Huerto urbano, también en terrazas y balcones
Para tener tu propio espacio de cultivo ya no hace falta que cuentes con un terreno. Toma nota de estas ideas y crea un microhuerto en casa
La cocina de nuestros mayores trabajaba con productos de proximidad. Estos alimentos contaban con varias ventajas: mantenían sus propiedades, conservaban su sabor original y estaban libres de pesticidas y otros suplementos que no tienen un impacto positivo ni en el medio ambiente ni en el ser humano. Con el paso de los años, la población se ha mudado a las ciudades, compra en los supermercados y ha perdido contacto con la huerta tradicional. Sin embargo, aquellas verduras que antiguamente se cultivaban en parcelas y patios, encuentran en los huertos urbanos un nuevo formato para su crecimiento. La filosofía 'eco' ha visto en esta manera de obtener materias primas una forma de alimentación realmente sana y responsable.
Cultivos adaptados a tu zona y a tu balcón
Se trata de recuperar el contacto con lo que comemos, ayudar a la economía doméstica y eliminar los químicos de nuestra dieta. Con esta premisa nacen las colmenas y asociaciones de vecinos que se reúnen para plantar y ver crecer vegetales que después compartirán. Los jardines y áticos son ahora un espacio lleno de cajas de madera que se disponen en el suelo. Para su correcto desarrollo, estas plantaciones necesitan una fuente de luz adecuada, un control del riego y fertilizantes únicamente orgánicos.
Sin embargo, no todo el mundo dispone de estas grandes zonas, privadas o comunes, en casa. A veces solamente existe un balcón, una terraza, una ventana o estancias interiores, pero ello no debe ser un impedimento para poner en marcha nuestros cultivos. Mediante diversas estructuras, que aprovechan al máximo los milímetros de cada rincón, es posible sacar partido a la tierra y el sustrato que alimenta las semillas sembradas, tanto en interior como en exterior. Aunque lo más probable es que con esas dimensiones no puedas plantar pimientos o patatas, tal vez sí puedas sembrar hierbas aromáticas, tomates cherry, zanahorias baby y otras hortalizas de poco tamaño.
El formato clásico para su siembra es el que se realiza mediante maceteros rectangulares o cuadrados, de poca altura y profundidad, pensados para zonas abiertas y amplias. Del mismo modo, con una vocación más decorativa, es posible utilizar la maceta tradicional adaptando cada verdura a un tamaño diferente de jardinera. Numerosos comercios de horticultura -también online- ofrecen estos artículos a amateurs y expertos.
'Do it yourself'
Frente a otras alternativas sostenibles que requieren una gran inversión económica, lo mejor del huerto urbano es que no es necesario que realices un importante gasto para diseñar un ambiente agradable y eco-friendly. Para empezar a sembrar e iniciarte así en este mundo puedes recurrir a piezas que tienes olvidadas en tu hogar o reciclar otras que iban a pasar a mejor vida. Por ejemplo, más allá de las macetas de barro, algunos crean sus propias versiones con botellas, latas, jarrones y bolsas de tela para darle una vida diferente a una zona de la casa. Del mismo modo, las cajas de vino, los cajones, cómodas reconvertidas en mesa, otros empaquetados de madera, e incluso carritos de té, decoran y conservan la tierra a partes iguales.
Además, la necesidad ha originado una nueva tendencia, al no tener suficiente hueco, la distribución de los recipientes en vertical se propone con varios soportes y originales artículos reutilizados: palés, bombillas, tubos industriales colgantes, estanterías y otras estructuras para enganchar a la pared funcionan como soportes de aspecto rústico para esas pequeñas plantas que ayudarán a condimentar tus mejores platos.