‘Home sweet home’. Nada como los colores pasteles para lograr una decoración de interiores tranquila y dulce. Pero, además, los tonos empolvados de rosa, azul, verde y amarillo iluminan, llenan la estancia de una serena armonía y son menos peligrosos, decorativamente hablando, que los brillantes u oscuros. Aunque no temen el frío, son una de las tendencias de decoración del verano, por su delicada frescura. Descubre cómo quitarles su fama de ñoños y aburridos, usándolos (y combinándolos) adecuadamente.
Juntos y revueltos
Son los tonos de los ‘macarons’ de la pastelería francesa Ladurée y de la ropa que nos ponían nuestras madres cuando éramos bebés, pero también de la 'María Antonieta' de Sofia Coppola y de las últimas ‘fashion weeks’. Combinados entre ellos, como en esta propuesta de HomeSense, crean ambientes llenos de paz, que te conquistan por su suavidad, a la que caes rendida desde el primer instante.
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Dulce, sí, soso, no
No le tengas miedo. Como si fuera un maquillaje ligero, pero favorecedor, el rosa suave posee romanticismo y dulzura, pero también personalidad y carácter, siempre que evites el empacho empalagoso, usándolo con acierto. En pequeñas pinceladas o acaparando todo el protagonismo, como en este ambiente de Furniture Village, actualízalo con complementos en tonos intensos y con piezas de diseño.
Espíritu libre
A pesar del halo de romanticismo que les acompaña, los colores pasteles son buenos aliados de los ambientes urbanos. Los verdes y azules empolvados pueden ser modernos y cosmopolitas, siempre que los integres en espacios de paredes neutras y busques la colaboración del blanco y el gris.
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En toda la casa
En la cocina, el salón o el dormitorio, no hay estancia de la casa que niegue la entrada a este verde menta con aire ‘vintage’. Por eso, resulta un buen acompañante de interiores clásicos. retros o, incluso, rústicos, ‘tocados’ con hierro, acabados envejecidos y objetos de otras épocas. Combínalo con madera y blanco y habrás conseguido una refrescante y encantadora atmósfera, ajena al paso de las modas.
En versión sofisticada
A pesar de su imagen aniñada, pueden lucir también sofisticados y maduros, si los mezclas con tonos fuertes, que contrasten. Con las paredes pintadas en un estiloso gris de Jotun, la mesa de comedor azul pastel gana en personalidad, demostrando que la dulzura es una buena aliada del ‘glamour’.
Subido de tono
La ausencia de género del color amarillo le convierte en una buena opción en ambientes donde precises concentración y un marcado acento funcional, como rincones de trabajo o zonas de escritorio. Para acentuar ese aire profesional, apuesta por una versión más ácida, como las de las sillas de Muuto, que mantiene intacta su ingenuidad y bondad, pero saca a relucir todo su carácter.
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Cuestión de carácter
Si los combinas con gris e, incluso, con negro, el resultado será no solo impactante sino también tremendamente particular, incluso cuando se usa en el dormitorio. Aunque el rosa pastel puede protagonizar la decoración de un interior, se siente más cómodo cuando actúa como secundario o como un simple figurante, en la ropa de cama, por ejemplo, para no resultar demasiado empalagoso.
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El nuevo azul bebé
Ha vuelto a la casa, y a nuestro armario (las colecciones primavera-verano de Dior y Loewe son una muestra de este retorno) dispuesto a conquistar los interiores (y nuestros ‘looks’) más veraniegos. Este azul con pigmentos de blanco, que recuerda a la ropa de bebé, se siente bien tanto en piezas principales, como esta butaca de Fraifrau, como en accesorios, como cojines como ropa de cama. Para realzarlo, mézclalo con otros azules más intensos, como el de la pared.
Mezcla atrevida
Combinar diferentes colores pasteles suele dar siempre buen resultado 'deco', pero si te guste correr riesgos y buscas un efecto más personal y potente visualmente, prueba a contrastarlos con tonalidades fuertes, como gris antracita, negro o azul añil. En este ambiente, con la pared y el friso decorativo pintados en oscuro, el sofá cama en rosa suave de Go Modern Furniture focaliza la atención y se convierte en el rey del espacio.
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Esencia nórdica
Los colores pasteles son buenos aliados de la decoración nórdica más dulce, aquella que presta menos atención al blanco y al negro y evoca un nuevo minimalismo cálido. Una filosofía de hogar dulce hogar que se refleja muy bien en este ambiente de HAY, con un sofá amarillo pálido, tan funcional como bello y confortable.
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Para rejuvenecer un clásico
Los interiores en tonos pasteles plantan cara al ritmo acelerado de la vida actual, diseñando ambientes llenos de encanto y paz. Muy versátiles, tienen la capacidad de actualizar un ambiente clásico o personalizar un comedor ‘vintage’, como este de La Redoute Interieurs, con una sola pincelada. Para potenciar su modo ‘green’, nada mejor que las fibras vegetales y los tejidos naturales.
Infalibles en el dormitorio
Desde siempre vinculados a los cuartos infantiles, este verano se cuelan en el resto de las habitaciones de la casa, reclamando su derecho ‘deco’ en los dormitorios juveniles y de matrimonio. Para no fallar, recuerda que, si los incorporas a estancias con una base blanca o neutra clara, potenciarán la luminosidad y ofrecerán una pincelada llena de frescura y optimismo.
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