Elegir con acierto el cabecero de la cama es una cuestión esencial. Es una de las partes más importantes de nuestro dormitorio, nuestro refugio, el lugar más íntimo y personal de tu casa.
Por ello, es importante que lo decores a tu gusto, con muebles y elementos que le aporten confort, y complementos que lo hagan más atractivo a tus ojos. Aquí tienes algunas alternativas que te ayudarán a decidir.
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1. De madera
Siempre noble, auténtica y natural. Así es la madera, un material estrella en todos los espacios de la casa. Nos enamora en las superficies, como suelos y paredes, y nos encanta para los muebles. En cuestión de cabeceros la madera resulta infalible, sobre todo si eliges un diseño ligero como el de la imagen, que no resulte demasiado recargado. En cuanto a la tonalidad, apuesta por las versiones más claras y luminosas, como el pino, el abeto, el abedul, el haya o, incluso, el roble. En cuanto al tamaño del cabecero, procura que esté proporcionado con el de la cama. La altura estándar oscila entre 115 y 140 cm.
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2. Clásico y con glamour
Una de las pautas que hay que seguir para acertar con el cabecero es procurar que su estilo se adecúe al de la decoración del dormitorio. Si te gustan los ambientes clásicos, decídete por un modelo elegante y rebosante de glamour. No hace falta que sea complejo y rebuscado, puede mostrar líneas rectas y sencillas. En la imagen, un diseño con marco dorado y tapizado sencillo. Opta por un color similar al de la pared y el resto del mobiliario, y conseguirás que se integre mucho mejor y que el resultado sea más equilibrado.
3. Apuesta por el confort
Los cabeceros tapizados son, seguramente, los más confortables ya que el acolchado que llevan te proporciona una mullida base de apoyo para la espalda. Este es un detalle importante si eres de las que aman leer en la cama. En cualquier caso, son también muy decorativos. Conviene decidirse por tejidos resistentes que soporten bien el roce (algodones y linos, brocados, terciopelo, ante o piel, etc.). En cuanto a los colores y diseños, la única recomendación es la de utilizar tonos que no sean demasiado claros (para evitar que se ensucien demasiado pronto), aunque también puedes elegir tejidos fáciles de limpiar.
4. Recuerdos del verano
Los cabeceros redondos de ratán derrochan potencia decorativa. Son el elemento que necesitas para darle a tu dormitorio ese toque vintage que estás buscando. De hecho, se pusieron muy de moda en las casas de verano de los años 70 y 80. Son naturales y ligeros, se acompañan muy bien de muebles de otros estilos y, además, combinan con cualquier color que quieras incorporar a la decoración. Todo ventajas.
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5. Tamaño XXL
El tamaño del cabecero es un punto importante a tener en cuenta. Aunque suele ir acorde a las dimensiones de la cama, si tienes un dormitorio muy espacioso puedes instalar uno de gran tamaño, que abarque las mesillas de noche o, incluso, las sobrepase en 5 o 10 cm. También puede ser más alto de lo habitual, quedando este punto a tu elección. Eso sí, no intentes esta estrategia decorativa si la habitación es pequeña, porque el resultado será desproporcionado y un tanto agobiante.
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6. Para guardarlo todo
Elegir un cabecero con espacio de almacenaje es una solución perfecta para dormitorios pequeños. Son elementos funcionales que pueden llevar las mesillas integradas, baldas y estantes que las sustituyan, huecos ocultos en los laterales o, incluso, compartimentos con puertas como el modelo de la foto. Además de ser muy prácticos no sacrifican en absoluto su faceta decorativa, ya que resultan modernos y equilibrados.
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7. Al estilo capitoné
Esta antigua técnica de tapizado, que los ingleses pusieron de moda en el siglo XIX, es perfecta para dar un aire elegante a cualquier espacio. Hoy, mucho tiempo después de su aparición, no ha perdido vigencia y sigue siendo una de nuestras opciones favoritas para decorar el cabecero, entre otros muebles. En los tapizados capitoné el acolchado se remata con botones forrados (repartidos según un patrón geométrico), lo que aporta un atractivo relieve. Combina tu cabecero capitoné con muebles actuales y ropa de cama neutra, y tendrás un dormitorio de lo más moderno.
8. De rejilla
Un material muy original y, además, resistente y duradero. Los cabeceros de rejilla quedan genial en dormitorios de todos los estilos. De líneas rectas y aire vintage, o clásicos y provenzales, resultan perfectos en color natural o pintados de blanco o gris claro. Si los primeros, como el de la imagen, van muy bien en espacios actuales, de estilo nórdico por ejemplo, los más camperos y románticos le darán la habitación un aire más elegante y tradicional. Sea como sea, todos son dignos de tener en cuenta.
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9. Decapado DIY
Incorporar a la cama un cabecero de madera decapada es una idea genial para decorar el dormitorio que, además, llenará el ambiente de naturalidad. Si no encuentras el modelo que te gusta, siempre puedes hacerlo tú misma. Se trata de un proyecto DIY de lo más sencillo. Después de construir el cabecero (puedes unir varias tablas de madera o reutilizar un tablero), tendrás que lijarlo a fondo utilizando para ello una lijadora eléctrica. Aplica una mano de pintura acrílica blanca que cubra la superficie de manera homogénea y deja secar. A continuación lija de nuevo con la lijadora levantando gran parte de la pintura, para conseguir ese efecto decapado.
10. Un toque de romanticismo
Livianos y actuales, los cabeceros de forja adornan sin recargar el espacio. Elígelos si la estancia no es muy amplia y necesitas una solución sencilla, pero al mismo tiempo decorativa. Lo mejor es apostar por la simplicidad de formas. Así tu cabecero de hierro se adaptará sin problemas al interiorismo dominante. El color es un aspecto importante que puede cambiar totalmente el efecto final: negro y blanco son los más frecuentes, aunque también destacan los modelos de forja en tonos pastel para dormitorios juveniles y desenfadados.
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