La arquitectura sostenible no solo supone un beneficio para el medio ambiente, sino que además es un paso, y un paso de gigante, hacia un futuro mejor. La llamada ‘construcción pasiva’ o ‘Passivhaus’ (muy de moda) tiene muy en cuenta las condiciones climáticas y geográficas del lugar, mediante una buena orientación, captación y protección de la radiación solar, un alto grado de aislamiento y una buena estanqueidad, que garantice la mínima demanda energética.
Cada vez son más las viviendas que se apuntan a esta tendencia constructiva, tanto por su componente ‘eco’ como por su estética y sus beneficios para la vida (y el bolsillo). Esta casa, construida por Arquima y diseñada por el arquitecto Ferran Badia y por el estudio Arquitectura Ambiental, se ha proyectado bajo esta tendencia, demostrando que la ecología puede ser también ‘ très chic’.