Reclamamos el derecho a la pereza, el descanso, el placer de no hacer nada o de hacerlo, si prefieres. Para ello, tan importante como elegir los muebles de salón adecuados, es crear esa atmósfera relajante, cálida y agradable, que haga que te sientas tan a gusto, que no quieras moverte del sofá en todo el día. Estas 10 claves te ayudarán a conseguir una zona de estar amorosa y confortable.
1. Crea tu propio ambiente
Un salón bien equipado, es un espacio en el que vivir, que se parece a sus habitantes y que tiene en cuenta tanto los pequeños accesorios como las piezas grandes, jugando con colores, pinturas, cojines, cortinas, lámparas e, incluso, con algunos souvenirs de viaje, fotos familiares o la cama de la mascota. Los amantes de la lectura querrán tener sus libros cerca, los seguidores de la siesta, una mantita de sofá... Como en este ambiente diseñado por el interiorista Raúl Martins, donde cada elemento te invita a quedarte.
2. Distribuye adecuadamente
Una buena distribución debe ser estéticamente bonita, pero también confortable, para que quieras estar allí y hagas realidad la frase de "como en casa en ningún sitio". Debe contar con espacio suficiente para moverte cómodamente, que se adapte tanto a tus necesidades actuales como futuras.
3. Deja entrar la luz natural
Si la oscuridad te sumerge en un ambiente triste y desamparado, los rayos solares son una inyección de fuerza y vitalidad. De hecho, la luz cotidiana tiene un impacto real en el cuerpo y el espíritu. Por lo tanto, además de invertir en iluminación, deja que sea parte de la decoración de la estancia: no pongas muebles altos junto a las ventanas, opta por puertas y tabiques de cristal, que permiten que llegue a todos los rincones, cortinas y estores en tejidos ligeros, especialmente ahora que llega el buen tiempo…
4. Da la bienvenida al exterior
Alíate con las ventanas de piso a techo y XXL, que crearán aberturas luminosas, dejando que el jardín o la terraza se cuelen en tus interiores, trayendo consigo todo su poder y encanto. Siente el exterior como una prolongación más de tus espacios y deja que se cuele dentro y con él la frescura, los aromas y la vitalidad.
5. Respira aire limpio
Para que el salón transmita bienestar, debe contar con una atmósfera fresca y limpia. Además, como vas a pasar mucho tiempo en él, es preciso renovar regularmente el aire, para que no esté viciado y saturado con dióxido de carbono, especialmente en las viviendas modernas. No lo dudes y abre tus ventanas, al menos, 15 minutos diarios.
6. Busca la sencillez
En todos los planos, desde el decorativo hasta de distribución o logística. ¿Crees que para que tu salón sea agradable es preciso multiplicar los elementos decorativos y los muebles? ¡No! Cuanto más se recarga, más pesado visualmente es y más agotador resulta. Por eso, es recomendable no tener más de tres elementos fuertes y organizar este espacio de acuerdo con su tamaño y sus necesidades reales, en lugar de acumular objetos.
7. Mantén el orden
Es un aspecto que no se ve, pero que se siente y se ansía. Tener un espacio organizado y sin cosas por medio, te ayudará a vivir mejor y a disfrutar al máximo cada minuto que pases en casa. Además, el orden proporciona felicidad y logra que te relajes al instante, por su limpieza visual. Por eso, pon en práctica pequeños trucos, como colocar los cojines del sofá antes de irte a dormir, vaciar los ceniceros o reciclar los periódicos y las revistas semanalmente. Las telas son de Lizzo, en Pepe Peñalver.
8. Piensa en guardar
Para que tu salón rime con paz y relajación, no descuides el almacenamiento. De hecho, es difícil recargar las baterías en un caos donde docenas de objetos (ropa, papeles, revistas, vasos...) contaminan constantemente los ojos. Para evitar saturar tu estancia con cosas innecesarias, recurre a estanterías, baldas o armarios, que mantienen a raya al orden y te ayudan a disfrutar al máximo tus horas de relax.
9. Siéntate (y siéntete) cómoda
Si tuvieras que designar una pieza central del salón, sería, sin dudarlo, el sofá. Además, muchas veces no hace falta más que uno, para ser el rey de la casa. Lo primero que debes tener en cuenta es su posición y lugar en la estancia. Recuerda que, contrariamente a lo que se cree, no tiene que estar necesariamente pegado a una pared. Por el contrario, incluso, puede utilizarse para estructurar el espacio, separar las habitaciones y delimitar las áreas entre la sala de estar, el comedor o el pasillo.
10. Sácale los colores
Tanto a la hora de pintar sus paredes como de elegir la paleta cromática de sus telas y tapicerías. Puedes apostar por los neutros y luego dar alguna pincelada fuerte y alegre o combinar, sin miedo, diferentes intensidades de un mismo color. Eso sí, busca siempre el equilibrio y la armonía, para crear el refugio perfecto.