La cultura japonesa está directamente relacionada con la naturaleza. Desde rituales de belleza, pasando por una larga experiencia en jardinería, el país nipón siempre ha destacado por su respeto al medioambiente y su compromiso con especies de la flora y la fauna. Dentro de las diversas corrientes de pensamiento que nacieron hace siglos en esta nación, el shinrin yoku es de las más populares. Esta filosofía pone en valor el poder de los bosques y las zonas verdes para la desconexión y el bienestar interior. Su traducción es baño de árboles, una referencia expresa a 'purificarse a través de los bosques' como una terapia gratuita. Consiste en pasear algunas horas por zonas libre de contaminación, cercanas a montañas, ríos y playas para respirar aire puro. La Agencia Forestal de Japón fue la impulsora de esta iniciativa con el objetivo de hacer visibles y destacar la importancia de estas áreas limpias, que suponen el 60% de la superficie de este estado.
Algunos de los beneficios de esta práctica, que puede ser fácil y cómoda de llevar a cabo, son una influencia positiva sobre nuestra salud, mejora del estado de ánimo y alivio del estrés y la ansiedad. Por desgracia, como consecuencia de que vivimos principalmente en grandes ciudades, cada vez resulta más difícil acceder a estos rincones realmente limpios. Desde la comodidad del hogar también es posible encontrar un clima similar, basado en la tendencia decorativa derivada del shinrin yoku. Con sencillos trucos se puede intentar trasladar la experiencia natural a diferentes estancias de la casa.
Recrear un jardín en casa
Nuestra casa puede funcionar como un espacio verde, un lugar en el que reine la naturaleza, tal y como propone el shinrin yoku. Las plantas y flores pueden transformar una habitación, además de crear un ambiente de lo más agradable. Para conseguir este efecto de 'naturaleza interior', dependiendo del espacio, pueden utilizarse desde maceteros de diferentes tamaños hasta jardines verticales ubicados en áreas iluminadas de la casa, pasando por centros de frutas y verduras que den un toque color.
Volver a la artesanía de siempre
Al igual que propone esta filosofía, el respeto por el medioambiente pasa también por hacer un consumo responsable de determinados productos. La fabricación local y artesana es una manera más de llenar un hogar de personalidad y, al mismo tiempo, crear un aura más relajante, conectada con la vida de los pueblos y aldeas. Desde creaciones con esparto hasta las de mimbre, pasando por materiales como el ratán o palma, pueden añadir un toque 'eco' a rincones y huecos desaprovechados.
Espacios luminosos y con vistas
Colores blancos y tonos tierras se mezclan con el verde para crear un ambiente cálido y claro al mismo tiempo. Si existe la posibilidad de ampliar las ventanas hasta convertirlas en puertas de cristal, conseguiremos que zonas como el salón o la cocina parezcan más grandes y ganaremos en luz y en vistas. De esta forma, al igual que ocurriría en el exterior, podremos contemplar el cielo, los pájaros, el amanecer y la puesta del sol; detalles que incitan a la desconexión.
Utensilios de madera y recipientes hechos a mano
La confortabilidad de la madera es una de las razones por las que suele estar presente en todo tipo de hogares. A la hora de decorar, se trata de uno de los materiales que más fácilmente evoca un ambiente natural. Recipientes, mesas, butacas… no son pocos los elementos del mobiliario, realizados con este derivado de los árboles, que hacen las estancias mucho más acogedoras. En la cocina, por ejemplo, cada vez es más común sustituir los clásicos utensilios de madera por los de metal. En cambio, el shinrin yoku recomienda mantener los materiales naturales, mejor si son de producción sostenible, siempre que sea posible.