En la campiña de Wilthsire, un condado al suroeste de Inglaterra, se alzan imponentes casas señoriales, pero ninguna como la de Bolehyde Manor. Una mansión que guarda una curiosa relación con la Familia Real británica. En especial, con el príncipe Carlos, de quien se dice que ha sido uno de sus huéspedes más frecuentes. Allí, el príncipe de Gales cortejó a una joven Diana Spencer, y en 1973 se convertiría en el hogar que su actual esposa, Camilla de Cornualles, compartiría junto a su primer marido, Andrew Parker Bowles.
El oficial Parker Bowles adquirió la casa, que en 1986 fue vendida a los condes de Cairns, según informa el Daily Mail.
Sin embargo, 25 años más tarde, Bolehyde Manor volvería, de nuevo, a captar la atención de una familia cercana a la Casa Real de Reino Unido: Carole y Michael Middleton. Los padres de la duquesa de Cambridge buscaban nueva casa en 2011, y mostraron su interés por la finca, pero finalmente se decidieron por otro lugar, The Manor, para instalarse.
Ahora, esta espectacular casa de campo vuelve a estar a la venta por un valor de 4.180.500 euros (más de 3 millones de libras), a la espera de que un nuevo propietario se haga con ella.
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Salón con carácter señorial
Bolehyde Manor cuenta con nada menos que 4 espaciosos salones como el de la imagen, y sin lugar a dudas, su decoración respeta su marcado carácter señorial.
Se trata de una dependencia con techo alto, y que, pese a contar con un suelo de piedra (lo que le podría dar aspecto frío), ha logrado el efecto contrario. Es decir, nos encontramos un rincón muy acogedor, gracias, sobre todo, a la cuidada elección (y tonalidad) de sus elementos decorativos.
La chimenea de piedra que preside el salón, está protegida por una barandilla de hierro negro, cuya parte superior está acolchada y forrada en cuero. Así, si el inquilino quiere acercarse al calor de la chimenea, podrá hacerlo de una manera cómoda y guardando una distancia prudencial.
A ambos lados, se hallan dos pequeñas estanterías instaladas, a su vez, dentro de una estructura de madera oscura, probablemente roble, que cubre la pared. Y a la izquierda de la misma, una lámpara de pie.
De hecho, otro detalle que llama la atención es la luz tenue que envuelve la estancia. Aunque la luz natural entra por la ventana, se han colocado, además de la anteriormente nombrada, una lámpara de pared y otras dos más pequeñas sobre unas mesas auxiliares.
No faltan tampoco, los verdaderos reyes de un salón: los sofás. En esta ocasión, se han decantado por dos: uno tapizado en tonos verdes y el otro en coral claro. Y acompañándolos, un majestuoso sillón blanco.
Asimismo, se ha colocado un banco central de madera tapizado, donde dejar, comódamente, algún libro o revista que se esté leyendo. Las tonalidades de la alfombra, con fondo burdeo oscuro, también mantienen ese estilo antiguo, y combina a la perfección con la línea de la casa.
Cabe destacar otra pieza decorativa: la mesa circular de madera, ubicada junto a uno de los sofás, adornada con un ramo de flores secas.
Por último, dando un acceso directo al frondoso exterior, una imponente y rústica puerta de madera.
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Otro sofisticado salón
En esta otra fotografía, la inmobiliaria descubre otro de los sofisticados salones de la vivienda.
De nuevo, divisamos algunos elementos decorativos que se repiten: la chimenea de piedra con su barandilla de cuero o la alfombra de estilo oriental. Sin embargo, este rincón se presenta con un aire un poco más desenfadado. Parece reservado para disfrutar del tiempo libre, tal y como 'delata' el televisor de la esquina.
No por ello pierde elegancia y refinamiento, presente en cada uno de las piezas de mobiliario, desde el sofá en color crema hasta el banco tapizado del centro de la estancia o la mesa auxiliar de madera al lado de la televisión, así como la altura de sus techos.
Cabe resaltar que la nota de color llega de la mano de las dos butacas coral que se sitúan a la izquierda de la imagen, en combinación con las cortinas. Entre ambas, una mesa auxiliar con fomra circular.
En cuanto a la iluminación, una vez más, han elegido lámparas de pared y otras de mesa.
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Paneles de roble oscuro
Los propios agentes inmobiliarios detallan que los propietarios de la vivienda han instalado diversos paneles de roble oscuro, y fe de ello da esta parte del salón visto en la imagen anterior.
Una apuesta que respeta el carácter rústico y estilo antiguo de la casa. A juego con el panel, adornado con un pequeño cuadro floral, una mesa que casi se camufla con el mismo, y también parece del mismo material.
En este rincón, se aprecia, asimismo, un sofá en color crema, más moderno que el resto de elementos, y por este motivo se han incorporado unos cojines a juego con las cortinas y la pequeña alfombra que se encuentra en el suelo, de color claro.
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Elegancia con sello british
Otra de las estancias que han quedado al descubierto es este estudio, tan sofisticado y refinado como el salón anterior. En este espacio, los protagonistas son los libros, perfectamente colocados en unas estanterías, de baldas blancas, que envuelven la habitación. Aunque la cantidad de obras es notable, están bien organizadas, lo que da un aspecto armónico y cargado de intelectual.
Asimismo, hay una pequeña chimenea de piedra con dos lámparas a cada lado. Y sobre la misma, se ha colocado un cuadro, que parece de estilo romántico, y que cuenta con su propia luz para resaltarlo, como si de un museo se tratase.
En realidad, la función de la chimenea es separar dos rincones claramente diferenciados: a un lado, un estudio, y al otro, un refugio reservado a la lectura.
