No hay como un elegante sofá de cuero para añadir a tu salón una dosis de glamour y sofisticación. La piel es un material noble y natural que, además de decorar tu casa, resulta de lo más versátil. Se adapta a cualquier estilo y puedes incorporarlo de diferentes formas a tus espacios: butacas, sillas, pufs o cabeceros de cama son opciones interesantes. Pero para que tus muebles de cuero luzcan siempre perfectos es importante cuidarlos y limpiarlos como se merecen. Aquí tienes algunas ideas y trucos que te ayudarán.
La limpieza diaria
Tu sofá de cuero es fantástico. No solo te encanta cómo queda en tu salón, sino que resulta cómodo y confortable. Si quieres que te dure mucho tiempo tendrás que dedicarle un poquito de tu tiempo y atención. No dejes que la suciedad se acumule y elimina el polvo frecuentemente pasando una gamuza seca y limpia. También puedes aspirarlo con cuidado para una limpieza más profunda, insistiendo en las costuras y recovecos. Utiliza el aspirador a baja potencia provisto de un accesorio para tapicerías.
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¿Y si está muy sucio?
Además de mantener tus muebles de cuero libres de polvo, de vez en cuando tendrás que limpiarlos a fondo ya que, con el uso y el paso del tiempo, es inevitable que se ensucien. Cuando esto suceda lo mejor será aplicar un tratamiento específico. Existen en el mercado un sinfín de productos limpiadores; lo importante es elegir el que mejor le va a tus muebles, según su tipo de piel. No es lo mismo el cuero teñido con anilinas, que el ante o la polipiel (o piel sintética). Hazte con un limpiador líquido o en crema que elimine la suciedad y le devuelva el brillo al cuero gastado.
Un consejo: sigue siempre al pie de la letra las instrucciones del fabricante, y no te olvides de hacer una prueba en un lugar poco visible de la pieza. Más vale ser precavidos.
La mejor protección
Existen tratamientos para la piel que la impermeabilizan y la protegen frente a las manchas. Aplicar estos productos al menos una vez al año te ayudará a mantenerla más limpia y cuidada. Suele tratarse de productos en crema, fáciles de aplicar. Cuando lo hagas, si se trata de un mueble grande como un sofá, por ejemplo, procura trabajar dividiendo la superficie en diferentes zonas. Tendrás que dar la crema con un trapo, esperar a que se seque y frotar de nuevo con un paño limpio y seco.
Un consejo: no apliques el producto directamente sobre el cuero, sino sobre el trapo. Es una buena técnica general a la hora de utilizar limpiadores, ya que así resultan menos agresivos para las superficies.
Cuídalos como se merecen
Hay muchas cosas que puedes hacer para lograr que tus muebles de piel se mantengan en buen estado. No solo has de protegerlos de las manchas, sino también evitar que se deterioren. Para empezar, si se trata de asientos, evita sentarte en ellos con prendas con cremalleras o remaches que puedan dañarlos, y no utilices objetos punzantes. Otra precaución que debes tener es no colocar los muebles de cuero junto a fuentes directas de calor como radiadores, ni bajo el conducto del aire acondicionado para que no se resequen demasiado. Aléjalos de las ventanas si reciben los rayos directos del sol porque podrían decolorarlos.
Declárale la guerra a las manchas
Elegir muebles de piel es una buena idea, pero debes ser consciente de que este material, como la mayoría, también puede mancharse. Cuando tu sofá o tu butaca reciban una mancha de manera accidental, procura actuar con rapidez: trata de eliminar la suciedad con un papel absorbente o un trapo de algodón, con cuidado de no extenderla más. Después limpia la mancha con un trapo mojado en agua y jabón neutro, sin mojar demasiado la superficie, aclarando después y secando muy bien la superficie.
Un consejo: el jabón de Marsella puede ser una buena opción para eliminar manchas en el cuero, ya que contiene aceites vegetales y no resulta muy agresivo.
