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ORDEN EN CASA

Cómo conseguir que tu casa esté libre de ácaros


27 de abril de 2020 - 17:28 CEST
© Norsu Interiors

Los ácaros son unos seres microscópicos que proliferan en ambientes húmedos y cálidos. Están presentes en nuestras casas y, aunque por regla general no nos causan problemas, hay personas alérgicas que sí se ven afectadas de manera importante en su vida diaria, ya que les pueden provocar asma, rinitis o conjuntivitis, entre otras molestias. Acabar totalmente con ellos es muy difícil. Sin embargo, podemos mantenerlos bajo control con ciertas medidas de higiene doméstica. ¿Quieres saber cómo conseguirlo?

 

Humedad y calor, el paraíso de los ácaros

No les busques, porque no los verás. Sin embargo, los ácaros están ahí, en tu propia casa. Se acumulan, sobre todo, en el dormitorio: en el colchón y la ropa de cama, aunque también están en otros tejidos y tapicerías de toda la casa, desde las alfombras hasta el sofá. Para acabar con ellos, la limpieza de estos elementos textiles es fundamental.

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© Emotion Ceramics

Un ambiente adecuado

Para que los ácaros vivan y se desarrollen han de darse unas condiciones especiales. Les gustan los lugares cálidos y húmedos, por lo que suelen proliferar más en zonas de costa. De hecho, campan a sus anchas en ambientes con más del 60 % de humedad y desaparecen si esta es menor del 45 %. Por eso, la primera recomendación para combatirlos es ventilar la casa a fondo. Abre las ventanas todos los días al menos 30 minutos y deja que entre el sol, ya que sus rayos combaten los ácaros al disminuir la humedad. Además, es importante no abusar de la calefacción (que la temperatura no supere los 22º C) y utilizar deshumificadores si es necesario, especialmente en el dormitorio.

© H&M Home

La limpieza es esencial

Para controlar a los ácaros lo más importante es adoptar ciertas medidas de higiene que pasan por la limpieza exhaustiva de nuestra casa. Esto es clave si hay alérgicos. Declárale la guerra al polvo y elimínalo a diario por la mañana, mientras las ventanas están abiertas y el aire se renueva. El aspirador será tu mejor aliado, mucho más que la escoba o el cepillo, ya que recoge el polvo y no lo disemina por el ambiente. Y también debes utilizar un paño húmedo para limpiar muebles y otras superficies en lugar de un plumero, por ejemplo. Prescindir de alfombras, mantas, cojines y elementos textiles que no sean esenciales es una buena medida para combatir a los ácaros en casa. Y si los tienes, procura aspirarlos al menos una vez a la semana. Un truco: espolvorea las alfombras con bicarbonato, deja que actúe toda la noche y aspira a fondo al día siguiente. Un consejo: no te olvides de limpiar los filtros del sistema de aire acondicionado o calefacción.

© Adobe Stock

Un aspirador a prueba de ácaros

Para acabar con ellos y hacer que desaparezcan de nuestra casa el aspirador es una herramienta fundamental. Sin embargo, no sirve cualquiera. Los mejores son los que van equipados con filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air), capaces de atrapar las partículas de polvo más pequeñas y no devolverlas al ambiente, por lo que el aire se purifica. Existen diferentes tipos de filtros HEPA, en función de su poder de filtración (desde el HEPA 10 al HEPA 14, siendo este el de mayor capacidad). Un consejo: para que tu aspirador con filtro HEPA funcione correctamente tienes que mantenerlo de la manera adecuada. Límpialo después de usarlo y cámbialo cada cierto tiempo según las recomendaciones del fabricante.

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Descanso reparador

El colchón de tu cama es uno de los lugares favoritos para los ácaros. ¡Les encanta! Para eliminarlos es necesario limpiarlo muy a menudo. ¿Cómo? Tendrás que aspirarlo a fondo una vez a la semana, utilizando un accesorio especial que te facilitará la tarea. También conviene que lo airees una vez al mes y que lo rocíes con un producto acaricida en aerosol, capaz de matar los ácaros, pasando después el aspirador para eliminar los restos. Un consejo: a la hora de elegir el colchón, especialmente si sufres asma o alergia, lo mejor es que te decidas por uno compacto de látex o fibra. Los colchones de muelles son huecos en su interior y en ellos es mucho más fácil que se acumulen los ácaros.

© KSL Living

La ropa de cama, a examen

Aunque la frecuencia habitual para cambiar las sábanas es de una vez a la semana, en el caso de personas asmáticas o alérgicas lo mejor es hacerlo dos veces. Elige tejidos naturales, resistentes y fáciles de lavar, que soporten altas temperaturas. También es conveniente optar por fundas de colchón y almohadas antialergias. Además de estar confeccionadas con fibras naturales, tienen una trama muy fina y estrecha que no deja pasar los ácaros.

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Hacer la colada

Es importante lavar la ropa de cama de la manera correcta, eligiendo un programa de lavado que utilice agua caliente, al menos a 60º C. Por eso es importante que las sábanas y fundas de edredón sean de algodón 100 %, y puedan resistir los lavados frecuentes y las altas temperaturas. ¿Una solución para sábanas delicadas? Puedes meterlas en la secadora unos 15 minutos a 60º C y después lavarlas a menor temperatura. Un consejo: ¿Tienes que cambiar la lavadora? Si hay alérgicos en casa es buena idea comprar una con programa antialergias. Elimina con vapor la mayor parte de los ácaros y alérgenos presentes en los tejidos.

© Zara Home

Acaricidas que funcionan

Existen productos de limpieza que acaban con los ácaros. Se trata de acaricidas químicos, normalmente en aerosol, que no son tóxicos para nosotros y que se pueden utilizar en colchones, tapicerías y la mayor parte de las superficies. Su uso es aconsejable en caso de que haya personas alérgicas en casa, aunque no evitan que tengamos que limpiar después. Es cierto que matan los minúsculos bichos pero no eliminan los restos, que también son alérgenos.

© Zara Home

Las habitaciones infantiles

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), la alergia a los ácaros afecta al 70-80 % de los niños que viven en zonas costeras. Si tu hijo es asmático y alérgico conviene que tomes ciertas precauciones en su dormitorio. Lo mejor es que su habitación sea lo más soleada posible, ya que los ácaros aman los lugares oscuros, y que apuestes por una decoración sencilla. Además de elegir el colchón y la ropa de cama más adecuados, es aconsejable prescindir de alfombras, cojines y otros elementos en los que se pueda acumular el polvo. Evita también los cabeceros de cama tapizados y el papel pintado. Un consejo: en caso de que a tu hijo le gusten los peluches, elige aquellos que puedas lavar en la lavadora a alta temperatura.

© Sophie Allport

Tu mejor amigo

Sabemos que amas los animales, pero siento decirte que si tienes alergia a los ácaros no es conveniente que convivas con mascotas. El pelo de los perros, por ejemplo, es un refugio perfecto para estas minúsculas criaturas. Si aún así te decides a tener un perro en casa, tendrás que mantenerlo muy limpio, bañándolo todas las semanas una o dos veces, así como cepillarlo a fondo. Además debes evitar que entre en el dormitorio, ya sabes que es un espacio que hay que proteger al máximo.

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