El armario que necesitas en tu dormitorio

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El tipo de apertura

Va a estar determinado por el tamaño de tu habitación. Si no dispones del espacio suficiente entre el armario y la cama (más de 50cm) no te queda más remedio que optar por las puertas correderas. Aunque puede que dispongas del espacio suficiente y aún quieras disponer todavía de más y elijas unas puertas correderas por gusto. Puedes elegir unas puertas correderas con un diseño minimalista que te permita que el foco de atención recaiga sobre otros elementos del dormitorio

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Espejos y amplitud

Si aprovechas una de las puertas con un espejo puedes conseguir una mayor sensación de amplitud en la habitación, además de tener la opción de mirarte de cuerpo entero.

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Elige puertas transparentes

Una opción original que también ayudará a que el espacio de tu dormitorio parezca más amplio. A medio camino entre el vestidor y el clásico armario, esta elección es un acierto seguro.

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Puertas batientes

Este tipo de puertas son perfectas para aprovechar al 100% el interior de la armario. Unas puertas blancas combinadas con cristal transparente te permitirán tener todo a la vista y a salvo del polvo. O duplica definitivamente el tamaño de la habitación con unas puertas de espejo. Las cuadrículas dan un toque elegante, y solo tendrás que preocuparte de elegir unos tiradores pequeños.

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El material se ha modernizado

Lo normal es que optes por un armario de aglomerado (llamado DM) con las puertas recubiertas de madera natural o melamina. Pero si deseas un armario de madera auténtica podrás dar con él en anticuarios y fabricantes especializados. Sin duda, con una pieza así en el dormitorio poco más necesitas para llenarlo de personalidad.

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Armarios para dos

Podéis tener vuestra ropa perfectamente separada en dos armarios simétricos que os den un punto de independencia dentro de un espacio común: idéntico diseño para distinto vestuario.

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Las medidas, a medida

Utiliza hasta el último rincón con un mueble a medida. Puede resultar más caro, pero te aseguras aprovechar al máximo el espacio y puedes integrarlo al milímetro en tu habitación. Asegúrate de tomar bien las medidas y gana capacidad con un armario que se adapte a tus necesidades.

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El color blanco, un clásico

Sin duda es el color que nunca falla. Aporta luminosidad y da sensación de frescura y limpieza. Se adapta a cualquier estilo: minimalista, nórdico, romántico… Si decides optar por otro color, mejor que sea un tono pastel, porque los tonos muy oscuros restan luz a las estancias. Y pocas cosas hay tan placenteras como despertarse y sentir la luminosidad del día invadiendo nuestro dormitorio.

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Los tiradores, el toque final

A menos que hayas optado por un diseño minimalista en el que los tiradores estén ausentes, o tengas unas puertas correderas, los tiradores darán el toque final a tu armario. Puedes elegir unos pequeños, con forma de pomo, para un acabado más clásico; o bien unos metálicos y alargados que aporten un toque más moderno y actual al conjunto final.