Esta antigua masía catalana de piedra del siglo XVI tiene alma, uno que rememora el pasado con guiños al presente. De estilo rústico y vintage por los muebles que decoran el interior, los cuadros y fotografías, así como otros elementos decorativos, actualizan el conjunto. El resultado que ha logrado la interiorista Ana Engelhorn es original y distinguido.
Una tradicional masía de la Costa Brava
Esta casa de piedra tiene dos torres que datan del siglo XVI y un cuerpo central que se agregó en el silo XVII. Como dato curiosos, las torres en su tiempo sirvieron como punto de vigilancia de un castillo cercano, de manera que desde ellas se avistaba la llegada de piratas por mar. ¡Una historia que hay que contar! Como tantas otras que han vivido los muros de piedra que ahora acogen un hogar familiar de interiorismo chic, rústico y vintage al mismo tiempo. Sin duda, una mezcla curiosa por la que más de uno suspirará.
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El salón, un lugar en el que dejarse llevar
La casa principal de esta masía fue rehabilitada cuidadosamente por constructores y arquitectos especializados para devolver a esta antigua joya todo su esplendor. Y es aquí donde Ana Engelhorn Interior Design (Anaengelhorn.com) configuró un hogar con salón, cocina, comedor, aseo de cortesía, habitación infatil con baño y dormitorio en suite. El salón es un espacio de techos altos e inclinados donde la piedra de las paredes y el suelo convive con otros revestimientos encalados -como el cubo que alberga el aseo de cortesía en una esquina-. Junto a uno de los ventanales se ubica el piano y el resto del espacio se organiza como zona de estar con confortables y elegantes sofás en terciopelo y una gran mesa de centro en madera tosca y línea rústica.
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Al calor de la chimenea
En esta otra imagen se aprecia la gran chimenea recuperada de embocadura rectangular en torno a la que se organizan los asientos en el salón. El objetivo de Ana Engelhorn era recuperar y dar protagonismo a los materiales y elementos originales y resaltar sus características históricas, como las del suelo de piedra, recuperado. También se acentuaron los altos techos de la propiedad que permitieron crear espacios amplios y relajados.
La vida al aire libre
Para aprovechar los días de sol de la Costa Brava, los espacios exteriores que rodean la masía se cuidaron especialmente con la idea de ser disfrutados como una prolongación de la vida interior. Con el mismo estilo rústico del interiorismo y sencillez, el comedor al aire libre queda enmarcado por una ornamentada balaustrada de piedra y protegido por encinas y pinos con el mar al fondo.
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Piedra con pinceladas de color en la fachada
Este es otro de los espacios característicos de las masías catalanas: un techado de vigas adosado a la fachada principal de piedra. Destacan las puertas y ventanas pintadas en un tono aguamarina y el banco de madera de fondo excepcional en el que relajarse entre sol y sombra, leer o disfrutar de una siesta cuando el tiempo lo permite.
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Fogones de estilo 'vintage'
Todo en este ambiente hace que la cocina nos traslade a otra época: desde los revestimientos de piedra en paredes y suelos a las vigas de madera del techo o los elementos que equipan la cocina con todas las comodidades. Los fogones son una piedra retro que se ubican adosados a la pared junto a otroa módulos que completan la zona de trabajo. En una original isla de piedra se ubica el fregadero.
Una isla central para ganar espacio de trabajo
Pero sin perder el estilo rústico característico de todo el interiorismo de esta antigua casa de piedra rehabilitada. La diseñadora Ana Engelhorn creó un elemento central que llena el espacio, de generosas dimensiones, que organiza los ambientes y se convierte en el lugar idóneo para preparar la comida entre varios sin que nadie se moleste. La isla se remata con una barra alta con taburetes, ya que el comedor queda algo alejado de la cocina.
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Al fondo, el comedor
Este espacio distribuidor es el que lleva desde la cocina al comedor, ubicado al fondo tras la puerta pintada en azul. Se convierte en un lugar tranquilo y confortable con techo de bovedilla y piedra en paredes y suelo. Se ha aprovechado para ubicar una gran alacena que sirve para organizar el menaje y que quede cerca del comedor. En todo el proyecto, para decorar, se han usado muebles antiguos del Reino Unido y España que fueran capaces de contar la historia de esta masía.
