Si este estilo decorativo fuera una mujer, sería una de 50, segura de sí misma, capaz de asumir el paso del tiempo con dignidad e ilusión, por lo que no escondería sus arrugas ni teñiría sus canas, dispuesta a iniciar nuevos desafíos y usando su experiencia como ventaja. Trasladándolo a la decoración, el wabi sabi encuentra en la simplicidad, la autenticidad, lo natural, la imperfección y el vivir ajeno a las modas su razón de ser. Repasamos sus principales señas de identidad y te decimos cómo introducirlo en las casas actuales, sin tener que hacer grandes reformas ni deshaciéndote de todo tu mobiliario, aunque sí quizás de alguna pieza. Por cierto, es más fácil de llevar a cabo de lo que su extraño nombre da a entender.
Orígenes japoneses
Antes de ponerte manos a la obra, es importante conocer su origen y motivaciones. Inspirado en una filosofía japonesa del siglo XII, el wabi sabi aboga por la belleza de las cosas simples e imperfectas. Luego se hace eco de la vida lenta, cero desperdicio, el deseo de consumir menos, pero mejor. Autenticidad, imperfección, humildad y contemplación de la naturaleza son sus consignas. Podría entenderse como la 'belleza y la serenidad que vienen con la edad’.
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Qué le hace especial
Aprender a vivir con lo que tienes es un buen principio. El wabi sabi invita a interiores con artesanías recuperadas y constantemente reparadas; colores claros, neutros o apagados; materiales minerales; formas y contornos orgánicos e irregulares... Los objetos, telas, suelos y papeles pintados son rústicos, auténticos y, naturalmente, hermosos. Cuanto más patinados, agrietados y desgastados estén los materiales y los objetos, mejor serán. La simplicidad y el minimalismo, incluso el vacío, también se destacan.
Equilibrio entre sobriedad y exceso
El primer paso es ordenar y guardar solo lo esencial. ‘Purifica’ tus habitaciones y evita sobrecargarlas con muebles pesados y voluminosos. Deja que la sobriedad y la modestia guíen tu camino. Lo más difícil de este primer paso para crear un interior wabi sabi es mantener el equilibrio entre 'el más y el menos' porque no hablamos de minimalismo, aunque casi.
Materiales naturales
En una época tecnológica y apresurada, que se mueve en sintonía con el móvil, el wabi sabi vuelve la mirada a la naturaleza, prefiriendo materias primas como madera, arcilla, metal, piedra o terracota. Apuesta por un parqué de madera oscura real y paredes de ladrillo u hormigón, por ejemplo. Con respecto a los telas, opta por tejidos naturales como lino, cáñamo, algodón o lana.
Pasión por la asimetría
Di no no a las líneas rectas, las formas y la decoración geométrica. Nuestros esfuerzos ‘deco’ deben enfocarse en la libertad, la falta de simetría y la irregularidad como base para crear una decoración de interiores honesta y relajada.
Fan del DIY
El wabi sabi elige vivir de manera más simple y, sobre todo, en armonía con el planeta y el paso del tiempo. Enemigo del ‘usar y tirar's, apuesta por arreglar y mejorar nuestros muebles de siempre, aquellos que son frágiles, están arañado o decolorados, y ponerlos al día, con manualidades, domingos de mercadillo y, por supuesto, bricolaje y diversión en casa. Opta por un viejo banco de trabajo de madera como mueble de baño, recicla un fregadero de metal ligeramente abollado para tu cocina, instala un viejo sillón de cuero marcado por el tiempo en su sala de estar, usa troncos de árboles cruda para crear bonitos taburetes…
Libre y abierto
Estamos ante un estilo sin reglas estrictas, que no teme cumplir años y que vive libre. Por eso, nuestros espacios deben ser abiertos, evitando pasillos y exceso de puertas, como una metáfora de las posibilidades que ofrece la vida, siempre que sepamos apreciarlas. Puede parecer, incluso, poco planeado. Debido a que no necesitas que todo esté perfecto, sino que cada estancia sea auténtica, sin pretensiones.
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Colores amigos
En términos de colores, nos centramos en los neutros, armoniosos y naturales. Opta bien por tonos cálidos, beige, rosa claro y ocre, o por negro, gris y verde salvia. Pero cuidado, el estilo wabi sabi es sobre todo un estilo natural. Por lo tanto, siempre debe debes jugar con una paleta cromática tranquila.
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Personal y emotivo
No te despistes. A pesar de lo que pudiera parecer, estamos ante un estilo decorativo y de vida tremenda personal. Desnuda tus paredes de todo lo que recargue el ambiente y quédate solo con aquello imprescindible para vivir tranquila. Aquí es donde entran en juego las paredes con texturas y su capacidad para decorar, aunque no cuelguen fotos ni cuadros. No necesitas nada más para ser feliz y disfrutar de tu casa.
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