El paso del tiempo y el uso continuado pueden hacer que tus muebles se deterioren y parezcan viejos. Para evitarlo has de saber cómo limpiarlos a diario y qué mantenimiento y reparaciones pueden necesitar. Descubre cómo cuidar los muebles de madera, cristal o metal.
La madera, belleza duradera
Los muebles de madera no faltan en ninguna casa, ya estén barnizados, encerados o pintados. Para mantenerlos en perfecto estado durante mucho tiempo, lo mejor es evitar colocarlos cerca de una fuente de calor (como un radiador) y bajo los rayos directos del sol, ya que podrían decolorar la madera. También es importante mantener cierta humedad ambiental, utilizando un humidificador o colocando en los radiadores un recipiente con agua. Por otro lado, su limpieza diaria es sencilla; basta con retirar el polvo que se pueda acumular en ellos con ayuda de un paño suave. No conviene abusar de limpiadores (mucho menos si son agresivos), aunque de vez en cuando puedes utilizar un producto limpiamuebles con efecto antiestático (hace que la superficie repela el polvo). Un consejo: nunca pulverices el limpiador directamente sobre el mueble. Hazlo mejor sobre el trapo.
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Repara los daños cuanto antes
¿Tus muebles de madera barnizados han perdido el brillo? ¿La superficie está mate y deslucida? Devuélveles su lustre original aplicando una mezcla de alcohol y aceite de linaza (a partes iguales) con un trapo. Después, frótalos con otro paño limpio y verás cómo vuelven a brillar. Cuando la madera sufre algún percance -como arañazos, golpes o manchas-, lo mejor es tratar de reparar el daño lo antes posible. La solución será siempre más fácil y no tendrás la sensación de que tus muebles están viejos y estropeados. Puedes tratar los arañazos utilizando cera en barra para muebles del color de la madera (tienes una amplia gama para elegir). Si el problema es que han quedado cercos de vasos, pasa suavemente una lija muy fina y después frota con un paño y un poco de aceite de oliva. Cuando la marca es blanquecina suele desaparecer frotando con vaselina. En caso de que uno de tus muebles se haya decolorado por culpa del sol, lo mejor es aplicar una cera de un color similar al de la madera para tratar de igualar el tono.
Errores comunes, ¡no los cometas!
Aunque la limpieza y el cuidado diario de los muebles no tiene por qué ser una tarea compleja, hay ciertas costumbres que solemos repetir que no les benefician en absoluto. Al caer en estos errores estamos estropeándolos sin darnos cuenta:
- Colocar los muebles en el lugar equivocado. A la hora de buscar el sitio perfecto para tus muebles de madera, procura no ponerlos cerca de un radiador o junto a una ventana por la que entre el sol. El calor hace que se sequen mucho y puedan agrietarse y el sol los decolora.
- Mojar la madera. La humedad es uno de sus grandes enemigos, así que procura no mojar la parte inferior de los muebles y las puertas cuando friegues el suelo con la fregona.
- Utilizar productos equivocados, demasiado agresivos, que dañen los muebles. Antes de aplicar cualquier producto o tratamiento sobre un mueble, ten la precaución de probar primero en un lugar poco visible para asegurarte de que no será peor el remedio que la enfermedad.
Cuidar las superficies lacadas
¡Qué decorativos son los muebles lacados! Tanto como delicados… Si te gustan y tienes alguno en casa debes tener cuidado a la hora de limpiarlos porque se rayan fácilmente. Para quitarles el polvo a diario bastará con utilizar un plumero de microfibra que, además de ser suaves, atrapan las partículas de polvo. ¿La superficie tiene alguna mancha? Pasa un trapo suave empapado en leche caliente y deja que se seque. Después frota con otro paño limpio y quedará limpio y brillante. En caso de que las manchas sean de grasa se pueden limpiar con un poco de amoniaco rebajado con agua.
El brillo del cristal
Las mesas de cristal o las puertas de las vitrinas se limpian de la misma manera que el resto de superficies de vidrio de la casa: con un producto limpiacristales. No tienes más que pulverizar y frotar con un paño suave que no suelte pelusa. Este mantenimiento regular conseguirá que tus muebles de cristal estén siempre perfectos. En caso de que tengan marcas de dedos (o manchas de grasa) lo mejor es preparar una mezcla con agua, una pequeña cantidad de jabón lavavajillas y zumo de limón. Quedará impoluto.
Aunque limpies las superficies de cristal frecuentemente, con el tiempo van perdiendo el brillo y ofrecen un aspecto apagado. Esto tiene fácil solución. Solo tienes que aplicar aceite de linaza con un trapo y dejar actuar una hora más o menos, secando después con otro paño. Un consejo: si no tienes a mano aceite de linaza, puedes usar aceite de oliva.
¿Hierro pintado? Siempre perfecto
Los muebles metálicos de chapa pintada son tendencia, y no solo en ambientes de estilo industrial. ¿A quién no le gustan esos armarios que recuerdan a las taquillas metálicas? Pintados de mil colores diferentes resultan modernos, versátiles y muy prácticos. Si quieres mantenerlos perfectos solo tienes que limpiarlos de vez en cuando con agua jabonosa, utilizando un detergente neutro. Para eliminar manchas o suciedad persistente, puedes utilizar un limpiador multiusos.
Como un espejo
Los muebles de espejo son un tesoro en cualquier ambiente. Multiplican la luz de la estancia y aportan gran sensación de amplitud. Para cuidarlos y que se mantengan perfectos durante mucho tiempo, límpialos con mimo utilizando paños suaves que no los estropeen y productos que no resulten agresivos. Si se producen rayaduras en el espejo, hay algunos trucos para repararlos: cuando el arañazo no es muy profundo suele desaparece si frotas con un algodón impregnado en pasta de dientes, aclarando después con agua. También resulta efectivo aplicar sobre la zona dañada una pasta hecha con bicarbonato sódico y agua. Frota, deja actuar y aclara.
Mármol glamouroso
Blanco, negro, veteado en gris… Hay pocos materiales tan elegantes como el mármol y, aunque tiene fama de delicado, realmente se trata de una piedra natural de gran dureza que puede mantenerse muy bien si le damos los cuidados que necesita. Para empezar debemos proteger el mármol, igual que hacemos con el resto de superficies. Eso pasa por no usar objetos metálicos punzantes sobre tu mesa de mármol para que no se raye, evitar los estropajos metálicos y no aplicar productos agresivos. Para la limpieza cotidiana será suficiente con usar agua y jabón neutro. En caso de necesitar un tratamiento más profundo, prepara una mezcla de agua con un chorrito de vinagre y limpia el mármol con ella, deja actuar un par de minutos y aclara con agua limpia.
Fibras vegetales, el toque natural
Decorar la casa con elementos de fibras vegetales es una de las tendencias más actuales. Ratán, mimbre o bambú aportan una sensación ligera, fresca y muy natural que nos encanta. Pero, ¿cómo cuidar este tipo de muebles? Para eliminar el polvo que se acumula entre sus recovecos lo mejor es usar el aspirador, regulando la potencia de succión. Si están muy sucios puedes frotarlos con un cepillo y agua jabonosa a la que habrás añadido previamente un chorro de amoniaco. Después se aclaran y se secan muy bien. Un consejo: si puedes sácalos unas horas a la terraza para que se sequen completamente al aire libre. Por último, para evitar que se resequen demasiado las fibras puedes nutrirlos de vez en cuando con aceite de linaza.