Una mala iluminación puede poner en peligro el mejor proyecto decorativo, hacer que los metros cuadrados mengüen, deslucir cuadros y fotografías impresionantes, y aumentar el consumo energético. No la subestimes y aprende a usar la luz, para que tu salón sea el mejor lugar de la casa.
Dime qué vas a hacer…
… Y te diré cómo iluminar tu estancia. El salón es el más polivalente de la casa, ese espacio donde, con el permiso de la cocina (el otro ‘corazón’ del hogar), se desarrollan más actividades. “Primero hay que pensar en el uso que le das y planificar la actividad que vas a desarrollar: dónde voy a estar, dónde va el sofá, si voy a crear un rincón de lectura, si suelo ver la televisión en él… Después, es importante tener en cuenta la luz natural que posee el ambiente e incluirla en el proyecto lumínico de manera idónea”, señala el arquitecto Juanjo Lastra Pérez-Olaya.
La unión hace la fuerza
Para que la iluminación del salón funcione, es preciso combinar los tres tipos de luz (general, ambiental o de actividad y puntual), creando capas y distintos niveles, que proporcionen mayor flexibilidad. “Piensa que la general te ayuda a crear una atmósfera agradable, la de actividad te ayuda a crear escenas (un rincón de lectura o una zona de relax, por ejemplo), y la puntual o de enfatizar permite destacar las cosas que te interesan, como esa escultura o ese cuadro especial, y debe complementarse con fondos y volúmenes”, señala Lastra Pérez-Olaya.
Di sí a las lámparas de sobremesa
Solas, en pareja o incluso en tríos, como en este ambiente del interiorista Raúl Martins, son un recurso eficaz tanto para dar ambiente como para reforzar la iluminación general. Ponlas a ambos lados del sofá, en el aparador o en la mesita del rincón de lectura y descubre sus poderes, ya que en muchos momentos del día pueden ser la única luz de tu salón.
Establece áreas y crea ambientes
Aunque debes tener en cuenta los objetos y las piezas de mobiliario, lo que realmente debe definir tu proyecto lumínico son los ambientes que configuran tu salón: estar, lectura, comedor… “Así, si se trata de una zona de descanso, tienes que diseñar una atmósfera tranquila, más cálida, mientras que la del comedor debe ser más directa, para que te permita distinguir los platos y ver al comensal que tienes enfrente”.
La zona del sofá
Se trata del rey del salón, la pieza con más trote (y más vida) de la casa. Por eso, necesita una iluminación a la medida de sus usos. Como norma general, debe ser una luz indirecta, regulable y cálida, que proporcione un ambiente agradable. Refuerza los focos empotrados (lo más habitual en las casas actuales, dada la altura de los techos) con lámparas de sobremesa en las mesitas auxiliares, de pie o suspendidas como estas. Así, en muchos momentos del día podrás apagar la general.
En armonía
Un buen proyecto lumínico es aquel que integra toda la iluminación, crea ambiente y proporciona confort lumínico. “Es importante que las fuentes que tienen luz propia no colisionen con el resto, de manera que al ubicar la televisión, por ejemplo, no haya reflejos”, aconseja el arquitecto.
Integrada y suficiente
Tan erróneo es apostar por una iluminación ‘de gala’, que deslumbre a tus invitados, cree sensación de ‘feria’ y muestre los defectos decorativos y de distribución, como quedarse corta. Especialmente, si tu salón es grande o carece de luz natural suficiente. Por eso, es preciso reforzar la iluminación general empotrada con luminarias suspendidas y otras de apoyo, que iluminen tu vida en el hogar.
No olvides la temperatura de color
A la hora de planificar la iluminación del salón, aún más importante que el número de focos que pones -puedes instalar muchos focos de pocos vatios o unos pocos de muchos-, es elegir la temperatura de color idónea. “Además de comprar luces led de bajo consumo, ten en cuenta la temperatura de color de las mismas, para que tu casa no parezca un quirófano. Se mide en grados Kelvin y nos ayuda a crear un hogar cálido y agradable o frío y algo impersonal. A más grados, más frialdad. Lo ideal es que tenga alrededor de 3.000-3.500 grados Kelvin, incluso menos en algunas luminarias”, señala Juanjo Lastra Pérez-Olaya.
Eficiente y cómoda
Si puedes, apuesta por la domótica y logra una iluminación no solo más eficiente sino también más confortable y versátil, que se adapte a tu estilo de vida y costumbres. De esta manera, podrás planificar la iluminación según el momento del día o la actividad que estés realizando (leer, una sobremesa con amigos, trabajar…) apretando un solo botón, garantizando, al mismo tiempo, un mayor confort lumínico y, por supuesto, una reducción del consumo energético.
El rincón de lectura
Es una de las zonas a la que mayor atención debes prestar, ya que una buena luz hará que lo uses a menudo o que lo abandones a su suerte. Una lámpara de pie o de sobremesa son las mejores opciones.