En efecto, a la izquierda, se han instalado dos muebles blancos, uno con espacio para guardar más libros, y otro con cajones, e irrumpiendo entre ambos un escritorio de madera. Esta parte, además, tiene una silla propia, también de madera, acorde al estilo del mobiliario.
Descubrimos sobre este escritorio lo que se asemeja a un fichero de madera y un cuadro, de un paisaje natural, que al igual que sucedía con el anterior, goza de iluminación propia para resaltarlo. Las fotos y hasta un ramo de flores se suman en la encimera de este área.
Por otra parte, contribuyendo a conformar ese espacio reservado a la reflexión, un pequeño sofá y dos butacas, tapizadas con una tela de motivos florales. Un detalle con indudable sello british.
Por último, la alfombra, de estilo oriental, que cubre todo el centro de la estancia, se suma a crear ese ambiente antiguo y señorial.
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Habitación con tocador vintage incluido
Bolehyde Manor cuenta con nada más y nada menos que 8 dormitorios, y 3 más, anexos. Uno de ellos es éste, que parece trasladarnos a otra época.
En esta ocasión, se ha apostado por los tonos claros (sobre todo cremas y blancos), en el pequeño armario de la esquina y en la cama.
Pero tampoco podía faltar la madera, que combina a la perfección con esas tonalidades. Así, se encuentran dos mesitas auxiliares a cada lado de la cama, pero, sin duda, resalta el tocador de estilo antiguo que se divisa al fondo. En realidad, compuesto por una mesa vintage de madera oscura y un espejo de mesa, con forma circular, sobre el mismo, e iluminado con dos lámparas que lo 'escoltan'.
En la misma línea, descubrimos una silla de madera en la esquina, y dos cuadros con marco en dorado.
Al descubierto también quedan las estructuras del techo, pintadas de color blanco.
En la imagen de la derecha, se muestra otro área de la habitación, compuesta por una mesa circular cubierta con una tela azul y sobre la que se han dispuesto varios libros. De esta manera, se ha creado un pequeño rincón de lectura dentro del propio dormitorio.
Y, sin duda, mantiene el estilo vintage que se comentaba anteriormente: tanto las sillas, con respaldo de madera y cojín tapizado, como la cómoda de madera, son antiguas.
Más allá, se descubre un pequeño sofá en color crema, y las cortinas largas con motivos florales.
Por último, el suelo, en tono claro, parece estar cubierto por una fina moqueta.
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Un comedor rústico
Este comedor 'rompe' con los salones, y es que goza de un carácter muy rústico, acorde con su localización.
En este espacio, con las vigas de madera al descubierto, no falta tampoco la chimenea, al fondo, y un retrato antiguo sobre la misma, siguiendo el estilo decorativo de las casas de campo antiguas.
La larga mesa, de madera, está acompañada por unas sillas tapizadas en color coral, y que combinan no sólo con la alfombra que se sitúa bajo ellas, sino con las cortinas de la estancia.
De nuevo, se pueden apreciar otras piezas de mobiliario de madera, que se suman a las vigas y a la mesa principal, como la mesa a la izquierda de la imagen (que se asemeja a la de un recibidor), o la pequeña estantería justo en frente.
Lo que también llama la atención son las ventanas (más numerosas que en estancias anteriores), que permiten pasar la luz natural, y prescindir de la lámpara de pie y las de la pared.
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El 'jardín de mujeres'
Los actuales propietarios que han sacado a la venta la casa resaltan, sobre todo, el valor incalculable de sus alrededores, rodeado de jardines. Uno de ellos es el conocido como 'jardín de mujeres'. Este peculiar nombre quizá se deba a la estatua de piedra que se esconde en él. Una escultura que representa a una dama italiana, que según explican desde la inmobiliaria, se cree que fue introducido en el siglo XVII y llama la atención por su aire nostálgico.
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Con foso incluido
La inmobiliaria explica que al sur de la vivienda, todavía se mantiene un fragmento del foso que antes rodeaba esta casa señorial. Los propietarios que ahora la han puesto a la venta han puesto una bomba para mantener la claridad del agua.
Y tal y como se puede apreciar en la fotografía, está protegido por un muro de piedra, lleno de naturaleza.
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Exterior frondoso
Los alrededores de Bolehyde Manor son un claro ejemplo de la frondosa campiña inglesa, repleta de árboles.
No es de extrañar que esta privilegiada localización cautivara al príncipe Carlos, apasionado de la naturaleza y de la jardinería, una de sus grandes aficiones.
Además del jardín anterior, la inmobiliaria que vende la casa detalla que la vivienda cuenta con varios jardines secretos que se conectan entre sí a través de paseos de piedra.
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Puertas de hierro forjado
La naturaleza del exterior está protegida por imponentes puertas de hierro forjado. Pero la vivienda no sólo cuenta con preciosos jardines, sino con una extensión de más de 73 hectáreas (sin incluir los anteriores). Unas tierras que los actuales dueños han reservado para la agricultura orgánica.
Además, al noreste hay un área "ideal para entretenerse al aire libre", con una cancha de tenis, una piscina y un complejo de casas en los árboles.
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El patio
A través del recibidor o la cocina se puede acceder a este patio pavimentado, parcialmente cerrado y decorado con enredaderas, flores y otras plantas.
Para disfrutar al aire, se han colocado unas mesas de madera, así como un banco, en el que se pueden organizar comidas durante el verano.
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Testigo de la historia
Además de su conexión con la Familia Real británica, Bolehyde Manor es una casa señorial con siglos de historia. El primer registro de la vivienda se remonta a hace 700 años.
No obstante, la mansión original data del siglo XVII, cuando fue adquirida por los Gale, una familia de constructores, en 1635. Aunque no está conservada como en sus inicios, desde la inmobiliaria explican que algunos de los anexos que se sitúan a su alrededor sí lo son.
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