Tan bonitas y prácticas como acogedoras y sencillas, la decoración nórdica encuentra en la cocina uno de sus escenarios preferidos de la casa. Sin perder de vista su filosofía, ahora incorporan un plus de sofisticación, que les permite integrarse en todo tipo de estilos, sin perder su encanto natural. Materiales naturales, el color blanco y la luz son sus señas de identidad.
A favor de la luz
No hay mejor compañero de fatigas entre fogones que la luz natural. Deja que entre sin cortapisas, llegando al último rincón. Evita las cortinas, ama los grandes ventanales y si necesitas privacidad, elige siempre tejidos ligeros. Esta propuesta de Kvik con el ‘office’ en el mirador es una buena demostración del poder de la luminosidad. La pared de azulejos blancos con acabado brillante actúa como un espejo para los rayos solares.
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Universo ‘white’
‘Blanca y radiante'. Pensar una cocina nórdica es pensar en blanco impoluto, brillante, luminoso… Presente en el mobiliario, viste también paredes y suelos, consciente de que pocos colores son capaces de atrapar la luz y multiplicar los metros como este estiloso neutro. En esta propuesta de Reform encuentra en la encimera negra una buena aliada, para lucir más personal y atrevida. Mientras que las plantas, distribuidas estratégicamente en el espacio, contribuyen a crear una atmósfera acogedora y natural.
Minimalista y funcional, ‘of course’
Las casas escandinavas se alían con el minimalismo y la cocina no es una excepción, ya que muestra un claro carácter práctico, que busca la simplicidad, el orden y un almacenamiento al alcance de la mano, tal y como muestra este ambiente de Ballingslöv. Aquí, la isla integra grandes cajones con el frente de cristal, que permiten encontrar todo más fácilmente y que al estar cerrados mantienen su interior libre de manchas y polvo.
Vestida con fibras vegetales
Aportan calidez y rompen la sensación de frialdad que a menudo provoca el color blanco. Este ambiente de Studio McGee con parqué, península de madera y asientos de fibras vegetales atrapa la naturaleza dentro de casa, ganando sensación de hogar. Los detalles dorados aportan el toque de 'glamour' que lo diferencia de una cocina campestre.
Con un toque industrial
Una buena manera de ganar calidez y sensación de 'estancia vivida’ es apostando por elementos y objetos de otros estilos decorativos. ‘Boho’, ‘vintage’ o, incluso, industrial, como en esta propuesta de Snaidero, las cocinas nórdicas no temen la mezcla. La única regla es respetar su filosofía: sencillez, funcionalidad y luminosidad.
Madera y más madera
Es uno de los materiales 'top' de la decoración nórdica, ya que proporciona calidez y el toque natural que necesita. Eso sí, siempre en tonalidades claras y apetecibles. Puedes incorporarla en el suelo, el mobiliario y la encimera, como en esta espectacular cocina diseñada por Garde Hvalsöe, donde se apodera de las piezas importantes, sin temor a saturar el espacio, ya que los metros no son un problema. La encimera negra añade la nota más personal al ambiente.
Con aire 'boho'
De líneas limpias, sin grandes florituras, ni diseños complicados. Las cocinas nórdicas aman la sencillez por encima de todo y la regla del "menos es más". Son los detalles los que ayudarán a hacerlas confortables y cálidas, aportando su dosis de encanto. Esta propuesta de I-Cocinas.com se alía con la decoración rústica, logrando sacar su vena más bohemia.
En blanco y gris
Este binomio cromático saca partido a los metros disponibles y a la luz, incorporando al ambiente, además, un matiz elegante, que realza su personalidad, al igual que los destellos dorados de la grifería y las lámparas. Otro plus de esta propuesta de Norsu Interiors es la barra de desayunos, muy práctica para hacer vida en la cocina.
Con estilo personal
Aunque el blanco domina todos los ambientes nórdicos, no significa que debas renunciar al color. Puedes incorporarlo de dos maneras distintas. Bien en las piezas principales, como en esta propuesta de Ikea, siempre en tonos claros, poco intensos o pasteles; bien en complementos, como lámparas, el antepecho de azulejos o una pared de papel pintado, usando colores atrevidos y alegres, que aporten energía positiva. Recuerda que siempre debes elegir una u otra opción, ya que la convivencia entre ambas es difícil de mantener.
Con zona de 'office'
En las casas escandinavas, la cocina es el corazón, la estancia donde se vive y se disfruta en familia: hacen los deberes los niños, se ponen en práctica los cursos de repostería con los que sorprender a los invitados, se acompaña al cocinero... Por eso, siempre que puedas es preciso incorporar una zona de ‘office’, aunque sea pequeña o se limite a una barra de desayunos con dos taburetes.