Cuatro estilos decorativos que no pasan nunca de moda
Atemporales, pero igual de eficaces y resultones, por ellos no pasan los años, ya que son capaces de lucir siempre bonitos, sin perder tirón decorativo. Sin duda, tener una casa '10' es más sencillo con ellos.
Si crees que la decoración, como el amor, es para toda la vida, toma nota de los cuatro estilos que te ayudarán a conseguirlo, ya que los años no consiguen hacer mella en su belleza y poder ‘deco’. Y, al margen de pequeños arreglos y retoques, siguen luciendo siempre igual, ajenos a las modas pasajeras. Esto no significa que debas renunciar a tu estilo personal, sino que la clave del éxito está, precisamente, en adaptar estos ‘looks’ a tus gustos, los muebles que tienes y la propia estancia.
1. Estilo industrial
Inspirado en antiguos talleres y fábricas de Nueva York de mediados del siglo XX, hoy en día se ha reinventado, haciendo posible que todos los interiores, y no solo los ‘lofts’ y los estudios de artistas lo luzcan. Siempre que cuenten, eso sí, con grandes ventanales, espacios diáfanos y abiertos y techos altos. Si tienes opción, da protagonismo a los elementos estructurales y deja una pared de ladrillo o una columna de hormigón, por ejemplo. Apuesta por los tonos neutros y no tengas miedo al negro, es un básico. Sofás de cuero, muebles artesanales, mesas de madera sin tratar, accesorios de metal o vidrio... Son clave para conseguir ese ‘look’, en el que no puede faltar alguna pieza icónica, como un sofá chéster, una mesa de centro con ruedas o algunas sillas Tolix en el comedor. Dado que los muebles industriales, a menudo, son imponentes, elígelos con moderación e intégralos sutilmente con tu decoración actual.
2. Estilo ‘art déco’
Presente en nuestros interiores desde la década de 1920, estamos ante una tendencia elegante y sofisticada, tan básica como necesaria en tiempos donde el estilo se mide en ‘likes’, aunque ahora Instagram haya decidido eliminarlos de sus fotos y vídeos. Para tu hogar, opta por un fondo con patrones geométricos y colores establecidos, que creen la caja perfecta, y no olvides el brillo de sus dorados o del latón, un ‘hit’, junto con el vidrio. Respecto al mobiliario, siempre en materiales nobles, como mármol y madera maciza, y, por supuesto, procura vestir sofás y sillones con terciopelo. Ten presente que, a pesar de su aparente rigidez, adora la mezcla y lo brillante y que siente especial predilección por el antiguo Egipto.
3. Estilo nórdico
¿Sueñas con un interior cálido y confortable? El nórdico te ayudará a conseguirlo. Bastante fácil de configurar, es atemporal y tiene la ventaja de brillar, a pesar de su sencillez, rayando casi en lo minimalista. Para empezar, pinta tus paredes en blanco o en tonos muy claros, como el gris perla. Respecto al mobiliario, deben ser pocas piezas, pero con una función bien definida en la casa, capaz de sacar el máximo partido. Opta por diseños simples, preferiblemente en maderas claras, como roble o pino. Y no olvides terminar la decoración con pinceladas en tonos pasteles; plantas que aporten frescura y metan la naturaleza en casa; cuadros que den carácter a la pared del sofá; gruesas alfombras que vistan los suelos y proporcionen confort y cojines colocados estratégicamente. Por cierto, los detalles artesanales, para una atmósfera ‘hygge’ completa.
4. Estilo ‘boho chic’
Las alfombras bereberes, los muebles antiguos, las plantas, el macramé, los motivos étnicos y otros objetos exóticos son parte esencial de esta tendencia decorativa, que se cuela en casa casi sin que te des cuenta, diseñando interiores llenos de un encantador aire bohemio. Decoración sencilla, algo extraña, pero muy estética, que se basa en una sutil combinación de estilos y colores. Para tener una decoración 'hippie chic' exitosa, es necesario optar una base neutra que te permita incorporar los colores vibrantes y los estampados llamativos de forma tranquila, sin caer en la estridencia.
Apuesta también por las materias primas naturales, donde el mimbre, la ropa de cama en sugerentes linos o el ratán tienen siempre algo que aportar al ambiente y, por supuesto, no renuncies al placer de rodearte de cojines y de romper alguna regla ‘deco’, que saque a relucir tu espíritu hippie e inconformista.