No podemos estar más de acuerdo con la frase de la interiorista Kelly Wearstler: "Ama el color. Toma riesgos. Sé curioso". Por eso, hemos decidido plantar cara a las paredes blancas, grises o beis de nuestro salón y jugar a combinar. Pintarlas en dos o tres tonos, sin embargo, no es tan complicado como parece, siempre que mezcles tonalidades cercanas en el cícrculo cromático. Estos son nuestros dúos y tríos preferidos.
1. Verde, marrón y gris
A la hora de elegir los tonos para tu salón, debes tener en cuenta tanto los metros y orientación como el estilo. Si quieres crear una atmósfera natural, nada mejor que trasladar dentro de casa los dos colores de la naturaleza por excelencia: verde y marrón. El gris, tercero en discordia, es perfecto como apoyo de la pintura de las paredes, gracias a su neutralidad y elegancia.
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2. Azul cielo, mostaza y marino
El mostaza, tan de moda, se convierte en el nexo de unión entre los azules de la pared y el puf, logrando un conjunto moderno y atrevido. Además, el tono cielo, uno de los colores con menos gancho ‘deco’ y más difícil de usar sin caer en el aburrimiento, logra salir airoso del trance gracias al blanco y a la vitalidad de los complementos.
3. Marrón, miel y beis
El trío ganador. Una de las combinaciones que mejores, y más cálidos, resultados ofrece en la sala de estar. Fácil de llevar a cabo y sin riesgos, es una buena opción sea cual sea el estilo de la estancia. Pero no te confundas: su prudencia decorativa no está reñida con un estilo personal.
4. Verde sobre verde
A veces no es necesario buscar asociaciones complejas para obtener impactantes resultados. Esto es lo que ocurre cuando dos tonos de verde se reencuentran en el salón. Apoyarse en las sombras es la alternativa más simple para introducir ritmo en la combinación, sin alejarse de la base elegida. En esta propuesta, el verde se declina en dos tonalidades opuestas, que comparten, sin embargo, pigmentos. Un consejo: mejor aplica la pintura oscura en la parte inferior y la clara en la superior, para elevar la altura del techo.
5. Rosa sobre rojo burdeos
Aunque a priori pudiera parecer que no son compatibles, lo cierto es que se llevan bien, sin necesidad de complicarse la vida. Rompe algunos clichés, permitiendo que estos dos tonos se enfrenten en el salón, incluso cuando no son pasteles. Los contrarios se atraen, especialmente cuando el rosa gana la batalla.
6. Azul Klein con blanco
Este dúo cromático actúa como una inyección de energía en un día gris. Impactante y muy personal, en esta propuesta de The Little Greene el toque ‘chic’ lo pone el sofá de cuero marrón, el tercero en discordia. Para rebajar la tensión, incorpora mobiliario en color blanco o en madera natural clara.
7. Gris y blanco
Tan eficaz como resultona, la combinación de dos neutros, como el blanco y el gris, nunca defrauda. Este binomio ajeno al paso del tiempo y las modas, es un buen comodín en salones de estilo moderno y nórdico, mientras que en los rústicos y los clásicos pone la nota más actual. Para hacerlo más cálido, incorpora alguna pieza en madera.
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8. Azul con azul y con azul
Esta combinación te dará una de las mayores alegrías en el salón, además de ser uno de los mejores ayudantes ‘deco’ a la hora de configurar espacios. Las paredes en azul tienen la capacidad aportar profundidad, modular el volumen de la estancia y delimitar una zona en un ambiente compartido. Para que funcione, olvídate de las medias tintas y apuesta por las tonalidades más intensas, aquellas que tienen más personalidad.
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9. Rosa y naranja
¿De verdad? Parecen condenados a no entenderse y, sin embargo, tienen buena sintonía, especialmente cuando se trata de un rosa salmón, más cercano cromáticamente al naranja. Para romper, nada mejor que tirar de un clásico como el binomio blanco-negro.
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10. Negro y marrón
Sofisticada y elegante, esta combinación saca al dandi que llevas dentro, ajeno a las convenciones sociales. El truco está en utilizar marrones claros, tipo camel o tostados, como en esta propuesta de Abstract House, u oscuros, más cercanos al chocolate. Un toque dorado o plateado será el broche perfecto.
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11. Verde menta y blanco
El 'neo mint' es, sin duda, el verde más refrescante y relajado, además de uno de los colores tendencia de 2020. De género neutro, combinado con blanco, otro infalible, es perfecto para salones de estilo nórdico o en decoraciones modernas, capaces de armonizar la ciencia y la tecnología con la naturaleza.
12. Rosa sobre verde
Los rosas pastel y los neutros oscuros pueden crear un espacio de vida relajante y reparador. Para agregar la ilusión de altura, o para mantener la dulzura, intenta llevar el color de la pared hacia algunos detalles como las molduras, los cojines o la lámpara.
13. Gris y amarillo
Cuando no dominas el arte (porque estamos ante una verdadera disciplina artística) de combinar colores, puede dar mucho miedo usar pinturas completamente diferentes para pintar las paredes del salón. Por seguridad, normalmente tiendes a ‘casar’ los colores o a ser monocromática, sin embargo, puedes ser arriesgada en pequeñas dosis usando los tonos más atrevidos en pequeñas dosis, como sucede con el amarillo en este ambiente de Procolor.
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