El cambio climático es una realidad. Prueba de ello son las alteraciones climáticas que experimentamos cada estación, el recalentamiento del planeta y los fenómenos atmosféricos drásticos a los que nos vemos sometidos en los últimos tiempos. De hecho, podríamos poner como claro ejemplo el de la lluvia, puesto que, últimamente, en numerosas ocasiones nos hemos visto expuestos a lluvias torrenciales y a períodos de enorme sequía. Cuando llueve, la mayor parte del agua corre desbocada sin filtrarse en la tierra, y los jardines de lluvia pretenden ser una solución, aunque pequeña, para este problema.
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¿Qué es un jardín de lluvia?
Un jardín de lluvia es una depresión ajardinada poco profunda, que puede ser natural o artificial, y que tiene como objetivo recoger el agua superficial que corre por el terreno cuando llueve de manera abundante. Puede tratarse de una zona excavada que actúa como un recipiente para recolectar el agua de lluvia. Tienen formas y tamaños diversos, pero siempre están al final de una ligera pendiente, ya que es la manera de redirigir el agua hacia un punto concreto. Construir un jardín de lluvia en tu casa es una gran idea para mejorar el ecosistema y aprovechar el agua, un bien tan escaso y valioso.
La mejor ubicación
Si vives en una zona en la que llueve de forma abundante, planificar un jardín de lluvia en tu terreno puede ser una gran idea. Para elegir el lugar adecuado has de tener en cuenta ciertos requisitos:
- Debe estar en pendiente, situado entre una zona impermeable (la casa, un pavimento solado, aceras, etc.) y la zona más baja del terreno, que será el punto hacia el que corra el agua de la lluvia.
- Ha de haber al menos 5 metros entre la casa y tu jardín de lluvia, ya que si ese encuentra más cerca, se podrían dañar los cimientos de la casa por culpa de la humedad.
Un buen drenaje es esencial
Otra característica de los jardines de lluvia, además de la sostenibilidad, es la facilidad con la que drenan el agua. Esto depende en parte del tipo de terreno, ya que hay suelos arenosos que drenan el agua muy rápidamente, y otros arcillosos que lo hacen muy despacio. ¿Sabes qué tipo de terreno tienes en tu jardín? Es importante conocer este dato para saber si puedes crear un jardín de lluvia sin más, o si necesitas aplicar al suelo un tratamiento específico que consistiría en añadir arena al terreno o compost para mejorar el drenaje.
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Un consejo
Excava en el suelo de tu jardín un agujero pequeño de unos 20 cm de profundidad y llénalo de agua. Si después de 24 horas no queda ni gota en el hoyo, el terreno es apto para un jardín de lluvia. Si el agua no se ha filtrado por completo en este tiempo, entonces debes mejorar el drenaje.
Crear un estanque especial
La visión de un jardín de lluvia es, en ocasiones, similar a la de un pequeño estanque lleno de plantas. Puede ser más grande o más pequeño, según el tamaño de la zona que drenará el agua. Una manera de averiguar el tamaño ideal para tu jardín de lluvia es observar cómo filtra el suelo los días de lluvia abundante.
En cuanto a la profundidad, dependerá también de la pendiente sobre la que se situará. Si tiene menos del 4% de pendiente, bastará con que tenga unos 10 cm de profundidad. Con una inclinación de entre el 5 y el 7 % de inclinación, el jardín ha de tener unos 15 cm de profundidad. Si tiene entre 8 y 12 % de pendiente, la profundidad del jardín de lluvia debe ser de unos 20 cm.
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¿Qué plantas son las más adecuadas?
Las mejores plantas para un jardín de lluvia son, sin duda, las autóctonas. Se adaptan mucho mejor al terreno y al clima, necesitan poco mantenimiento y atraen a la fauna silvestre de la zona, desde mariposas y pájaros que controlarán las plagas, hasta insectos beneficiosos. Además, y esto es importante, las plantas autóctonas ayudan a filtrar el agua de la lluvia eliminando gran parte de las sustancias contaminantes que puede contener, por lo que el agua drenada está mucho más limpia. Elige plantas con gran capacidad de drenaje y algunas especies con flores para aportar color y belleza al jardín.
Manos a la obra
Una vez tengas claro dónde vas a situar tu jardín de lluvia, cómo es la superficie del terreno y qué plantas vas a elegir, ya solo queda dedicarse la tarea. Comienza por preparar el terreno creando, si no la tienes de forma natural, una pendiente ligera. Para ello has de cavar la zona del jardín, haciéndolo de manera regular para que el agua no se acumule solamente en un punto. Después es el momento de sembrar las plantas adecuadas y, por último, tendrás que regarlas adecuadamente.
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