Ariana Grande continúa ampliando su porfolio de propiedades. Si recientemente se hacía con una casa en lo alto de Sunset Street en Los Angeles, ahora ha comprado una propiedad de cuento que se encuentra ubicada en Montecito, en el californiano condado de Santa Barbara, donde tienen residencia otros rostros conocidos como Meg Ryan, Oprah Winfrey o Ellen DeGeneres.
Precisamente Ellen ha sido la que ha vendido a la cantante esta maravillosa casa, conocida como Casa Porter, que la presentadora y su pareja, Portia de Rossi, adquirieron a principios de año como inversión, con el fin de reformarla y venderla de nuevo por una cifra superior.
La mansión data del siglo XVIII y fue construida en Surrey (Inglaterra) desde donde se llevó a Montecito y se reconstruyó piedra a piedra. Es de estilo Tudor y está compuesta de dos edificaciones unidas por un invernadero acristalado.
Los interiores son acogedores y mantienen la línea de la fachada, con vigas de madera vistas y paredes de piedra blanca; un aire rústico que se rompe con muebles que combinan lo retro con lo moderno.
Este es uno de los dormitorios de la casa, donde los textiles de tono neutro siguen cediendo protagonismo a la propia construcción, en la que no faltan los grandes ventanales.
Los materiales naturales siguen estando presentes en otras estancias de la residencia, como es el caso de este cuarto de baño, presidido por una gran bañera de piedra
La cocina está abierta al comedor y a una sala de estar y diseñada con fogones retro, encimeras oscuras y mobiliario de madera, un material que actúa como hilo conductor de todo el espacio.
La propiedad le ha costado casi 6 millones de euros y cuenta con más de 500 m2, rodeados de un extenso jardín. En su interior, 2 dormitorios, 2 baños, 2 aseos, 2 cocinas y diferentes espacios de salón o zona de estar.
El impresionante dormitorio principal cuenta con chimenea y altos techos abuhardillados y suelos de madera noble; un espacio abierto que comunica con la planta inferior.
Bajo la escalera hay una sala de estar con sofás, mesas de café, butacones y una nueva chimenea. Las lámparas de estilo antiguo medieval se integran a la perfección con el espacio.
Esta sala tiene salida directa a la zona exterior donde se encuentra el jardín y cuenta con grandes ventanales que permiten la entrada de luz natural.