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A la hora de equipar nuestra primera casa, podemos vernos desbordadas por la cantidad de cosas que hay que comprar. Pero con una buena planificación conseguirás que no te falte lo imprescindible y, además, evitarás gastos innecesarios. Evita en este primer momento comprar sin ton ni son y luego, con el tiempo, podrás con calma qué detalles crees que puedes añadir a cada estancia.
Equipa el dormitorio solo con lo necesario
Para empezar, hazte con el mejor colchón que te puedas permitir y que se adapte a tus necesidades. Asegurarte un buen descanso es lo más importante. Cuando lo tengas, viste tu cama con ropa y sábanas en tonos neutros y te asegurarás que combinen bien con el resto de accesorios de decoración que elijas. Para las sábanas, empieza con hacerte con un par de juegos, a ser posible 100% algodón.
Hazte con una manta de un solo color para poner a los pies de tu cama y evita el exceso de cojines sobre ella. Hay una norma que dice que has de tener un mínimo de un cojín y un máximo de seis. Te recomendamos que optes por el menor número posible por una cuestión de comodidad.
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Empieza el salón por el sofá
La elección del sofá es fundamental. Tienes que medir el espacio del que dispones para decidir de cuántas plazas va a ser y si podrá tener chaise longue o no. Piensa en la cantidad de horas que vas a pasar en él para no precipitarte y comprar uno que te resulte muy original y bonito, pero en el que luego no aguantes ver una película porque no es lo suficientemente cómodo. Hazte solo con los muebles que necesites. En principio una mesita de centro una estantería y un aparador resuelven más que de sobra cualquier salón. Ilumínalo con luces indirectas, con una lámpara de pie y una de mesa que creen ambiente dede varias direcciones.
Haz que prime la comodidad en el baño
Asegúrate de que el baño sea un lugar práctico y funcional, por encima de las cuestiones estéticas. Si estás dudando entre poner estanterías o un armario volado, te recomendamos lo segundo. En el baño es fundamental el orden, y un armario con las puertas cerradas, en el que todas tus cosas no quedan a la vista, hará que parezca más ordenado y te dará una sensación de amplitud.
En cuanto a poner ducha o bañera, resuélvelo en función de tus prioridades personales y, sobre todo, del espacio que tengas, y cuanto más espacio mejor. Equípalo con dos juegos de toallas y un tercero de repuesto o para invitados. En cuanto al color, mejor evita los estampados y opta por tonos suaves. Sabemos que las toallas de color blanco son realmente apetecibles, pero su esponjosidad y luminosidad solo dura hasta el primer lavado.
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La cocina, funcional y práctica
Escoge muebles que resulten útiles, que sirvan para almacenar y no satures el espacio con objetos innecesarios. Piensa en lo mucho que vas a agradecer que tu encimera esté siempre disponible para cocinar. Los muebles que disponen de grandes cajones con varios compartimentos pueden resultar más prácticos a la hora de mantener todo en orden.
Elige colores claros, pero no diseñes una cocina completamente blanca porque quedará impersonal y fría. Aprovecha las paredes para introducir algún color que le de personalidad. Asegúrate de invertir en cacerolas y sartenes de acero inoxidable de buena calidad, además de un buen horno, un juego de cuchillos y una tabla de madera para cortar los alimentos. Evita los pequeños electrodomésticos especializados que, a pesar de resultarte atractivos, no van a ser de uso diario, porque acabarán ocupando sitio en la encimera o en el fondo de un armario.
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