Aunque aún no ha llegado el verano de forma oficial, lo cierto es que cada día hace más calor. Es el momento de preparar el aparato de aire acondicionado para que esté en perfectas condiciones cuando tengas que empezar a usarlo.
Ambientes frescos y saludables
Empujados por la situación especial a la que nos ha sometido la pandemia del coronavirus, ahora pasamos más tiempo en casa. Y con el verano a la vuelta de la esquina se hace necesario disponer de un buen sistema de aire acondicionado que climatice nuestro hogar y nos ayude a combatir el intenso calor. Además, según los expertos de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, se ha descartado que el virus del COVID-19 pueda reproducirse en el aire acondicionado, por lo que no es obligado pasar calor en casa.
Sin embargo, es importante que nos mentalicemos en hacer un uso responsable del aire acondicionado, no solo en aras de la sostenibilidad, sino también pensando en nuestra salud. Comienza por elegir la temperatura interior de forma adecuada, entre 24 y 26 ºC, para conseguir en casa un ambiente agradable. Piensa que, además, cada grado que baje la temperatura supondrá entre un 5 y un 8% más de consumo energético.
Un trabajo necesario
Si tienes en casa una instalación de tipo split, el mantenimiento anual puedes hacerlo tú mismo, sin ayuda profesional. Cuidar el aparato del aire acondicionado tiene muchas ventajas: para empezar, conseguirás que funcione de una manera más eficiente, con lo que el ahorro energético será mayor. También aumentará la calidad del aire que se respire en tu casa, y alargarás la vida útil de la máquina. ¿No crees que son razones suficientes para dedicarle algo de tiempo a tu aire acondicionado? El proceso es sencillo.
Un consejo: tú puedes encargarte de limpiar y poner a punto el aparato, pero recuerda que cualquier avería o problema que surja ha de ser solucionado por un profesional cualificado.
Filtros limpios, aire más puro
Es la primera tarea que has de realizar a la hora de poner a punto el aparato del aire acondicionado. Unos filtros limpios conseguirán que el aire de tu casa esté libre de impurezas y ácaros, lo que es importantísimo si alguna persona de la familia es alérgica al polvo o sufre alguna afección respiratoria. Además, es difícil que el aparato funcione de forma eficiente si los filtros están sucios, ya que eso puede reducir su rendimiento en hasta el 10 %.
- Después de desconectar el aparato de la corriente eléctrica, quita la tapa de la unidad interior. A continuación retira los filtros (suelen ir colocados en unos soportes) y utiliza el aspirador para eliminar el polvo y la mayoría de las partículas que se han acumulado en ellos. Un consejo: regula la potencia del aspirador para que no esté al máximo; podrías dañar los filtros.
- Lava los filtros con agua jabonosa y un cepillo y deja que se sequen antes de volver a colocarlos en sus sitio. No los pongas al sol ni cerca de una fuente de calor para secarlos porque podrían estropearse.
No te olvides del interior
Ahora que tienes la unidad interior abierta es el momento de limpiar el evaporador que suele estar situado detrás de los filtros. Elimina el polvo acumulado con el aspirador y después pasa una bayeta y agua y jabón, o con un limpiador multiusos desinfectante.
Revisa la unidad exterior
Esta parte del aparato del aire acondicionado es la que más suciedad puede acumular, ya que está expuesta a la intemperie. Si al final del verano pasado fuiste previsor y cubriste la unidad con una funda específica, seguramente ahora no tendrás que limpiar mucho. Y si no lo hiciste, ya sabes que es una buena alternativa para proteger el aparato.
- Comprueba que las entradas de aire de la unidad exterior están libres de polvo, hojas o cualquier otro tipo de residuos.
- Asegúrate de que el tubo del desagüe tampoco está obstruido.
¿No enfría bien? Llama a un profesional
Si cuando conectes tu aparato de aire acondicionado te parece que no enfría lo suficiente puede ser que haya perdido el gas refrigerante. Esto suele ocurrir cuando hay alguna fuga en el circuito, por lo que no conviene recargar el gas sin más. Además, esta es una tarea que no debes realizar tú mismo. Conviene avisar a un técnico que revise el aparato y la instalación, detecte la posible fuga y la repare.