Reivindicamos, con permiso de la cocina, el papel del comedor como el lugar más familiar de las casas actuales. Abierto al salón o independiente, está claro que estos días se ha convertido en uno de los rincones del hogar donde más tiempo estamos. Así que te damos 10 claves de organización y estilo que te ayudarán a conseguir un salón tan cómodo y funcional como bonito.
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1. La mesa siempre a la medida
De tus necesidades, tus gustos y el espacio disponible. Lo cierto es que soñamos con una mesa XL donde entremos todos y podamos dejar fuentes y platos sin problema, pero no siempre es posible. Así, en un comedor de 15 metros cuadrados, opta por un modelo que no exceda los 80 x 200 cm, y en uno de 25 metros cuadrados, por uno de 110 x 220 cm, por ejemplo. Además, debe adaptarse a la forma del espacio: las redondas u ovaladas con extensiones son perfectas en comedores de pocos metros, ya que crecen cuando lo necesitamos, acerca posiciones para agradables sobremesas y son más cómodas ante invitados de última hora. Sin olvidar el número de comensales, ya que es igual de desagradable comer cuatro personas en una mesa de 10, que al revés. Lo ideal es contar con una que crezca, extensible o con alas, que sea capaz de pasar de cuatro a ocho comensales fácilmente.
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2. Con lugar de almacenaje
Aunque el espacio de almacenamiento debe centralizarse en la cocina, nunca está de más contar con un mueble para guardar en el comedor. Recupera el aparador como aliado indiscutible para mantener todo ordenado y a mano, sin olvidar su papel decorativo, muy en boga esta temporada. Prácticos, esta pieza baja esconde mucho espacio, sin agobiar la decoración. A la hora de elegir, mejor uno con carácter (los de color blanco triunfan en cualquier decoración) que soso e impersonal, tan aburrido que no aporte nada a la estancia y se disperse en el ambiente.
3. Con las sillas justas
El número de asientos debe ser proporcional al tamaño de la mesa y al uso de la estancia. Por ejemplo, en una mesa rectangular de dos metros, lo ideal son seis sillas porque, aunque entren ocho, sería un grave error estético, incluso si tienes espacio de sobra. Recuerda que nunca está de más contar con asientos extra y disponer de un banco, que no ocupa, ofrece más lugar y resulta ideal para compartir. Otro aspecto que no debes subestimar es la comodidad, especialmente si usas el comedor para más fines, como hacer los deberes o trabajar en casa, o te gusta alargar las sobremesas.
4. Con áreas delimitadas
Si el salón y el comedor comparten espacio, separa sus actividades de manera clara, para que ambos tengan su propia autonomía. Una buena forma de hacerlo es jugando con la luz. A pesar de que tu primer impulso es el de situar la mesa en la zona más luminosa, lo ideal es hacer justo lo contrario y crear, así, un acogedor rincón. Otra buena idea es colocar un mueble, como un aparador bajo, que haga de barrera visual; o poner un gran espejo justo al lado. Una alfombra también puede establecer límites, pero solo es recomendable en espacios amplios y en comedores con poco trote, ya que a efectos prácticos (migas, manchas…) no es una gran alternativa.
5. Con una segunda o tercera vida
No se trata, como pasaba antes, de tener un lugar olvidado durante gran parte del año, que solo se ‘abre’ en las grandes ocasiones sino de contar con un espacio real para vivir. Para ello, debe estar centrado en la vida de sus habitantes y darle una segunda (o tercera) oportunidad. Por ejemplo, si hay niños en la casa, puede ser el sitio perfecto para hacer los deberes o colorear. Para que realmente funcione y resulte más dinámico, apuesta por muebles intercambiables, que hagan menos rígidas las comidas y diversifica los asientos, colocando un sillón extracómodo junto a una silla un poco más rígida.
6. Con pocos muebles
No sobrecargues la estancia de piezas innecesarias que saturen el espacio, especialmente si no te sobran los metros cuadrados, y no dejes que pierde su vocación práctica, dando prioridad a la mesa y las sillas. Recuerda que no necesitamos muchas cosas alrededor de la mesa, y que el mobiliario es, sobre todo, un pretexto para colocar, por ejemplo, una lámpara.
7. Situado en el lugar correcto
Porque por muy bien vestido que esté si se encuentra en el sitio equivocado, nunca podrá tener un papel importante en la vida familiar. Lo importante es que sea práctico a diario, ubicándose en un punto estratégico. Por eso, debe estar lo más cerca posible de la cocina y disponer entre ambas estancias de un camino fácil para las muchas idas y venidas que se producen. Ten presente el perímetro necesario para que las sillas permitan que todos se sientan cómodos y no descuides el espacio alrededor de la mesa, también esencial para una buena circulación.
8. Con buena sintonía
Al ser un lugar para compartir con familiares y amigos, sin duda, está lleno de buenos recuerdos. Para que todos paséis un momento agradable a la mesa, personaliza este espacio con materiales, colores y algún toque atrevido. Al tener pocos muebles, busca la calidez en materiales agradables como madera, cobre o fibras vegetales; opta por tonos claros acogedores o por tonalidades cálidas, como marrones, rojos y mostazas; y no te olvides de incorporar alguna pincelada de color con las cortinas o las sillas, que den vida y fuerza al conjunto.
9. Con una buena iluminación
El comedor requiere una luz directa que ilumine bien y nos permita ver, sin género de dudas, lo que comemos, no deslumbre a los comensales y proporcione, al mismo tiempo, una atmósfera agradable. Las lámparas de techo son la mejor opción, acompañadas, si es posible, de diferentes puntos de luz, de pie o de sobremesa, que ayuden a crear ambiente.
10. Abierto a la cocina
Las cocinas abiertas al comedor o al salón despiertan muchas envidias, ya que, además de crear espacios únicos llenos de encanto y vida, otorgan mayor fluidez entre las distintas zonas, despejan el ambiente, permiten no perder de vista a los niños mientras cocinas… Puedes poner la mesa de comedor a la misma altura que la encimera de trabajo, para dar continuidad visual, o establecer la isla central como un elemento de convivencia entre los dos ambientes. Eso sí, recuerda que no son aptas para todas las viviendas, así que antes de tirar tabiques sopesa los pros y los contras.