Sueñas con un dormitorio que sea muy tú, en el que relajarte y descansar, pero también en el que al entrar notes que el mundo se para. Deja de soñar porque tras leer este artículo podrás hacerlo realidad. Quizá hay elementos que sobran y alguno que te falte. Por eso repasamos las cosas que sí y que no debes tener en tu habitación.
Sí a ropa de cama natural y de calidad
Porque el contacto de nuestro cuerpo con las sábanas es continuo durante las horas de sueño y la calidad de estas influye en nuestro descanso. Las fibras de las sábanas es preferible que sean naturales, lo mejor es el algodón o el lino. Son materiales que permiten que el cuerpo transpire -se regula la temperatura- y son suaves y agradables al tacto. Evita las fibras sintéticas.
Leer: Secretos de alcoba: cómo elegir las sábanas y las fundas nórdicas para una cama perfecta
No a la cama deshecha o mal vestida
¡Cómo influye en la armonía visual una cama deshecha con las sábanas descolocadas! La cama debe estar hecha para que sientas el dormitorio equilibrado. El orden tiene mucho peso en la percepción de limpieza y sosiego de un espacio. No se trata de que te obsesiones con la arruga pero sí que la colcha esté estirada y los cojines colocados. Si te interesa este tema del ruido visual, no dejes de leer este artículo.
Sí a un buen colchón según tus preferencias
Dormir en pareja no significa que las dos partas tengan los mismos gustos o necesidades a la hora de descansar. Y aquí el colchón y las almohadas tienen un papel fundamental. Así que debes escogerlos en función de lo que te pida el cuerpo. Si es necesario que cada miembro de la pareja tenga su colchón, opta por una cama doble articulada o con dos colchones. Aunque siempre se ha dicho que el colchón conviene cambiarlo cada 10 años, los expertos recuerdan que es una orientación aunque en realidad habría que hacerlo antes si empezamos a notar molestias en la espalda o cuello.
Leer: ¿Quieres saber cómo es la cama de tus sueños? Aquí encontrarás algunas pistas
No al ruido en el dormitorio
Otro factor que influye en el descanso es el ruido. Hay muchas manera de convertir el dormitorio en un espacio insonorizado. Alfombras y textiles en general decoran pero también absorben el ruido (por ejemplo, el imapcto de la pisada). Así que si el dormitorio es ruidoso, no lo dudes. Además, una puerta permite cerrar e independizar el espacio y rebajar el nivel de ruido aunque en otra estancia de la casa continúe la vida. Las ventanas deben ser de calidad para evitar los ruidos de la calle. Y si la pared del cabecero linda con la del vecino y oyes voces o ruidos, puedes optar por revestirla con madera, que es un buen aislante.
Sí a la luz y a la ventilación
Es fundamental renovar el aire del dormitorio cada mañana. Bastan un par de minutos para sentir el aire fresco así que no olvides ventilar. Por eso es importante que los dormitorios tengan una ventana. En el caso de que el espacio sea interior deberás instalar un ventilador que mueva el aire o un sistema de ventialación.
Y tan importante como la ventilación es la gestión de la luz natural. Lo ideal es que dejes que entre tamizada durante el día pero que puedas oscurecer la estancia para que no te moleste cuando amanezca. Así que opta por cortinas en tonos suaves y baja las persinas o echa las contraventanas por la noche. Si no cuentas con ninguno de estos elementos, las cortinas o estores de oscurecimiento son las solución (son opacos, como los que encontrarmos en algunos hoteles).
Leer: Estos dormitorios lo tienen todo para enamorarte: ¿habrá flechazo?
No a la decoración fría e impersonal
Porque aunque solo uses el dormitorio para dormir su decoración debe ser personal. Si no lo sientes así, no estarás a gusto. No se trata de llenar el espacio de muebles y complementos porque esto tampoco hará que la decoración sea adecuada para el descanso y relajación. Pero tampoco ganas con un minimalismo frío e impersonal. El equilibio es la clave.
Sí a rincones de estar o lectura en el dormitorio
Puede que sea el espacio de la casa en el que encuentras más tranquilidad: tu dormitorio. Así que si el espacio lo permite crear un rincón de lectura o para escuchar música y relajarte (tan solo para meditar y mirar por la ventana) es una idea acertada. Un sillón o butaca y un puf, una mesita auxiliar y una lamparita bastan para convertir un metro cuadrado en un oasis de paz y desconexión.
No al desorden
De ninguna manera porque, como ya hemos comentado, el desorden afecta al equilibrio y hace que por muy bonita que sea la decoración se sienta caótica. Así que es importante recoger el dormitorio. La cama hecha, la ropa en el armario, nada de zapatos en el suelo y a la vista, las mesitas de noche despejadas… Si es necesario, opta por una cama con canapé abatible o con cajones para guardar esas cosas que no sabes dónde meter y que te quitan espacio en el armario. Incluso es un buen lugar para guardar la bolsa del gimnasio.