Una pieza en color con mucha capacidad
También en color azul aguamarina, como el que tiñe la madera de ventanas y puertas, la alacena que se encuentra en el espacio distribuidor que lleva de la cocina al comedor es una joya recuperada que deja ver el paso del tiempo en su acabado envejecido. La interiorista quiso así crear algo de dinamismo y contraste con los tonos fríos de la piedra predominante sin romper la magia del pasado. ¡Conseguido!
Una biblioteca en la torre
En una de las torres de la masía se ha creado un lugar muy especial: una biblioteca que se organiza con estantes corridos en forma de L de suelo a techo. Una larga escalera en madera oscura queda siempre preparada para acceder a los libros de los estantes superiores.
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La entrada al dormitorio principal
De nuevo, una pieza de mobiliario en color azul que marca la entrada al dormitorio principal, creando al mismo tiempo un relato decorativo entre la zona de día y la de descanso. Se trata de una consola de línea vintage con un espejo ovalado de moldura labrada en plata. A su lado, una acceso rematado en forma circular, sin puerta, a la habitación organizada como una suite con baño y vestidor.
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La zona de descanso: la unión entre antiguo y moderno
La zona de descanso del dormitorio principal es amplia y luminosa. El suelo de piedra del área social deja su paso aquí a la madera, también recuperada de la construcción original. La cama se enmarca con dos mesitas de noche con lámparas de gran tamaño y un banco al pie. Como toda la decoración, es estilo entre clásico, rústico y chic está presente aquí también, actualizado eso sí por el toque atrevido y contemporáneo de la obra de arte sobre el cabecero. Este detalle está presente también en los baños con fotografías que acaparan miradas. El resultado es una elegante conexión entre el encanto antiguo y el lujo moderno
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¿Habitación o palacio?
Las generosas dimensiones del dormitorio principal han permitido crear una zona de estar al pie de la cama con dos butacas y un velador delante de la chimenea de piedra. La tapicería en terciopelo, la línea del mobiliario, la embocadura tallada y la lámpara de cristal de araña dan un aire palaciego al ambiente.
Espacios que se suceden: baño y vestidor
Integrado en el dormitorio pero sin quedar cerrado, un muro de piedra deliminta la zona de descanso del resto del espacio donde se organizan el baño y el vestidor. En esta imagen se aprecia el inodoro, un modelo retro, que queda adosado al tabique.
Con bañera exenta
Separada de la zona descrita anteriormente por un elemento divisorio con listones de madera se abre un espacio diáfano en el que la bañera exenta es la pieza central. Su diseño retro ha marcado el diseño del gran radiador toallero cromado que caldea el espacio.
Un frente con 'charme' en el baño
La elección de un modelo doble de lavabo en mármol sobre una estructura abierta de metal cromado pone encanto y distinción a un conjunto que no pierde la esencia retro. El gran espejo enmarcado en madera da profundidad y algo más de privacidad a la cabina que se crea detrás, en la que se ubica el inodoro.
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El vestidor, al fondo de la planta
En esta toma se aprecia la ubicación de la bañera en el centro de la estancia, siendo el elemento organizador del espacio ya que a un lado queda la cabina del inodoro y el acceso al dormitorio y al otro el vestidor. Un sofá en color crema de respaldo alto demarca la zona de armarios, un frente cerrado -de nuevo- en madera teñida de color azul verdoso.
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La habitación intantil
Con dos camas de estructura de forja en color crema, un par de mesitas de noche en zolo azul desgastado y ropa de cama estampada con motivos infantiles. ¡Es una habitación para los niños! Sin embargo, Ana Engelhorn ha sabido mantener la línea vintage con pocas piezas en un conjunto rústico de paredes de piedra.
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También con baño integrado
El dormitorio de los pequeños también cuenta con un baño integrado, que mantiene la esencia retro con sanitarios de diseño antiguo en blanco y negro. El único toque de color, como ocurría en el dormitorio principal, es la obra de arte contemporáneo en la pared sobre la bañera exenta.