Desde las sábanas hasta las mantelerías, cada uno de los textiles de hogar requiere unos cuidados especiales a la hora de lavarlos y guardarlos. Es importante darle a cada prenda el tratamiento que necesita para lograr mantenerla en perfectas condiciones. Descubre cómo cuidar toda la ropa de casa.
Ropa de cama perfecta
Uno de los elementos fundamentales a la hora de disfrutar del mejor descanso nocturno es, sin duda, la ropa de cama. Concretamente las sábanas, que nos acogen cada noche y a cuyo tacto nos abandonamos. Por eso es importante elegirlas de calidad, de tejidos naturales como el algodón o el lino, para que ir a dormir sea todo un placer. Y para que se mantengan siempre como el primer día, hemos de cuidarlas con mimo.
Si son de algodón (lo que es recomendable) se pueden lavar a máquina a alta temperatura (a 60º C acabarás con los ácaros y otros microorganismos). A la hora de guardarlas, agrúpalas por juegos colocando juntas la sábana bajera, la superior y las fundas de almohada. Si es posible, no las apiles en el armario; mejor fija con guías unas cestas metálicas para colocarlas.
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Edredones y colchas impecables
Ahora en verano no los necesitarás, por lo que es buena idea prepararlos y guardarlos hasta el otoño que viene. Si no tienen manchas bastará con airear los edredones en un lugar bien ventilado, pero si están sucios será necesario limpiarlos. Lleva los más grandes a la tintorería y lava los pequeños en casa. Para los sintéticos programa en la lavadora un ciclo corto, a 60º C y con jabón neutro. Los de plumas necesitan un programa de lana (para ropa delicada). Mete en el tambor algunas pelotas de tenis y evitarás que se apelmacen.
A buen recaudo
Guardar mantas y edredones puede ser un problema cuando el espacio escasea, aunque siempre hay soluciones que ayudan. Puedes utilizar bolsas de almacenaje de las que hacen el vacío. El aire se extrae con ayuda del aspirador y el volumen se reduce hasta un 75 %.
Si lo prefieres, puedes enrollar los edredones y doblar las colchas en cuadrado. Todo ha de estar bien protegido en fundas de plástico o tela.
Lava las mantas pequeñas en casa, con un programa de lana y sin poner suavizante para que no se apelmacen las fibras. Después sécalas en horizontal, en la bañera, por ejemplo.
Sobre el mantel
Vamos a organizar una celebración en casa (observando, por supuesto, todas las medidas de seguridad a las que nos aboca el coronavirus a la hora de recibir a nuestros invitados) y, al sacar la mantelería de las ocasiones especiales nos damos cuenta de que ha amarilleado. Esta situación es de lo más habitual y existen soluciones para resolverla.
Puedes dejar el mantel y las servilletas en remojo en agua templada con bicarbonato (tres cucharadas soperas por litro de agua son suficiente) y después lavar de la manera habitual.
Otra alternativa que funciona es añadir en el cajetín del detergente tres o cuatro cucharadas de perborato a la hora de lavar la mantelería.
Cuando vayas a guardarla, después de usarla, asegúrate de que no tiene ninguna mancha, y métela en un armario o cajón cerrado envuelta en un paño azul para protegerla de la luz.
Los bordados más delicados
¿Tienes alguna mantelería especial bordada o un juego de sábanas antiguo decorado con puntillas? Si es así conviene ser precavidos para que no se estropeen. Puedes lavar esas prendas a máquina con agua fría y un programa para ropa delicada.
Rocía los bordados con agua con sal antes de meterlos en la lavadora y no perderán color. Al plancharlos, siempre a baja temperatura, coloca los motivos del revés colocándolos entre dos toallas.
Textiles en la cocina
Es uno de los espacios en los que se necesita más higiene y cuidados. Los paños, por ejemplo, hay que cambiarlos a diario. Es importante lavarlos en agua caliente para eliminar, no solo las manchas, sino también los gérmenes y las bacterias. Y ahora en la época postcovid-19 adquiere todavía más relevancia no solo la limpieza, sino también la desinfección.
Dado que van a tener que soportar continuos lavados, lo mejor es elegir paños de buena calidad y 100 % de algodón.
En cuanto a los delantales también tendrás que lavarlos con frecuencia, ya que se mancharán bastante. No te olvides de pretratar las manchas para eliminarlas por completo.
Un baño de suavidad
No hay nada más agradable que salir de la ducha y envolverse en una toalla suave, mullida y fresca, ¿verdad? Para que estén siempre así, además de elegir toallas de calidad que te duren mucho tiempo, tendrás que cuidarlas.
No las laves en agua muy caliente, hazlo con poco detergente y poco suavizante, para que no se apelmacen las fibras, y nunca lo pongas en el primer lavado.
Para guardarlas, puedes enrollar las toallas pequeñas y colocarlas en una cesta, y el resto organizarlas por juegos: de baño, de ducha y de lavabo.
¿Un truco para conseguir un extra de suavidad? Sustituye el suavizante por un buen chorro de vinagre blanco y te sorprenderá el resultado.
Suben las temperaturas
Aunque estés habituada a lavar la mayor parte de tu ropa a máquina en agua fría, no has de tenerle miedo a las altas temperaturas. En algunos casos es más que recomendable seleccionarlas a la hora de hacer la colada.
Un ejemplo lo encuentras en la forma de cuidar tus mantelerías. Si son 100 % de algodón, puedes lavarlas a 60º C ya que te quedarán mucho mejor; sin embargo, si su composición lleva mezcla de poliéster u otras fibras sintéticas, conviene no pasar de los 30 ºC.
Ocurre lo mismo con las sábanas y el resto de ropa de cama. No solo no se estropean por lavarlas en agua caliente, sino que te quedarán perfectas, sin rastro de manchas ni suciedad.
¿Dónde la guardo?
No siempre disponemos de un armario específico para organizar la ropa de casa, la mayor parte de las veces porque no hay sitio para él. Entonces hay que buscar nuevos espacios en los que colocar sábanas, manteles y toallas. Aquí tienes algunas ideas que pueden servirte, si las necesitas.
- En el canapé de la cama: es un lugar perfecto para almacenar la ropa de cama que menos se utiliza, desde mantelerías de fiesta hasta edredones y mantas, almohadas de repuesto, etc. Una idea para mantenerlo todo en orden es hacer unos separadores con tableros.
- En una cómoda de cajones en el dormitorio: puedes usarla para guardar los textiles que más se usan, desde juegos de sábanas hasta mantelerías de diario, toallas, etc.
- En el maletero del armario: puedes utilizarlo para almacenar las cosas que más ocupan, como edredones de invierno, mantas grandes, etc.
- Baúles: resultan prácticos para cojines y plaids.
- Estanterías o baldas: en la pared del cuarto de baño o debajo del lavabo, son un buen lugar para colocar toallas y tenerlas a mano.