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La llegada de la fotografía digital ha sido una de las grandes revoluciones tecnológicas de las últimas décadas. Primero, gracias a las cámaras en las que el carrete se sustituyó por tarjetas de memoria; después, por la democratización de los smartphone. Convertidos en nuestros compañeros inseparables, son testigo y almacén de cientos de fotos que se guardan, muchas veces sin sentido. Algo que se agudiza, más si cabe, en periodos como las vacaciones, donde las instantáneas de viajes y los momentos que queremos inmortalizar para el recuerdo se acumulan en nuestro archivo digital.
Sin embargo, una vez de vuelta, ¿qué hacemos con todo ese material? La mayoría de las veces, guardarlo en carpetas en el ordenador que revisamos de vez en cuando para revivir aquellos días. Una pena teniendo en cuenta que podemos dedicarle un lugar más destacado con solo un poco de dedicación y tiempo.
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Antes de nada, organización
Es importante tener cierta organización con el material fotográfico en la era digital. No importa hacer diez pruebas por foto hasta dar con la perfecta, pero, una vez conseguida, borra los intentos fallidos. Igualmente, lleva el material de forma periódica de tu smartphone al ordenador para recuperar capacidad y vacía y formatea las tarjetas de memoria de tu cámara.
Una vez volcado, selecciona, borra y organiza el material, para que quede perfectamente archivado, con su nombre y fecha. Además, haz una pequeña selección de las fotos que más te gusten y te encantaría ver más a menudo, bien por el resultado artístico o porque te generen emociones positivas.
Imprime y decora
Esa selección te servirá para tener a mano las imágenes susceptibles de impresión. Ahora bien, antes de encargar sin control, piensa qué te gustaría hacer con ellas. ¿Un cuadro? ¿Un póster? ¿Un marco sobre la mesa? Esto te ayudará a elegir el formato y material adecuado. Puedes diseñar un original gallery wall y dar un toque de estilo a una de las paredes del hogar con, qué mejor, imágenes de bonitos recuerdos. Quizá alternadas con objetos de los mismos viajes.
Uno de los formatos que más éxito están teniendo es el polaroid. Un resultado retro en el que puedes imprimir una serie de imágenes con las que formar un creativo mosaico con materiales low cost al alcance de tu mano. En horizontal, colgadas de una cuerda natural con unas pequeñas pinzas, o en vertical, por ejemplo, sobre un tablón de madera.
¿Álbum o foto diario?
Si eres nostálgica y lo que te apetece es pasar páginas como en los tradicionales álbumes para rescatar esos momentos, hay versiones actuales que, además, te ofrecen un montón de opciones personalizables. Desde álbumes que maquetas con sencillísimos programas de edición, en los que puedes hacer collage, incluir marcos o texto, hasta modernos foto diarios, de estilo vintage, en los que escribir a mano bajo cada fotografía. Un bonito regalo si quieres que alguien conserve de una manera especial los días que habéis compartido.
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