Antes de la llegada de un nuevo miembro a la familia, la inmensa mayoría de padres ponen a punto el cuarto que estará destinado al futuro bebé. Suelen ser espacios llamativos y recargados, en los que los pequeños desarrollarán su imaginación y acumularan juguetes y juguetes. Debe tratarse de un dormitorio alegre, que genere paz y tranquilidad. Sin embargo, con la adolescencia, los chicos desean dejar de lado el estilo infantil para dar paso a una habitación para niños más mayores.
En esta etapa repleta de cambios, las necesidades de nuestros hijos se transforman. Les surgen nuevas aficiones, inquietudes y responsabilidades. Además, suelen pasar más tiempo en el dormitorio, que se convierte en su espacio de diversión, relajación y descanso, pero también de estudio.
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Comodidad y funcionalidad
La adolescencia es la época en la que los niños comienzan a estudiar con intensidad. En este sentido, es necesario crear un rincón en el que aprenda a concentrarse y realizar las diferentes tareas escolares. Si antes no contaba con un escritorio en la habitación, es el momento de incluir uno. En el caso de que el cuarto no sea lo suficientemente amplio como para crear un 'mini despacho', tendrás que habilitar una zona del hogar destinada al estudio. Un buen ambiente influye en el rendimiento escolar.
Un espejo el que puedan mirarse y observar los cambios que está experimentando su cuerpo, así como un armario más amplio y juvenil suelen ser alguna de las peticiones de los niños a esta edad. Tampoco debe faltar una balda o una cómoda accesible en la que pueda colocar libros.
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Nuevas inquietudes
Es muy probable que, con el paso de los años, esa habitación que ideaste y amueblaste con tanto cariño e ilusión ya no sea de su agrado. Aunque debes asesorarle para que se sienta a gusto en casa, deja que ahora sea tu hijo quien tome las decisiones sobre el nuevo espacio teen: qué elementos de la habitación quiere mantener, cuáles le gustaría eliminar y qué desea incluir. Probablemente, el cambio comenzará con el color de las paredes. Puede que opte por un color neutro, como un gris, o que se decante por una tonalidad con la que se sienta más identificado.
¿Música? ¿Deportes? ¿Cine? Con la adolescencia, los jóvenes comienzan a conformar su personalidad y a tener claro cuáles son sus hobbies y aficiones y querrán que estos, a través de posters u otros elementos de ornamentación, formen parte de la esencia de la decoración.
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Primeros recuerdos
La adolescencia también marca las primeras amistades que se viven con intensidad. Los niños sienten que sus amigos son lo primero y querrán que las fotografías de algunas de sus primeras salidas en grupo formen parte de su habitación.
En la juventud, son muy celosos con su privacidad y será recomendable que cuenten con cajas, baúles y cajoneras en los que puedan guardar sus objetos personales que no quieren que estén a la vista de todos. Debemos respetar esa pequeña parcela de privacidad. Además, los elementos de almacenaje permitirán que la habitación esté más recogida y ordenada.
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