Cómo sacar partido a un cuarto de baño pequeño para que parezca más grande
El aseo no suele ser la zona de la casa más amplia y, sin embargo, se trata de un espacio de intimidad que busca establecer una relación de sensibilidad, con nosotros mismos y con las visitas.
Un baño pequeño y que no ayuda a generar sensaciones de amplitud puede dar una sensación muy poco agradable. Sin embargo la decoración, y algunas decisiones de obra pueden ayudarnos a sacarle el máximo partido.
La bañera se traga el espacio
Si lo piensas bien, nada resta más espacio a tu baño que la mampara de la ducha o baño, que hace la función de tabique dentro de la habitación, y en cuartos pequeños puede acabar suponiendo una reducción drástica del espacio. Tengas baño o plato, piensa en cómo sacar partido a esta zona de la casa: aunque cuando estés comprando una cortina de ducha te enamores de una creas que puede quedar preciosa en tu baño, recuerda sus dimensiones y si su dibujo puede llegar a saturar la percepción de las dimensiones.
Puede parecer una perogrullada, pero que por costumbres dejes la cortina abierta puede generar un efecto muy positivo en tu percepción del baño, pues estarás ganando mucho espacio visual. En la medida de lo posible, opta por tanto por cortina en vez de mampara, pues aísla menos, o si deseas una mampañara que no sea opaca, sino totalmente transparente.
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Cuadros grandes no, espejos gigantes sí
Nada queda más simpático como un gran cuadro pop en el baño. Es un clásico ya situar una reproducción de un Warhol allí, o una lámina vintage en blanco y negro. Sin embargo, los cuadros grandes acaban por comerse el espacio y generan una sensación inevitable de colapso.
Es más, ten en cuenta que cuando ves un mismo cuadro todos los días, dejas de verlo, porque tu percepción se acostumbra a él y ya no reparas en su existencia. Si el cuadro es grande, seguirá comiéndose el espacio y llegará un momento, más pronto que tarde, que dejarás de verle la gracia. Busca cuadros que te gusten, pero pequeños. El efecto que conseguirás es el mismo: pueden seguir siendo divertidos y originales, pero no les permitas devorar centímetros cuadrados.
Sin embargo, esta regla sirve a la inversa con los espejos. La sensación de amplitud que da un espejo siempre es proporcional a su tamaño, y esta es una máxima que sirve tanto en el salón como en el baño. Con mayor razón debemos atender a esta regla en el baño, pues suele ser muy positivo aprovechar la luz (tal vez poca exterior), aplicar una solución que simule más espacio y que permita que nos miremos mientras nos aseamos.
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Lavabo suspendido y armarios invisibles
Es una tendencia muy extendida hoy que los lavabos y los inodoros estén suspendidos para ocupar el mínimo espacio posible y resultar menos contundentes. Hay soluciones de todo tipo que pueden ayudar a masificar el espacio sobre esta cuestión. La cisterna se puede ocultar y hacerla desaparecer, generando un falso medio muro en la pared y soterrándola. Dde esta forma, un inodoro pequeño y suspendido puede resultar una solución muy estética que aproveche totalmente el espacio disponible.
De la misma manera, que el lavabo sea una pila suspendida nos da una perspectiva muy limpia del espacio. La duda es ¿dónde colocar todas las cosas que necesitas en el aseo? Puedes trabajar sobre los muebles del año haciéndolos desaparecer, de la misma forma que la cisterna está oculta en un muro, los armarios del baño también pueden estarlo.
Como nos recomendaría Marie Kondo, no tengas todos tus productos de higiene a la vista, como si fuera la zona de rebajas de una droguería. Haz que todo esté oculto buscando la forma de incluir armarios que simulen la pared, como si fueran escondites secretos. Ni baldas, ni repisas ni grandes tiradores: paredes desnudas.
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