Leer: 10 reglas de oro para mantener el orden en el dormitorio
Sí a las paredes del cabecero revestidas y diferentes
Porque es la pared principal del dormitorio y enmarca la cama y las mesitas de noche, que son los muebles protagonistas. Así que sí, decorar ese frente como se merece, de forma diferente, es un acierto, una de esas cosas que sí debes hacer en tu habitación. Puedes optar por una composición de cuadros y láminas, objetos tridimensionales, varios espejos, un cabecero llamativo o un revestimiento especial como en este caso se ha hecho con madera. Pero puedes optar por papel pintado, baldosas vinílicas, tela, molduras…
No a los colores oscuros
Cuando predominan crean ambientes demasiado marcados y oscurecen. La sensación de calma se logra con tonalidades suaves que nos invitan a la relajación. Así que una de las cosas que no debes hacer al decorar el dormitorio es abusar de colores oscuros. Sobre todo si se trata de pintura o revestimientos de pared. Puedes incorporar algunas pinceladas en complementos y detalles (como una lámpara) o las patas de un banco), pero en general, opta por una gama suave o de intensidad media.
Leer: Los colores tierra sacan el lado más salvaje (y natural) de la casa. ¡Descubre cómo!
Sí a un armario adaptado a ti
No tiene que ser grande ni pequeño sino suficiente para que guardes lo que necesites. De nada sirve un armario grande si está mal organizado por dentro. Así que aunque sea pequeño, cuida especialmente la distribución interior. En este sentido conviene recordar la importancia de las soluciones a medida para sacar partido al espacio, tanto en el caso de un armario como de esos huecos que quedan desaprovechados y que pueden dar mucho con la solución adecuada -como la estantería que ha creado la interiorista Natalia Zubizarreta en este dormitorio junto a la pared y mesita de noche-.
Leer: ¿Te mudas? Aprovecha para replantear la decoración de tu casa
No a estampados muy llamativos
Además es tendencia en este año 2020 recurrir a lo que se conoce como minimalismo cálido, que es tratar los espacios con sencillez, evitar los motivos grandes y demasiado vistosos y optar por motivos mínimos o inexistentes, dejando el protagonismo a las texturas que aportan los diferentes materiales. Pero en general, no optes por estampados muy marcados de los que te cansarás antes y que tendrán demasiado peso visual. El acierto para hacerlo bien es, en todo caso, reservarlos para una única superficie y no mezclarlos con ningún otro motivo más.
Sí a las alfombras en el dormitorio
Porque absorben el ruido, evitan que se pierda calor y hacen la pisada muy confortable. Además con ellas estarás introduciendo otra textura que enriquecerá el espacio. Eso sí, conviene mantenerlas en perfecto estado de limpieza para que no acumulen polvo. Una opción para que esto no pase es que escojas un diseño lavable en lavadora, como las de la colección de Lorena Canals, cuyo modelo decora esta estancia. Incluso, para los alérgicos que no quieran prescindir de una alfombra las de PVC o vinílicas son una opción que no acumula polvo al no tener pelo pero que imitan acabados de todo tipo.
No a la desproporción de tamaños en las piezas que decoran
Si los complementos e, incluso, los muebles no están adaptados a las dimensiones del espacio la decoración se verá desequilibrada. Tan malo es optar por muebles muy grandes en dormitorios pequeños como al revés. Hay que escoger en función del espacio a decorar. Los muebles muy grandes son pesados visualmente y ocupan mucho, algo que no es apropiado para un dormitorio. Lo ideal es no saturar, mantener las superficies despejadas, decoradas con algún elemento pero sencillo.
Sí a los cojines sobre la cama
Porque los cojines decoran y dan sensación de confort. En ellos puede residir la clave de la decoración de un dormitorio sencillo y amueblado a base de piezas neutras y esenciales. No hace falta estar 20 minutos cada noche quitándolos, basta con un par o tres sobre las almohadas. También son útiles cuando se lee en el cama antes de acostarse para apoyar la espalda. Eso sí, preve dónde los dejarás cuando uses la cama.
No a los rincones de trabajo y aparatos tecno conectados
Porque el dormitorio es el lugar para descansar y relajarse antes de irse a dormir. De ahí que sea aconsejable no usar dispositivos tecnológicos en los instantes previos a acostarse. Por ese mismo motivo no se debería crear un rincón de trabajo en el dormitorio, para no asociar trabajo y esfuerzo al lugar en el que descansa. Este, no nos cansamos de decirlo, debe inducir a la calma y disfrute. Si no te queda más remedio que contar con un escritorio, intenta que no quede frente a la cama para no verlo, apaga los dispositivos totalmente para que no interfieran las ondas en el descanso y, si es posible, delimita la zona con un biombo o elemento separador.
Leer: Las zonas de trabajo más inspiradoras: ¡para una vuelta al cole feliz!