Cuando las altas temperaturas se instalan para quedarse, solo tienes dos opciones: irte de vacaciones los tres meses de verano o preparar tu casa para hacerlas frente. Como la primera opción resulta difícil de llevar a cabo para la mayoría de nosotras, solo nos queda convertir nuestra vivienda en nuestro refugio a la sombra. La interiorista Inés Benavides (inesbenavides.com) nos ayuda a ‘blindar’ nuestras estancias del calor. Descubre cómo.
Colores que refrescan
“La sensación de frescura en una casa es un estado de ánimo inspirado por el espacio. No es algo que se improvisa, ni que sale solo, para lograr una estancia fresca hay que planificarla. Lo más importante es huir de los colores y materiales oscuros y pesados y poner en su lugar materiales más ‘fríos’ y tonalidades muy claras”, apunta la experta. Y nosotros la hacemos caso, porque ya se sabe que los tonos claros atraen menos la luz y, por lo tanto, el calor. Las diferentes versiones del blanco y el beis son dos buenas opciones de la paleta cromática.
Renueva tus telas
Desde las que visten tus ventanas hasta las tapicerías, la ropa de cama o los cojines y complementos. “Las telas deben ser vaporosas y ligeras, para que se muevan con el aire”, aconseja Benavides. Lo ideal es que sean de colores claro, pasteles o, incluso, ácidos: “Con la frescura de un espacio, a veces se puede buscar también darle un toque de alegría. En esos casos hay que añadir un toque vitamínico (amarillo, verde claro, naranja…)”, señala la interiorista. Si prefieres las telas estampadas, huye de los recargados y apuesta por las flores o las rayas en su versión más marinera. Para las ventanas, los visillos son una buena opción, ya que mantienen la privacidad, pero dejan pasar el fresco.
También es el momento de decir adiós o un hasta pronto a las mullidas alfombras de lana (su sola visión puede provocarte un sarpullido) y optar por caminar descalza (tanto si tu suelo es de madera como mármol o gres) o sobre kilims o alfombras más veraniegas de algodón, fibras vegetales o vinílicas, por ejemplo.
Mis amigas (y aliadas) las plantas
‘Best friend’ tuyas y del verano. Las flores y las plantas decoran, purifican y ayudan también a dar un toque de frescura a las estancias, ya que regulan la temperatura de forma natural. Puedes convertir tu casa en un paraíso tropical, para irte de vacaciones sin salir de casa, o introducir alguna pincelada verde, en tus rincones preferidos. Eso sí, siempre debes diseñar ambientes ligeros y pocos recargados. Por eso, lo ideal es elegir “muebles y objetos claros que, sobre todo, no sean pesados a nivel óptico”, señala Inés Benavides.
Crear la atmósfera adecuada
Para ello, nada mejor que tirar de truco de abuela y bajar las persianas durante el día (la oscuridad es una aliada) y subirlas por la noche, para que entre el fresquito y se renueve la atmósfera. También resulta muy efectivo, ventilar a primera hora, para que ‘atrapes’ el aire más fresquito del día.
Es importante que optes por una distribución sencilla y poco recargada, que propicie una atmósfera visualmente limpia, y que decores mirando al exterior o integrando tu jardín o tu terraza dentro de casa, para que se contagie de su frescura natural. Y si todo lo demás falla o el termómetro alcanza temperaturas máximas, enciende el ventilador o el aire acondicionado.