La encimera de la cocina es un elemento fundamental. En ella se centraliza la zona de trabajo y preparación de los alimentos, por lo que es necesario mantenerla siempre limpia. Y en los tiempos que corren, en la “nueva normalidad” impuesta por la pandemia del coronavirus, es también esencial saber cómo hemos de desinfectar las superficies en casa, y muy especialmente la encimera. En cualquier caso, el método de higiene a utilizar dependerá del material del que esté fabricada.
La limpieza diaria
Es la superficie estrella en la cocina, la que más atención acapara y sobre la que se realizan la mayoría de las funciones, pasando por la más importante que es la preparación de los alimentos. Por todo ello es clave que la encimera esté siempre limpia, y para ello hay que extremar la higiene continua a diario.
Se trata de pasarle una esponja o una bayeta con agua y jabón siempre que sea necesario. Así que ten a mano un paño de microfibra que utilices en exclusiva para tu encimera y úsala cada vez que se derrame algo sobre ella o se ensucie.
Un consejo
Dado que es el escenario perfecto para que proliferen las bacterias, no está mal que apliques una vez al día un producto antibacteriano específico.
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Las mil posibilidades del cuarzo
Por sus cualidades y sus múltiples posibilidades decorativas, las encimeras de cuarzo compacto están presentes en un gran número de cocinas. Son tantas las opciones de colores, acabados y modelos que no es de extrañar que tengan tanto éxito. Además, el cuarzo compacto es un material resistente y no poroso, por lo cual no suele ensuciarse demasiado y resulta fácil de limpiar.
Para el mantenimiento diario puedes emplear agua y jabón. No utilices estropajos abrasivos, ya que lo pueden rayar.
Un consejo
Los expertos recomiendan usar periódicamente productos específicos para este tipo de encimeras, como el limpiador Q-Action desarrollado por Silestone. Así consigues una limpieza a fondo sin dañar el material.
La belleza de la piedra natural
Pocas encimeras reflejan matices más bellos que las de piedra natural, quizá porque su autenticidad es difícil de imitar por otros materiales. El caso es que tanto las de mármol, como las de granito o cuarcita, poseen una magia especial. Además, tienen la ventaja de ser muy resistentes y duraderas, y de soportar con estoicidad los impactos y las altas temperaturas.
Sin embargo, tienen un punto débil: la porosidad que las hace susceptibles a las manchas, ya que absorben fácilmente los líquidos. Por eso hay que estar alerta y limpiarlas a menudo con agua y jabón neutro, sin utilizar productos agresivos que puedan estropearlas. Si se derraman líquidos ácidos como zumo de limón o vinagre, procura retirarlos cuanto antes.
Un consejo
Para combatir las manchas difíciles un truco que suele funcionar consiste en aplicar una pasta con bicarbonato y agua, dejar actuar unos minutos y después aclarar.
Una protección extra
Una buena alternativa para proteger las encimeras de piedra natural y aquellas que están fabricadas con materiales porosos es aplicar un tratamiento impermeabilizante que evite que los líquidos penetren en el interior. Este tipo de productos son adecuados para superficies de mármol, granito y madera, y han de aplicarse cada cierto tiempo para que resulten efectivos.
Madera, protagonista en ambientes rústicos
Aunque las encimeras de madera eran bastante frecuentes en las cocinas de hace unos años, en la actualidad van perdiendo vigencia frente a otros materiales actuales más resistentes. Sin embargo, continúan triunfando en cocinas de estilo rústico o de campo. Como son bastante delicadas, hay que mimarlas y dedicarles ciertos cuidados. Es necesario protegerlas del agua, ya que se deterioran por efecto de la humedad. Cuando tengas que limpiarla, pásale una bayeta mojada en una solución de agua jabonosa, muy bien escurrida para no mojarla demasiado.
Un consejo
Aplica a tu encimera de madera un tratamiento con un aceite específico que la nutra y le devuelva su brillo natural, y repítelo cada dos o tres meses.
Encimeras laminadas, una solución asequible
Son la opción más económica en el panorama de las encimeras de cocina, y una alternativa perfecta cuando es necesario cambiarla y el presupuesto es ajustado. Llevan, por lo general, una base de aglomerado y una capa plástica superficial que puede ser lisa, con color, o imitar otros materiales como la madera o la piedra.
La limpieza diaria de las encimeras laminadas se realiza con agua y jabón, sin mojarla demasiado ya que la humedad es uno de sus grandes enemigos. Cuando se produzcan manchas difíciles de eliminar, resulta efectivo aplicar una pasta de bicarbonato y agua, dejando actuar 15 minutos y aclarando después.
Acero inoxidable, estilo industrial
Si te apasiona la cocina y pasas mucho tiempo en ella, entonces seguro que te encantan los espacios de estilo industrial como los de los restaurantes profesionales. En ellos destacan las encimeras de acero inoxidable, un material resistente y muy higiénico ya que no es poroso y resulta fácil de limpiar. Un poco de agua y detergente lavavajillas es suficiente para dejar las superficies de acero impolutas, aunque hay que tener cuidado de no usar estropajos abrasivos, ya que es un material que se raya con facilidad.
Un consejo
Las manchas difíciles se eliminan con un paño impregnado en aceite o con alcohol de quemar (si no tienes a mano puedes utilizar ginebra: dejará un brillo increíble en el acero).
Porcelánico de última generación
Es uno de los materiales más innovadores en lo que a las encimeras de cocina se refiere, y esto es por sus grandes cualidades de resistencia y durabilidad, y por sus múltiples posibilidades estéticas. Las encimeras porcelánicas son bellas y fáciles de mantener, ya que apenas se ensucian debido a su baja porosidad (son prácticamente impermeables). Un ejemplo son las superficies de piedra sinterizada de Neolith, fabricadas con minerales y óxidos naturales a los que se somete a diferentes tratamientos de presión y cocción a altas temperaturas. A la hora de limpiarlas, basta con utilizar una bayeta de microfibra y agua jabonosa, aunque el porcelánico resiste la acción de la mayoría de los productos químicos.
Desinfección en tiempos de coronavirus
Además de limpiar cada día tu encimera, también necesitas desinfectarla, debido a las condiciones impuestas por la situación de alerta sanitaria en la que vivimos. Aunque la recomendación general es utilizar lejía diluida en agua, para determinados materiales puede no ser lo más adecuado. Un ejemplo son las encimeras de cuarzo compacto con acabado pulido, que pierden el brillo si las limpias frecuentemente con lejía. Para evitarlo lo mejor es aclararlas con agua una vez desinfectadas.
Un consejo
En aquellos materiales en los que no sea aconsejable utilizar lejía o alcohol para desinfectar, puedes emplear un multiusos capaz de neutralizar los virus (consulta en Internet la lista de virucidas aprobados por el Ministerio de Sanidad).