Marcos de fotos pintados a mano
Pon en práctica esta original forma de 'colgar' en casa tus recuerdos
Decorar paredes con fotografías se ha convertido en una de las últimas tendencias de estilo. En plena era digital, lo analógico empieza a cobrar de nuevo un gran protagonismo, donde las imágenes salen de los dispositivos y de las plataformas virtuales para integrarse con el resto de elementos del decorado de los hogares. Con las paredes como lienzo en blanco, las instantáneas consiguen aportar a las estancias un toque cálido y acogedor. Al descubierto, o con originales marcos de colores que, además, puedes realizar tú misma. Una divertida forma de cambiar el aspecto de un dormitorio o cuarto de trabajo. Además, la técnica que te presentamos a continuación ofrece infinitas posibilidades, donde la imaginación será tu único límite. ¿Preparada para ponerte 'manos a la obra'?
Materiales y primeros pasos
Lo primero que debes hacer es seleccionar con cuidado la o las fotografías que quieres que empiecen a formar parte de tu nuevo mural. Puedes imprimirlas en casa o llevarlas a algún centro especializado, donde probablemente puedan ayudarte a seleccionar con mayor precisión el tamaño que mejor se ajuste la calidad de la imagen, y utilicen materiales de impresión de mejor calidad. Además de los recortes, también puedes jugar con imágenes a color y en blanco y negro y con acabados satinados y mate.
Una vez las tengas, lo siguiente que debes hacer es visitar una carpintería-ferretería y comprar varios una o varias tablas de madera contrachapada, que deberás cortar (o solicitar al carpintero que te las corte) y lijar con una lima para evitar que queden astillas sueltas. A la hora de realizar los cortes, toma como referencia las fotografías que quieras decorar y deja varios centímetros de margen por cada uno de los lados. Además, necesitarás varios botes (pequeños) de pintura especial para carpintería, varias brochas y pinceles de diferentes grosores, pegamento de cola y tantos ganchos para colgar cuadros como imágenes hayas impreso. Estos últimos pueden ser con clavos, como los que aparecen en la fotografía (por lo que también necesitarás hacerte con ellos, con un martillo y con tantas alcayatas como cuadros quieras colgar) o adhesivos, si no quieres agujerear las paredes.
Decoración
Cuando tengas a mano todos los materiales llega el momento de pasar a la acción. Cubre el suelo o la mesa en la que vayas a trabajar con un mantel de papel o con papeles de periódico para proteger la zona. Escoge uno o varios botes de pintura y desata tu creatividad. Puedes jugar con la geometría, como en la imagen de presentación y realizar varios triángulos u otras figuras sobre la madera. Otra opción es pintar la base de un mismo color o dividir el marco en dos triángulos rectángulos y colorear hasta rozar la hipotenusa del contrario, es decir, hasta la línea imaginaria que separa uno y otro.
Una vez hayas decorado todos los marcos que quieras colgar en tu pared, espera a que la pintura esté completamente seca antes de colocar sobre ellos las imágenes que hayas escogido. Pasado este tiempo, aplica un par de gotas de cola blanca en cada una de las esquinas de las fotografías e intenta colocarlas lo más centradas a la pieza que te sea posible. Cuando la imagen esté fija y el pegamento secado, da la vuelta a cada cuadro y coloca un cuelga-cuadros en el centro de cada uno de ellos y asegúralos a la madera con un par de clavos. Fija las alcayatas a diferentes alturas y con distintos espaciados entre cuadro y cuadro, cuélgalos de la pared formando el dibujo que más te guste y disfruta de tu obra.