, mientras que el suelo está conformado por baldosas color tierra, características de la decoración de exteriores. Así, se apunta a una de las últimas tendencias: difuminar los límites entre decoración interior y exterior.
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Las tonalidades tierra dominan la decoración
El desierto de Tucson, cerca de la frontera con México, es árido, rudo... y eso es lo que ha impregnado la actriz en cada espacio. La cocina, sencilla, no es una excepción.
Presidiendo la estancia, una alargada mesa de madera, acompañada de unas sillas a juego, e iluminada por una lámpara de techo.
A su izquierda, unos muebles muy modernos, de color negro, con un papel que simula un enladrillado. Y a su derecha, se ha colocado un pequeño aparador. Todo este conjunto vuelve a dejar claro que no el estilo rústico no está reñido con la modernidad.
Siguiendo la línea de las otras dependencias, resaltan las vigas de madera, al descubierto, a juego con las estructuras que enmarcan los ventanales, y el suelo de baldosas claras.
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Toques de color
En esta otra cocina, se ha logrado un efecto aún más minimalista, aunque, eso sí, con una pequeña explosión de color. La llamativa vajilla con colores tan vivos como los rojos, los turquesas y los amarillos, confieren vida al espacio.
Al fondo, destaca otro mueble actual, de fondo oscuro, con encimera gris.
Llama, asimismo, la atención que este lugar conecta con el resto del hogar de forma directa, ya que no hay puertas. Diane Keaton decidió dejar el adobe, así como las paredes revestidas de barro originales de la casa.
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Con comedor incluido
En esta otra imagen, descubrimos que esta cocina dispone de una zona de comedor, conformada por una mesa alargada de tablas de madera, con bancos y sillas a juego.
Enmarcadas en las paredes, se han instalado varias baldas de madera para guardar utensilios propios de la cocina.
Con respecto a la iluminación, a los ventanales se suman tres lámparas que cuelgan de una cadena que parece de hierro oscura. Otro accesorio que nos recuerda al estilo industrial.
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Baños vintage
La propiedad tiene nada menos que cuatro baños, y uno de ellos es éste de la fotografía. Un cuarto que respeta la decoración del resto del hogar, con su característica fusión de detalles antiguos y actuales.
A un lado, dos grandes lavabos, muy simples, sobre los que se coloca un gran espejo rectangular, con marco negro, y dos lámparas de techo metalizadas. Y es que este color se adueña de toda la estancia, y, uniéndose al blanco, apuesta por el binomio infalible en decoración: el blanco y el negro.
La bañera y los suelos son sus mejores exponentes. La primera presume de un interior blanco y una estructura negra, y la segunda, por su parte, de un fondo oscuro y juntas claras.
Tal y como se refleja en el espejo, además de bañera, se ha instalado una ducha. Y debajo de los lavabos, se hallan dos cestas de fibra natural, con detalles en negro.
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Un dormitorio con luces cálidas
La vivienda cuenta con cuatro dormitorios que han sido decorados de una forma distinta, pero manteniendo un mismo denominador común: la simplicidad.
Así, en esta habitación, el elemento que destaca es la cama, con una estructura de madera clara que combina con su mesita auxiliar. Al otro lado, una lámpara de pie, con pantalla anaranjada, lo que confiere un ambiente cálido al espacio.
A diferencia de los otros rincones, en éste se ha decantado por un suelo de madera. Otro truco que ayuda a hacer más acogedor el dormitorio.
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Un guiño a los nativos americanos
Como se comentaba anteriormente, el desierto de Tucson está próximo a México, por lo que no es extraño que hay alguna que otra referencia a este país y a los indios nativos de esta zona. De hecho, en este otro cuarto, nos sorprende el color, ausente en el otro dormitorio, y que tanto describe la cultura mexicana. Aquí, combinan tanto el aparador como la estructura de la cama, ambos en verde. La ropa de la misma se suma a esta nota de color, con unos cojines y una colcha on detalles en amarillos y granates.
En una esquina, como elemento decorativo, hay varias tinajas antiguas. Y sobre el mueble, unos cuadros que representan a los nativos americanos.
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Conexión con el pasado
Diane Keaton vuelve a jugar con la decoración ancestral y moderna en este dormitorio. A la izquierda de la fotografía, un largo mueble, rudo, de madera, sobre el que se sitúa un televisor.
A la derecha, una cama, también de madera, y más allá, una zona de descanso con un banco y una mesa de centro del mismo material.
Puede que la elección de las lámparas no sorprenda, puesto que se repite en el resto de la propiedad, pero sí las paredes. En esta ocasión, ha dejado el ladrillo descubierto, y sobre el mismo, trozos de paredes salpicados por manchas negras.
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Piscina de aguas cristalinas
Uno de los mayores atractivos de la casa es su gran piscina, que mandó construir la propia Diane Keaton. Cuando la actriz compró la vivienda, ésta no existía, pero, en vista del resultado, fue todo un acierto.
Tras ella, se alza un improvisado rincón que respeta la arquitectura de la casa principal. Enmarcada por una estructura de madera, en su interior, hay un banco de madera, así como otras piezas de mobiliario del mismo material. Un rincón ideal para disfrutar, a orillas de la piscina, y protegiéndose del sol del desierto.
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Una terraza al estilo del desierto
En uno de los alrededores de la casa, Diane Keaton creó una terraza, con comedor incluido. Como bien se puede apreciar en la imagen, una alargada mesa de madera, combinada con dos bancos, se erige como un lugar de descanso. Por la noche, iluminado por varias lámparas de pared, negras, que cuelgan sobre la mesa.
Un frondoso árbol ofrece sombra y refugio en pleno sol. Y como elemento decorativo, dos esculturas de dos pequeños asnos, sobre el suelo desértico.
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El encanto del viejo y lejano Oeste
En otra parte del exterior, resalta este porche, con techo de madera y pared de piedra. En su interior, apenas hay un banco de madera para disfrutar, a la sombra, del desierto.
Otra muestra de que Diane Keaton ha conseguido sacarle el máximo partido y modernizar ese lejano Oeste, que inmortalizaron las películas western americanas. Todo un clásico de Hollywood.
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