El nuevo cuarto de baño deja atrás su razón de ser (la higiene) para convertirse en una de las estancias con más peso en el día a día y en el estilo de vida actual. Porque, seamos sinceras, si hay un espacio de la casa que quieres reformar es él. Buscas hacerlo más cómodo, más tecnológico, más sostenible, más ‘mindfulness’…
Razones de peso
Uno de los principales dilemas a los que te enfrentas es elegir entre la bañera y la ducha. Y, aunque tus gustos e, incluso, tus prioridades son decisivas, debes tener en cuenta una serie de requisitos que inclinarán la balanza hacia un lado u otro. Así, es importante el tamaño, la funcionalidad y las necesidades de cada hogar. Y, aunque pienses que con la ducha estás ahorrando agua, no necesariamente ocurre esto, ya que en una ducha de unos 10 minutos consumiremos más o menos lo que para un baño, porque normalmente no la llenamos hasta el borde. De manera que el tiempo tiene la llave del ahorro.
Frente a frente
En líneas generales, en baños pequeños, la mejor opción es una ducha, ya que, señalan desde Noken, “además de adaptarse mejor a los espacios S y XS, aportan una mayor practicidad en el aseo diario. Mientras que cuando los metros no son un problema, la bañera es lo usual”. Especialmente cuando se vive en la ciudad, donde el tamaño del cuarto de baño no supera los cuatro-cinco metros cuadrados, la ducha es una opción funcional y cómoda, que permite ahorrar espacio. Además, es rápida y encaja mucho mejor en el ritmo de vida actual, donde cada segundo cuenta. La bañera, especialmente si incorpora algún extra como contraste de temperatura, jets de masaje o estimulación sensorial, nos da la oportunidad de disfrutar de los beneficios del agua caliente, las sales de baños y el relax que produce dedicarse cinco minutos. En contra hay que hablar de un acceso menos fácil, aunque hay modelos que solucionan este obstáculo, y cierta incomodidad a la hora de limpiarla.
Bañeras para todos los gustos
Envolventes y sugerentes, invitan al descanso y al placer que supone dejar pasar el tiempo, aparcando los problemas en la puerta, y dedicarse unos momentos a ti misma, logrando mejorar cuerpo y mente. Incluso si a tu cuarto de baño no le sobran los metros, no tienes que renunciar al placer de las burbujas, ya que hay modelos encastrados que solo miden 100 x 160 cm o bañeras exentas tan reducidas como un plato de ducha pequeño. Además, los diseños angulares, por ejemplo, permiten aprovechar las esquinas, adaptándose a las condiciones del espacio, casi como un traje a medida.
Los modelos exentos son uno de los grandes vencedores de los cuartos de baño actuales, ya que, a sus muchas ventajas estéticas (algunas son verdaderas esculturas), se les une una independencia en su instalación, que posibilita su uso en otras estancias, que no son el baño. Por supuesto, si eliges un modelo ‘full equip’, con hidromasaje, asientos ergonómicos, aromaterapia o iluminación de colores, además de los más prácticos como desinfección por ozono o sistema antitracción de cabellos, querrás usarla todos los días de la semana.
Ducha ‘wellness’: una versión mejorada
Y ahora que han crecido tus hijos, decir adiós a la vieja bañera y sustituirla por un plato XL, donde puedas bailar o compartir ese momento, es algo sencillo (hay empresas que lo hacen en horas). Sin olvidar, que si el 73% de tu factura de agua del hogar se consume en el baño, la ducha puede hacer mucho por nosotras y nuestro bolsillo. Para aumentar la sensación de amplitud y eliminar las distintas barreras arquitectónicas, mejor un plato a ras de suelo, que, además, ayuda a diseñar un espacio más accesible (sin escalón) y seguro.
Prueba también los diseños en materiales de última generación, como ciertas resinas y conglomerados minerales, llenos de posibilidades estéticas y con texturas muy agradables.