En las cocinas perfectas, esas que con las que soñamos, siempre hay una placa reluciente, una campana de diseño y un fregadero grande, limpio y con aspecto de muy higiénico. Pero, ¿realmente damos la importancia que se merecen al fregadero y a su eterno acompañante (el grifo)? La respuesta, sin duda, es no. A pesar de que son clave para hacernos la vida más cómoda y facilitarnos el trabajo entre fogones. Estamos en uno de los rincones (la zona de aguas), donde más movimiento hay. En él se lavan los alimentos, se friegan los platos, se enjuagan las bayetas…
Salto generacional
Sin olvidar, su importancia dentro del ‘outfit’ de la cocina. Su imagen ha saltado directamente de casa de la abuela (la de nuestras madres pasó sin pena ni gloria) a la de nuestras hijas y nietas. Es decir, de lo tradicional a diseños contemporáneos, de factura estética impecable. Entre los materiales, el acero inoxidable sigue siendo el rey, aunque las nuevas incorporaciones, como la fibra de carbono o el cuarzo, vienen pisando fuerte; y otros, como la cerámica, siempre han estado entre nosotros. Cada uno con sus cualidades. Así, los de cerámica, ligados a una estética más tradicional, son duraderos, higiénicos y resistentes al calor; los de acero resultan muy higiénicos, soportan el calor y están hechos a prueba de manchas; mientras que los de cuarzo resisten bien las manchas y siempre lucen perfectos.
Un fregadero y mucho más
Lo hemos dicho muchas veces, la cocina es una de las estancias de la casa que mayores cambios y transformaciones ha sufrido. Y esto no es una excepción en el universo de los fregaderos. En el mercado hay modelos totalmente revolucionarios. Los encuentras con ‘modo noche’, que los hace escamoteables (se tapan con un cristal), ofreciendo mayor cantidad de superficie de trabajo; con acabados tan higiénicos que pasarán la prueba del algodón; o con luz led integrada en la cubeta, para dar un toque ‘chic’ a una poca glamurosa tarea. Sin olvidar, los accesorios que tienes disponibles: tablas para cortar, que se acoplan perfectamente; esterillas para deshacerte de los restos de comida sin mancharte, o escurridores, entre otros. Recuerda que si lo eliges integrado con la encimera, además de aportar un look más actual a tu cocina, son más limpios, ya que no tienen bordes donde se pueda acumular la suciedad.
Negro hasta en la cocina
O el fregadero, más concretamente. En esta revolución cromática, los negros son los líderes indiscutibles, aunque no los únicos. Tal y como establece el último informe de Pinterest sobre tendencias de decoración, las búsquedas sobre fregaderos 'black' han aumentado un 252% durante este año. Casi nada. Este tono aporta a la cocina cierto aire de sofisticación, abriéndola al interiorismo del resto de la vivienda. Puedes combinarlos con una grifería del mismo color o arriesgar con otra combinación en acero, blanco o dorado.
Grifería: su siempre ‘best friend’
A su lado, o con él de forma inseparable, está la grifería. Otro de los elementos con una larga vida, por lo que no subestimes su elección. Tradicionales o vanguardistas, hay detalles que marcan la diferencia, en cuanto a comodidad se refiere. Así, los grifos de caño alto son ideales si friegas a mano las ollas o cazuelas altas y los que cuentan con rociador extraíble, algunos con distinto tipo de chorro, te ayudan tanto en el lavado de la vajilla como en la preparación de los alimentos.
Si buscas algo más (y deberías hacerlo), los últimos modelos incorporan sistemas para abrir y cerrar el grifo mucho más cómodamente (también con detector de presencia); reguladores que reducen la acumulación de cal; dispositivos que logran agua ‘limpia’ de impurezas; grifos con luz led para que no se te escape nada o filtros para reducir el consumo de agua, por ejemplo.