De tinta, desteñidos… Cómo tratar las más difíciles
¿Tu sillón de piel se ha manchado con tinta de rotulador? ¿Te has sentado con tus vaqueros nuevos en tu sofá blanco y han desteñido? ¡No desesperes! Estos desastres tienen solución… la mayor parte de las veces. Si la mancha de tinta es reciente, prueba este truco: ve pegando y despegando un trozo de cinta de pintor sobre la marca de boli o rotulador para eliminar la mayor cantidad posible de tinta (se queda impregnada en la cinta). Después frota suavemente la mancha con un bastoncillo de algodón impregnado en alcohol. Eliminar las marcas azules que ha dejado una prenda vaquera sobre un cuero de color claro puede ser complicado. Si el desteñido es reciente, quizás lo soluciones con agua y jabón neutro, pero si la mancha ha penetrado en la capa superficial, entonces necesitarás un limpiador específico a base de disolvente. Hazte con un producto de calidad y pruébalo antes en una zona no visible. A veces este tipo de limpiadores eliminan parte del color del cuero. En ese caso tendrías que restaurarlo con un tinte adecuado.
Pequeños arañazos, ¿tienen solución?
Si alguno de tus muebles de piel ha sufrido un desperfecto y tiene algún arañazo superficial, puedes repararlo tú misma. Para empezar, limpia la zona para ver con exactitud las dimensiones de la tragedia. Después aplica una pequeña cantidad de crema para calzado del mismo color del cuero, espera hasta que la piel absorba el producto y lustra después con un paño seco.
Un consejo: si el desperfecto es considerable, lo mejor que puedes hacer es poner tu mueble en manos de un profesional cualificado.
Cuero blanco siempre perfecto
¿Tienes un espectacular sofá de piel blanca en tu salón? Son muy decorativos, aunque también delicados. La mejor manera de eliminar la suciedad del cuero blanco es limpiarlo con agua destilada y jabón neutro, sin frotar demasiado, y aclarar con una toalla mojada. Si se requiere una limpieza más profunda, añade al agua jabonosa un limpiador que contenga aceite de pino: tiene una gran capacidad higienizante.
Un truco: para hidratar y proteger tus muebles de cuero blanco puedes utilizar vaselina pura. Se aplica, se deja secar y se lustra con un paño suave.
Una piel hidratada
Para que el cuero se mantenga suave y flexible es importante que esté bien hidratada. Esto evitará que se agriete por efecto de la sequedad. Existen cremas y emulsiones para hidratar la piel y mejorar su elasticidad. Aplicar uno de estos productos específicos dos o tres veces al año será suficiente para mantenerla en perfecto estado.
Un consejo: no caigas en la tentación de utilizar crema hidratante corporal, ya que podrían dejar residuos y ceras perjudiciales para el cuero. Si mezclas dos partes de aceite de linaza con una parte de vinagre blanco obtendrás un buen producto hidratante casero para este tipo de muebles.
El cabecero de la cama
Si eres una apasionada de la piel, seguro que te encantan los cabeceros de cama de este material. Son elegantes, modernos y decorativos. Aunque suelen tener el aspecto del cuero natural, suelen ser de polipiel o piel sintética (más resistente y fácil de limpiar). Como regla general, bastará que limpies tu cabecero con un paño húmedo y, si tiene alguna mancha, con una solución de agua jabonosa. En caso de que la suciedad se resista, puedes frotar con amoniaco disuelto en agua o con vinagre blanco.
Un consejo: aunque sea de piel sintética, no utilices para limpiar el cabecero un spray multiusos, limpiacristales o toallitas de bebé. Se podría estropear.
¿Te apasionan los muebles de ante?
El ante es una piel de tacto suave y aterciopelado que se suele emplear para tapizar sillas, sillones y butacas. Si lo eliges has de saber que no es un tejido fácil de limpiar y que requiere un mantenimiento adecuado. No es conveniente mojarlo, por lo que debes evitar derramar sobre él cualquier líquido. En caso de que ocurra un accidente, seca cuando antes la mancha y frótala con un trapo mojado en amoniaco diluido en agua. Para eliminar las manchas de grasa del ante prueba a espolvorear sobre ellas polvos de talco, deja que actúen toda la noche y después cepilla.
Un consejo: hazte con un cepillo metálico especial para ante y pásalo de vez en cuando por la superficie de tus muebles.