El verano está a la vuelta de la esquina y ya se nota que cada día hace más calor. Dentro de poco las temperaturas serán mucho más altas, por lo que necesitas estrategias para evitar que tu casa se convierta en un auténtico horno. Te contamos cómo conseguir espacios más frescos y agradables sin abusar del aire acondicionado.
¡Párale los pies al calor!
Ya sabemos que cuando la estación veraniega se instale en el calendario será difícil que no nos afecten las altas temperaturas que traerá consigo. Sin embargo, y aunque tendrás que encender en muchas ocasiones el aire acondicionado, hay ciertas cosas que puedes hacer para controlar el calor dentro de casa. Y lo primero es impedir que entre (en lo posible), así que cierra las ventanas en las horas centrales del día y baja las persianas a cal y canto. Mantener los interiores oscuros y cerrados es la mejor manera de impedir que el bochorno se apodere de ellos.
Ventila a primera hora de la mañana
Y también al final del día, cuando se ponga el sol. Para renovar el ambiente en verano conviene crear, si es posible, corrientes que refresquen tu casa. De hecho, la ventilación cruzada que se produce cuando las ventanas están en paredes o habitaciones opuestas es la más efectiva, no solo para bajar la temperatura interior, sino también para purificar el aire. Ventila cada día antes de que el calor apriete y el sol incida directamente en tus ventanas.
Apuesta por el aislamiento
Unas ventanas que cierren herméticamente son muy importantes a la hora de mantener la casa fresca en verano (y caliente en invierno). De nada te servirá conectar el aire acondicionado si el frío se te escapa por las rendijas de las ventanas, ¿no crees? Por eso conviene comprobar el estado de los cerramientos y, si no están en buenas condiciones pero no es el momento de cambiarlos, tratar de mejorar el aislamiento instalando juntas de goma o burletes.
Un consejo: ¿no te queda otro remedio que cambiar las ventanas? Además de asegurarte de que ofrecen un aislamiento perfecto, elige vidrios de control solar. Van protegidos con una lámina muy fina que reduce la cantidad de radiación que absorbe el cristal, sin perder luminosidad.
Contra el sol, un buen toldo
Los toldos son un elemento esencial en la lucha contra el calor, especialmente si tu casa está orientada al sur o al oeste, ya que en ese caso recibirá muchas horas de sol directo. Instalar un toldo adecuado puede reducir hasta el 90 % de la radiación solar y bajar la temperatura del interior en 8 o 9 grados. A la hora de usarlo, extiéndelo antes de que comience a dar el sol en tus ventanas o terraza.
Un consejo: si estás pensando en renovar tus toldos, opta por un tejido de fibra de vidrio que absorberá entre un 75 y un 90 % de los rayos solares. Hay muchos modelos de toldo, en función de si lo quieres para una ventana, un balcón o una terraza. Puedes elegirlo motorizado (para que sea más cómodo de subir y bajar), y con cofre (al recogerse el toldo la tela y la estructura quedan protegidas de la intemperie). Por último, si puedes elige un color oscuro; absorben más radiación que los tonos claros.
Refresca el salón cambiando los textiles
Ahora que la canícula aprieta es el momento de darle una vuelta a la decoración de tu salón, o más bien a los elementos textiles que lo hacen más acogedor. Si en invierno te encantan los tejidos que aportan calidez, como el terciopelo, la chenilla o la lana, ahora se requieren otro tipo de telas más frescas y ligeras. Apuesta por los linos y algodones, y elige igualmente una paleta de colores más luminosa y clara. No se trata de retapizar butacas ni de cambiar el sofá, sino de guardar mantas, plaids y cojines gruesos y pesados, y sustituirlos por otros más veraniegos.
Un consejo: si tienes una alfombra en tu salón, puede que sea el momento de llevarla a la tintorería. Aprovecha para poner en su lugar una alfombra de fibras vegetales, mucho más fresca.
Cortinas y estores que te protegen
No solo mantienen a salvo nuestra intimidad, sino que también nos ayudan a lograr que nuestra casa esté más fresca en verano. Toda barrera es poca para frenar los pertinaces rayos de sol, aunque no vale cualquier tejido para filtrarlos de manera eficaz. Necesitas que tus cortinas o estores estén confeccionados con una tela adecuada, más bien gruesa y opaca. Una solución muy práctica es elegir estores de tela screen, fabricada con fibra de vidrio y poliéster, ya que ofrecen una gran protección frente a los rayos UV. Según el color y las características del estor, dejarán pasar más o menos luminosidad.
Llena tu casa de plantas
Tener plantas de interior en casa tiene grandes beneficios: nos hace sentir bien, purifican el ambiente y lo refrescan. Por eso, si te rodeas de un buen número de macetas con frondosas plantas y las pulverizas a menudo, estarás aportando humedad y frescor a tus espacios.
Un consejo: elige plantas resistentes y perfectas para el verano como las crasas o los helechos, el anturio (Anthurium) o el poto.
¿Por qué no instalas un ventilador de techo?
No va a sustituir a tu equipo de aire acondicionado, ni tampoco lo pretende, pero se va a convertir en uno de tus mejores aliados para combatir las altas temperaturas en casa, en especial si lo instalas en el dormitorio. Tus noches serán mucho más frescas, sin necesidad de tener que dormir con el aire acondicionado encendido lo que no es muy recomendable para la salud.
En cuanto al tamaño del ventilador, elige uno pequeño (de 1 m de diámetro) si la habitación tiene menos de 12 m2. Para espacios de entre 12 y 20 m2, elige un modelo de 100-120 cm de diámetro. Y si tu dormitorio es amplio (más de 20 m2) elige un ventilador grande, de más de 122 cm de diámetro.
Un consejo: existen ventiladores de techo con mil funcionalidades (con luz, con altavoz integrado, con control por voz, etc.). Tú decides qué tipo de prestaciones necesitas. En general, es buena idea elegir un modelo con mando a distancia; será mucho más cómodo de utilizar.
Controla el uso de algunos electrodomésticos
Poner la lavadora, utilizar el lavavajillas o la secadora, cocinar en el horno… Todas esas acciones cotidianas pueden convertirse en verano en una fuente de calor que se transmitirá al ambiente. Para evitarlo, y puesto que no podemos dejar de hacer la colada durante estos meses, conviene utilizar determinados electrodomésticos al caer la tarde, o incluso programar la lavadora para que se ponga en funcionamiento por la noche. En cuanto al horno, reduce su uso y apuesta por otras formas de cocción, al menos en los periodos más calurosos de la estación.
Revisa tu aparato de aire acondicionado
Imagínate la situación: hace un calor asfixiante y, cuando vas a encender el aire acondicionado, ¡no funciona! No esperes a que esto ocurra y revísalo antes de que el verano esté en todo su apogeo, con el aumento de las temperaturas que lleva aparejado. Hacerle una puesta a punto al principio de la temporada es muy importante, no solo para asegurarnos de que funciona correctamente, sino para lograr que enfríe mejor y consuma menos energía. Limpia los filtros con agua y jabón y un cepillo, deja que se sequen y vuelve a colocarlos en su sitio. Si tu aparato tiene ya algunos años, conviene que llames a un técnico especialista que lo revise más a fondo. Puede que te ahorres un disgusto.