Las alfombras pueden vestir tu casa en cualquier momento del año, pero sin duda es a partir de ahora cuando nuestro cariño hacia ellas aumenta. Son muy cálidas y capaces de vestir cualquier espacio, de separar ambientes, y harán que tus pisadas sean mullidas y abrigadas cuando llegue el frío.
Lo importante es que elijas la alfombra más adecuada para cada estancia, atendiendo al material, el tamaño, la forma y el diseño. Y no te preocupes por aquellos que señalan a las alfombras como recipientes de suciedad y ácaros: solo necesitas limpiarla, del mismo modo que haces con el resto de la casa.
Una alfombra para el salón
Déjate llevar por tus gustos y mezcla formas y materiales para diferenciar las distintas zonas del salón. El color del suelo es importante en este caso: si es oscuro agradecerá una alfombra en tonos claros que aporte luz.
En cuanto a las medidas, lo ideal es que sobresalga a cada lado del sofá unos 20 cm, y que al menos las patas delanteras de este caigan sobre la alfombra. Puedes coneguir un toque bohemio y alcanzar esas medidas si superpones dos alfombras que combinen entre sí, y una sea más pequeña que la otra.
Alfombras de vinilo: perfectas para el comedor
En realidad son ideales para cualquier estancia, pero en el comedor resultan muy sufridas, además de estilosas.
Estas alfombras imitan las baldosas hidráulicas y son perfectas si siempre te gustaron los suelos de mosaico. Bajo la mesa del comedor son un acierto porque ayudan a delimitar el espacio, a resaltar la mesa y, además, son fáciles de limpiar (puede bastar un paño con agua). La alfombra de esta imagen es de Brita Sweden.
Otro lugar perfecto para este tipo de alfombra es el pasillo, un lugar de paso que puede cobrar mucha personalidad gracias al vinilo. Y gracias a su resistencia, puedes utilizarlas en los meses de calor en zonas exteriores, si tienes terraza o porche.
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Una pisada mullida en tu dormitorio
Puede que te guste caminar calzada por la casa, pero seguro que entras y sales de la cama descalza, y poner el pie sobre una superficie mullida y caliente es una sensación de lo más agradable. Elige materiales que lo faciliten, como el algodón y la lana. Elige un diseño a juego con la ropa de cama o con los colores que predominen en la habitación. En cuanto a la limpieza, aspírala con frecuencia para mantener tu dormitorio libre de polvo.
Y en el dormitorio de los niños
Los niños pasan gran parte de su infancia jugando en el suelo, y una alfombra les permite sentarse en una superficie cómoda que además les aísla del frío. Como seguramente se manchen muy a menudo, puedes buscar una alfombra sintética, que sea resistente y fácil de lavar. Podrás encontrarlas en una gran variedad de colores y texturas. Además, son más económicas, por lo que también son más fácilmente reemplazables.
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Limpieza y cuidados de tus alfombras
No necesitan mucha más atención que otras zonas o muebles de la casa, pero es importante que no descuides su limpieza. Pasa la aspiradora por ellas una vez a las semana, y una vez al año elimina la suciedad más profunda llevándolas a la tintorería. Muchas tintorerías cuentan con un servicio de recogida y entrega que harán que esta limpieza anual sea más cómoda aún que pasar la aspiradora.
Si se derrama algún líquido sobre tu alfombra, sécalo lo antes posible con una toalla o papel de cocina; y si se mancha levemente, mezcla dos tazas de agua con una de vinagre y aplica con un difusor sobre la mancha. Coloca encima un trapo húmedo y pasa la plancha por encima durante un minuto para que la mancha desaparezca.
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