A la hora de decorar el salón, además de las dimensiones, las necesidades, la planta y el estilo, debes tener en cuenta su orientación, porque no es lo mismo, tanto a nivel decorativo como práctico, que siempre veas el sol a que no recibas su luz. Estas 12 claves te ayudarán a sacar el máximo partido a tu salón, tanto si mira al sur como al norte.
Orientación sur: despeja el ambiente
La sensación de espacio que proporciona el sol no debería alentarnos a sobrecargar el salón de objetos, cojines, cortinas y accesorios, ya que la elección del mobiliario siempre debe hacerse de acuerdo con las dimensiones de la habitación. Para sacar mayor partido a esta orientación, encuentra un buen aliado en los muebles blancos o de algún tono que refleje la luz y amplíe el espacio. No olvides que el sol no solo muestra lo bueno, sino que también deja al descubierto los pequeños defectos.
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Orientación sur: apuesta por los tonos claros
Para pintar las paredes, opta por tonos refrescantes como el azul y el verde claro, o colores neutros como el beis o el gris, ya que las tonalidades muy cálidas pueden ser demasiado vibrantes para un salón que vive a pleno sol. Sin olvidar la parte positiva: necesitaremos menos luz artificial, por lo que ahorraremos sin tener que hacer (casi) nada.
Orientación sur: protege muebles y telas
Uno de los errores más comunes es no proteger la ‘deco’ de los efectos negativos del sol, ya que muebles y tejidos también son sensibles a los rayos UV. Por eso, es mejor no colocar el mobiliario de madera cerca de las ventanas ni en zonas donde no haya cortinas o persianas que los protejan, así como elegir para los accesorios telas resistentes, tratadas o, incluso, de exterior.
Orientación sur: abre grandes ventanales
Para crear un salón cálido y confortable, donde hacer vida y disfrutar de una hermosa vista, nada mejor que grandes aberturas, que comuniquen el interior con el exterior. De manera que, cuanto mayor sea el área de superficie de las ventanas y puertas acristaladas, más habitable, cómoda y dinámica será la estancia. Persianas y cortinas te ayudarán a mantener a raya el sol, especialmente en las horas más complicadas del día.
Orientación sur: instala un parqué claro
La madera es un material sensible a los rayos UV. Por lo tanto, si quieres instalar uno en tu soleado salón evita los de tonos oscuros, ya que a la larga se decolorarán, y opta por uno claro o blanco (una de las tendencias de temporada). Es importante que antes de elegir, preguntes sus características técnicas.
Orientación sur: elige las plantas adecuadas
La gran mayoría de las especies se divierten en una habitación orientada al sur, aunque no todas disfrutan con el sol. Para evitar pequeños (o grandes) problemas, evita colocarlas detrás de las ventanas (para que no se quemen) y controla la temperatura de tu estar, para que no sea demasiada elevada. Si tienes dudas, pregunta, u opta por alguna palmera, crasas y cactus.
Orientación norte: saca partido a la luz natural
Los salones que miran al norte no se benefician de la luz solar directa, pero eso no significa que no puedan brillar como sus vecinos del sur. Para atrapar los rayos solares, di sí a los grandes ventanales, que permiten ver el exterior y ayudan a reducir cualquier sensación de confinamiento, y coloca el sofá o la mesa de comedor cerca de las mismas. En espacios abuhardillados no olvides las de techo, que ofrecen una luz cenital potente.
Orientación norte: alíate con los espejos
Los espejos devuelven la luz a los distintos rincones de una habitación, siempre, eso sí, que estén colocados correctamente. Para un sorprendente efecto ‘flash’ opta por un modelo XL o por uno original y llamativo, que ofrezcan carácter y personalidad al ambiente, convirtiéndose en protagonistas del espacio.
Orientación norte: sí a los materiales naturales y a los colores claros
Los tonos claros reflejan la luz y aumentan el brillo general de una habitación, incluso cuando mira al norte. Úsalos en paredes o muebles y realza el resultado con los complementos. Además, opta preferiblemente por materiales naturales (madera, cuero, algodón…) y por fibras vegetales que resten frialdad y refuercen el efecto ‘cocooning’.
Orientación norte: no te olvides de las cortinas
Dejar pasar la luz no significa que no instales cortinas (o estores) en tus ventanas, ya que visten el ambiente, te permiten jugar con la verticalidad y sacar partido al espacio (colocadas cerca del techo elevarán la altura del estar, por ejemplo) y ofrecen un toque decorativo muy especial, tal y como muestra este ambiente diseñado por Marina & co. Puestas a elegir, mejor los tejidos naturales y preferiblemente en colores claros o neutros.
Orientación norte: multiplica los puntos de luz
No descuides la iluminación. Para compensar la falta de luz natural que tiene esta orientación, diseña un buen proyecto lumínico, como en esta propuesta de Vibia, multiplica los distintos puntos (lámparas de pie, luminarias de techo, lectura, apliques...) y enciende toda la artillería. A la hora de elegir la temperatura de color, mejor cálida o neutra y, por supuesto, led o de bajo consumo, para mantener a raya al consumo.
Orientación norte: introduce alguna pincelada brillante
Para realzar los colores claros de las paredes y los muebles de tu zona de estar, busca aliados entre los accesorios y los objetos decorativos (alfombras, cojines, mantitas…). Apuesta por las tonalidades pastel o por los tonos alegres y atrevidos, como el amarillo, el rojo y el verde, para compensar la falta de sol y aportar tu propia dosis de brillo.