¿Sabes cómo instalar césped artificial en la terraza?

Tener una 'minipradera' en la terraza no solo es posible, sino también más fácil de lo que crees. Descubre cómo conseguirlo

Actualizado 30 de marzo de 2020 - 17:31 CEST30 mar 2020 - 17:31 CEST

¿Alguna vez te has planteado instalar césped artificial en tu casa? Tiene un sinfín de ventajas: apenas da trabajo, no hay que regarlo y tiene un mantenimiento casi nulo. Además, si eliges un modelo de calidad conseguirás una gran similitud con el natural en cuanto a la textura y la apariencia.

Instalación: hazlo tú mismo

Colocar césped artificial en una terraza es una tarea que puedes hacer tú misma sin ayuda. No se trata de grandes espacios y, seguramente, el pavimento será de baldosas o de hormigón, lo que facilita el trabajo (ponerlo sobre tierra es más laborioso).

Necesitarás, además del propio césped, bandas de unión, cola adhesiva, arena de sílice. Hazte con un cúter bien afilado, un metro, una espátula de plástico dentada, un cepillo y un rastrillo.

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Preparar la base

Es el primer paso a la hora de instalar la moqueta de césped artificial. Comprueba la solera y asegúrate de que cuenta con cierta inclinación hacia un desagüe, para drenar de forma adecuada el agua de lluvia.
Después limpia el suelo con una hidrolimpiadora de agua a presión o con una manguera. Deja secar.

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Medir y cortar

Si el espacio es reducido (de unos 30 metros cuadrados o menos), lo mejor es optar por rollos de césped. Los hay de diferentes medidas, de 1 o 2 metros de ancho. Calcula el número de tiras que vas a necesitar, y ve desenrollando, midiendo y cortando con el cúter.

Lo más importante es que las juntas de unión de unas tiras con otras pasen desapercibidas, por lo que conviene cortar un par de líneas de césped a ambos lados de cada tira. De esta manera conseguirás que los bordes queden más lisos y después las uniones se noten menos.

Deja unos 10 cm en todo el perímetro para poder ajustar los bordes a la perfección cuando cortes el sobrante.

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Cómo colocarlo, paso a paso

Ve extendiendo las tiras de césped, asegurándote de que se acoplan bien unas a otras.
Un consejo: es importante que te asegures de que las fibras están orientadas en la misma dirección, ya que así la alfombra verde tendrá una apariencia más regular y homogénea. Además, parecerá más natural si colocas las fibras apuntando hacia ti.

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Una unión perfecta

Ahora que ya has colocado todas las tiras de césped y has comprobado que se acoplan bien unas a otras, es el momento de unirlas. En superficies de baldosas o cemento, el trabajo no es complicado. Tendrás que ir pegando las tiras con bandas específicas y un adhesivo especial.
Levanta los bordes de ambas tiras doblándolos para dejar al descubierto unos 20 cm de la base.

Coloca debajo la banda de unión y aplica la cola con una espátula de plástico. Para este tipo de trabajos, se suele utilizar un pegamento de poliuretano bicomponente (se consigue mezclando dos ingredientes antes de aplicarlo).
Pon suficiente cantidad de pegamento pero sin pasarte para evitar que rebose, y extiéndelo con una espátula dentada.
Otras opciones: puedes unir las tiras con un sellador especial para este tipo de trabajos que se aplica con una pistola de silicona. O, más fácil todavía, utiliza bandas de unión autoadhesivas: a la hora de colocarlas bajo las tiras, solo tienes que retirar el papel que cubre el adhesivo.

A continuación coloca los bordes del césped sobre la banda, presionando por toda la superficie para asegurarte de que quedan bien pegados. Procura que las juntas no resulten visibles, evitando superponer un borde sobre el otro.
Puedes colocar algo de peso sobre las uniones. Deja secar al menos 24 horas.
Termina recortando el sobrante con el cúter.

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La mejor protección

Si quieres que tu pradera se vea perfecta, cepíllala para levantar las fibras. Hazlo siempre a contrapelo.

Conviene aplicar sobre el césped, una vez está instalado, una capa de arena de sílice. Además de mejorar el agarre sobre el suelo, lo protege de las condiciones atmosféricas del exterior, aumenta su resistencia y alarga su vida útil. También hace que las fibras conserven la postura y no se deformen.
Tendrás que asegurarte de que tu césped no lleva la arena de sílice incorporada (hay modelos que sí la llevan). Si no es así, vierte la arena repartiéndola por toda la superficie. Extiéndela con un rastrillo y después riega con la manguera para que se asiente y resulte imperceptible.

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