Si nos pasamos más de un tercio durmiendo, a la hora de elegir la cama de nuestros sueños no debemos escatimar en el precio ni en el tiempo que tardemos en encontrarla. No se trata de darse un capricho, sino de dormir bien. Y con eso no se juega. ¿La ideal? La tuya, aquella que es capaz de proporcionarte un descanso óptimo y hacer que tu cuerpo y tu mente descansen. Y, por supuesto, grande. No seas roñosa con los centímetros, porque te aseguramos que importan, y mucho. Igual que crear el clima ideal.
El ritual de descanso
Eso sí, una cama ’10' no es nada sin el clima perfecto. El ritual del descanso debe iniciarse unos 30 minutos antes de irte a dormir, e incluir todas esas cosas que haces normalmente (lavarte los dientes, poner el despertador...), y continuar con este paso a paso:
- Antes de nada, apaga la luz y crea una atmósfera tranquila. Así activarás y elevarás la melatonina (la hormona del sueño).
- No te vayas a la cama con hambre (ni siquiera tu dieta te lo agradecerá) ni después de haberte dado un gran atracón.
- Evita la cafeína, la teína y el alcohol y, si fumas, apaga el cigarrillo, ya que no solo harán que concilies peor el sueño, sino que pueden hacer que te levantes antes (incluso un domingo).
- Procura establecer un horario tanto para acostarte como para levantarte, lo que mejorará tu ritmo biológico. Pero, eso sí, no te vayas a la cama sin sueño.
- Evita, en la medida de lo posible (sabemos lo difícil que puede resultar), no encender el móvil o la televisión. Ambos son feroces enemigos del descanso reparador.
- Si ves que cualquier ruido te despierta (los ronquidos están en otro nivel), algo que ocurre con frecuencia según envejecemos, no dudes en recurrir a tapones
- Y cuando te levantas, aconsejan desde Hästens,“ponte en marcha lo antes posible. Algo de ejercicio suave o un paseo al aire libre te pondrán las pilas. Con el tiempo, observarás que te levantas con las mismas ganas que cuando te vas a la cama”.
Como en un hotel de lujo
Cuando viajas, uno de los mayores placeres es meterte en una cama perfectamente hecha, con sábanas delicadas que te acarician. Parece, y lo es, una invitación al descanso, incluso si se han olvidado de colocarte una flor o un bombón. Di sí a las de algodón (si puedes evita la mezcla), cuanta mejor sea su calidad, mayores sensaciones y bienestar te proporcionarán. Por eso, si ¿puedes elegir unas con 400 hilos y tacto suave por qué conformarse con menos? El lino, en colores neutros o pasteles, es también uno de los tejidos preferidos para vestir la cama, especialmente durante el verano.
Aunque existe una tendencia, muy extendida entre los ‘millennial’ de renunciar a la bajera, nosotros no nos subimos a ella y seguimos apostando por la combinación clásica de bajera y encimera y, si puede ser, ‘topper’. Hacerla como en un hotel cinco estrellas no es tan difícil ni te llevará mucho tiempo. Solo tienes que seguir las indicaciones que nos dan en Mayfly Home: Coloca y estira bien la sábana bajera. Después, coloca la encimera de manera que quede igual por cada lado y no arrastre por uno y quede corta por otro y en la parte de arriba deja tres palmos, para el embozo. El último paso es el ‘hospital corner’ o el doblado de las esquinas que impedirá que asomen tus pies. Para ello, forma un ángulo de 45º con la sábana encimera, mete todo el lateral bajo el colchón hasta arriba y repite con el otro lado. ‘Et voilà’.
Entre cojines y almohadones
En esta ocasión, aunque defendemos la funcionalidad y la esencia minimalista, caemos rendidos al poder de almohadones y cojines. Visualmente nos encantan las camas llenas de cuadrantes y cojines de diferentes tamaños, pero además son tremendamente cómodos y nos permiten encontrar la postura para leer, ponernos boca arriba, sin destrozar el cuello, o con las piernas en alto, por ejemplo. Puedes elegirlos a juego con la ropa de cama o dar con ellos la pincelada de color y atrevimiento si tus sábanas son blancas.
El colchón: así se elige
Es clave para un buen descanso. Por eso, debe estar a la altura de las circunstancias y responder a todas tus exigencias. Antes de nada, tómate tu tiempo y prueba varios, de diferentes materiales, durezas y tamaños. Túmbate en la postura en la que sueles dormir, da vueltas para observar su recuperación, etc. Por cierto, las compras online no están hechas para ellos.
Otro aspecto clave, además de los hábitos personales y de los diferentes materiales, es la talla. Si hablamos de una de matrimonio, el tamaño ‘king’ (180-200 x 200 cm) está empezando a desbancar al ‘queen’ (de 150 x 190/200 cm) porque, sin duda, cuanto más hueco tienes, más a pierna suelta puedes dormir, o al menos moverte y tener un espacio vital de descanso (el mismo que tenemos si dormimos solos).
La almohada también influye, debe alinear el cuello, los hombros y la columna. Por eso, préstale atención y usa una o dos, según necesites, y crea tu propia carta, como tienen algunos hoteles. Así, podrás colocarte la adicional bajo la cara o entre las rodillas, para lograr apoyo lumbar.