Son innumerables las ocasiones que nos centramos en las bondades de los colores neutros y claros para decorar. Son esa base que siempre encaja, amplías los espacios, multiplican la luz… pero ¿y el resto de colores? O, mejor dicho, ¿qué pasa con los tonos que están en el otro extremo? Lo más fuertes e intensos, vibrantes, llamativos… Ellos también tienen su espaco en los interiores, pero hay que saber cómo usarlos, dónde y cuándo. Y de la forma correcta el resultado es personal e impactante. Para aprender a manejar los tonos fuertes en decoración como un experto, dos interioristas nos dan las claves.
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¿Cuándo se deben usar los colores fuertes e intensos para decorar?
A la interiorista Pia Capdevila (Piacapdevila.com) le gusta contrastar con tonos fuertes en espacios que tiene mucha luz natural "siempre combinados en una o dos paredes o bien si hago un arrimadero en la pared. Me gusta la combinación de azul navy -recuerda que el color del año 2020 según Pantone es el Classic Blue- con gris claro, el color topo subido con el color piedra y el coral combinado también con el color piedra".
Por su parte, Natalia Zubizarreta (Nataliazubizarreta.com) indica que "los colores oscuros son muy interesantes para crear focos potentes de atención o cuando queremos crear efectos de contraste. Son ideales las paredes protagonistas como cabeceros o paredes de comedores".
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¿Cómo se deben integrar los colores fuertes para que no agobien una estancia?
Aunque depende de cada proyecto, de la luz que reciba la habitación, las dimensiones, el estilo decorativo de los muebles, Pia Capdevila cree que si se usan los tonos más intensos con otros claros en las paredes y, sobre todo, con techos en blanco, el efecto será acertado, se logrará un contraste elegante. Lo mismo opina Natalia Zubizarreta: "mi consejo es integrar los tonos fuertes por toques y aplicarlos en paramentos que queden entre paredes de tonalidades más claras. La cuestión son las proporciones, no recomiendo que los colores fuertes superen el 20% de la superficies".
El truco para que no atosiguen es equilibrarlos con tonalidades claras (blancos, beiges, piedras, arenas…) en el resto de las paredes. "Otra opción es poner una tonalidad oscura en una pared sobre la que ponemos un empanelado más claro", añade Zubizarreta. U optar por una pared oscura, con un mueble también para lograr el efecto "camuflaje" pero que el resto del espacio tenga tonos claros y luminosos y muebles en maderas claras o laca blanca.
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¿Están prohibidos los tonos fuertes en espacios pequeños?
Capdevila lo tiene claro: "en decoración no hay nada prohibido. Es bueno atreverse siempre que el proyecto lo permita. He llegado a trabajar estancias monocolor en algún caso y queda espectacular". Para Zubizarreta: "en espacios pequeños conviene apostar por colores claros que aporten amplitud y luminosidad y dejar los colores fuertes para simples toques o guiños en piezas pequeñas de decoración como cuadros o textiles, alfombras…"
A la decoradora Pia Capdevila le gusta usar colores fuertes en sus proyectos aunque, nos explica, "en muchos los proponemos pero es el cliente el que no acaba de atreverse. Si tengo que escoger un tono, el azul marino me encanta. Es un color sofisticado, elegante y moderno, al mismo tiempo que fresco. Además, en la filosofía feng shui, el azul oscuro se asocia con el elemento agua y se cree que favorece los pensamiento positivos".
"Los colores fuertes aportan personalidad a los interiores y captan la atención visual de una forma muy potente. Si tienes una pieza de mobiliario clara que quieras destacar ponla sobre una pared de color fuerte y triunfarás", aconseja la interiorista Natalia Zubizarreta. Así que, una vez que tienes las claves, ¿te animas con los tonos fuertes?