La batalla contra el coronavirus también se libra en casa. Además de extremar la higiene personal con el lavado constante de manos, esta situación nos obliga a ser muy escrupulosos con la limpieza de nuestro hogar. Los expertos han desvelado que este virus no solo se transmite por la cercanía, sino también por el contacto con objetos y superficies contaminados. No obstante, la preocupación por mantener nuestras casas completamente desinfectadas está propiciando que utilicemos productos de limpieza agresivos que, si no se mezclan correctamente, pueden provocar intoxicaciones. Tanto es así que, el Instituto Nacional de Toxicología (INT) ha advertido de un aumento significativo en las intoxicaciones por la mezcla de productos de limpieza en los hogares, a raíz de la pandemia de coronavirus. En concreto, se han realizado 1.846 consultas por intoxicaciones relacionadas con el uso de lejías y otros desinfectantes de superficies. En el 26,1% de los casos, la lejía se había mezclado con otros productos como amoníaco, salfumant, vinagre, alcohol, anticalcáreos, limpiahogar y lavavajillas.
Según el Instituto Nacional de Toxicología, la asociación de varios productos de limpieza domésticos puede ser responsable de cuadros toxicológicos, tanto a nivel respiratorio con síntomas como rinitis, irritación faríngea, irritación laríngea, tos o disnea, como dermatológico con preocupantes consecuencias como irritación de la piel, picor, rubefacción o inflamación. Antes de ponernos manos a la obra, es imprescindible leer detenidamente en etiquetado del producto, donde debe aparecer las instrucciones de uso, así como las precauciones básicas que se deben tomar.
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Lejía con amoniaco
La lejía es especialmente problemática en este sentido. La mezcla de lejía con amoniaco es una de las más habituales y, también, de las más tóxicas. Ambos son poderosos limpiadores, pero juntos pueden ser mortales. Cuando se mezcla lejía y amoniaco, se produce una reacción química que genera un gas llamado cloramina. Cuando este gas altamente tóxico entra en contacto con las membranas mucosas, se descompone para producir ácido clorhídrico. El ácido clorhídrico, tóxico y corrosivo, provoca irritación de las mucosas y quemaduras en la piel.
Lejía con vinagre
Muchas personas pueden pensar que mezclar vinagre con lejía es una forma de potenciar el efecto de limpieza de estos productos. Sin embargo, esta combinación libera un gas tóxico que puede afectar gravemente a la salud. De hecho, se trata de uno de los emparejamientos más peligrosos a nivel de higiene doméstica. La mezcla libera gases tóxicos que pueden provocar congestión de pecho, dificultades para respirar o ampollas e irritación en la piel.
Lejía con alcohol
Otra de las combinaciones que está siendo más utilizadas en los hogares es la de lejía con alcohol. No obstante, la reacción de ambas sustancias puede formar compuestos cáusticos, como ácido clorhídrico o cloroformo. Al respirar los vapores producidos por estos dos compuestos, podemos sufrir graves daños en ojos, piel, pulmones, riñones, hígado y sistema nervioso. Los síntomas más habituales son mareos, náuseas y pérdida de conciencia.
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